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Perfectos Extraños

América Baker tiene las riendas de su vida, ha sido así desde que su mudó a Memphis y tuvo que independizarse como toda una adulta. Sin embargo la tranquilidad que a penas la albergaba se ve corrompida por el extraordinario Nick MClain. Un corredor de la Fórmula 1 que volvió a Memphis para poner patas arriba la vida de América. Conocer el amor y el sexo será un éxtasis del que se volverá adicta, pero ¿podrá lidiar con todos los problemas que conlleva estar con alguien cómo él? Nick de apellido impune, de mirada orgullosa, tan problemático y errático como nadie. Tan guapo como ningún chico que haya conocido antes. ¿El amor lo podrá todo?

Skarlet364 · 歴史
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12 Chs

Capítulo 5

No está ni su auto ni el de Derek, mi miedo aumenta y me siento mal. ¡Me han dejado! Hasta ahora solo me arrepiento de haber venido a un sitio como este. Con personas que no conozco de nada, con un tipo que se cree la misma personificación de mi papá y con una mejor amiga que no ha puesto reparo en abandonarme en un sitio así. ¡Pero quién rayos me habrá mandado a mi acompañarla!

Estoy furiosa, y desorbitada y también muy sacada de mi.

Camino de vuelta entre la gente, buscando el rostro pálido de Annie y no consigo más que rostros desconocidos, muchas muecas y personas que parecen recién salidas de la cárcel. Siempre he sabido sobre el peligro qué hay en esta parte de la ciudad, especialmente los mayores delitos eran cometidos en este lugar a estas horas.

Trato de controlar mis pensamientos, si voy por ellos terminaré más asustada.

Me dirijo a la dirección del castaño; has sido la única persona dispuesta a ayudarme. Paso el gentío y me voy por el tramo donde lo he dejado. El rostro del pelinegro... Sam sino me equivoco es lo primero que veo en cuanto llego, de inmediato se me acerca.

— ¿No te ibas?— Dice él poniendo su brazo sobre mis hombros— Nick es un mentirosin, nos ha dicho que ya te habías largado.

Trago saliva. Ha logrado ponerme en incómoda.

— No he conseguido a mi amiga, y él es la única persona que conozco...

— ¡Bah! Me ofendes, ¿a mi no me conoces? — bufa entrándole la risa tonta. Me siento por completo fuera de lugar, estoy más que arrepentida de haber venido a un sitio como este.

— En un sentido lógico no, y aprecio mi espacio...— digo bajando su brazo. Apesta alcohol y a hierba, y no sé de dónde ha sacado que podríamos ser amigos.

— ¿Ves lo que digo? ¡Eres muy pija! Te has molestado sólo porque te he tocado.— hace puchero interponiéndose entre mi camino hacia Nick, y como si leyera mis pensamientos añade:— Él no está aquí; se ha ido.

«Joder»

Miro hacia los autos y no veo al Mustang. Solo hay un par de tipos de entre los diez que habían y ninguno me da mas espina de la que me da Sam.

— ¿De dónde eres chica?— pregunta y sus ojos están completamente rojos; estoy hablando con una persona que ni siquiera recordará nada de lo que diga.

— Soy de la ciudad. Pero no de esta parte. ¿Tienes idea si algún autobús trabaja a esta hora? ¿Y dónde queda la parada más cercana?— pregunto no muy entusiasmada con la idea. Tendría que caminar por lo menos quince minutos para llegar a una, sino es que me consigo algún malandrín antes.

Hace una mueca despectiva arrugando el entrecejo. Es bastante majo, y si no fuera porque parece un vagabundo podría ser un buen ligue: ojos verdes, cara cincelada y bonitos dientes.

— ¡Que va! Te podemos llevar nosotros; Colton es el conductor designado de esta noche. Hablaré con ellos para no dejar tu bonito culo aquí tirado.

No me causa gracia para nada, por lo que solo le hago una simple mueca y él lo toma como pase libre.

— Espérame aquí— dice yendo hacia sus amigos y yo solo me quedo repitiéndome lo mala idea que podría ser esto.

Me arrepiento de inmediato al caer en cuenta de que no son solo tres tipos: son más, y si no tienen buenas intenciones las consecuencias podrían ser graves. Busco mi móvil con desespero rezándole a un ser divino que me quede pila, pero la pantalla negra sin dar signos de vida me conduce al desespero. No me quiero ir con ninguno de ellos, quizás Sam no es mal tipo pero no le conozco de nada.

Pasan unos minutos cuando su maraña de pelos se detiene en frente mío, y sus ojos brillan de una manera que no veo confiable. Trago, por supuesto que no me iré con él.

— Me han dicho que si; pero dudo que esta noche llegues a tú casa. Habrá una fiesta a un par de manzanas. Es de una buena conocida mía, hay de todo para partirse el rostro... Si sabes a lo que me refiero.— dice con una insinuación en el aire que no logro captar.

— Vale, ¿y no me pueden dejar en la parada de autobús pasando por ahí?

Se rasca el pelo.

— Aah cierto. Lo que pasa es que ya no hay ningún autobús trabajando por esta ruta... Lo siento, somos lo único que tienes. ¿Nos tomas o nos dejas?

«No, no, no»

No me es fiable, y no lo conozco de nada.

— ¿No me puedes prestar tú móvil para llamar y que me vengan a buscar?— pregunto sonando muy confianzuda, pero es la opción que me queda para saber dónde se han metido mis amigos.

Se encoge de hombros.

— Si claro, toma.— me da el móvil y le agradezco con los ojos. Tecleo el número de Annie a una velocidad excesiva y me sale el buzón porque lo tiene apagado.

«Mierda»

Llamo a Megan y sale lo mismo, mi ultima opción se limita a Derek y no tengo la menor idea de cual es su número móvil. Suspiro. Veo a Sam, que no me da lata en nada, y casi con arrepentimiento musito:

— Vale, me iré con ustedes.

Se mete las manos en los bolsillos y se encoge de hombros.

— En la fiesta está Nick... Si es lo que te preocupaba; no tener a nadie conocido por ahí.— masculla y veo la amabilidad de sus palabras.

De inmediato me tranquilizo, y le hago oídos sordos a mi miedo, si Nick está ahí entonces me daba seguridad. Se ha portado tan amable conmigo que quizás no me sienta tan fuera de lugar.

Es una idea descabellada, y lo sé; pero prefiero irme con ellos a quedarme con ese gentío donde no conozco a nadie y tener que dormir en una acera.

— Vale, gracias— respondo mordiéndome el labio.

— No hay de qué... Eh, a penas caigo en cuenta que no me sé tú nombre— suelta una risita tonta sobándose la panza distraídamente.

— America, pero mis amigos me llaman Mer.

— ¡Oh! Me siento halagado, ¿puedo llamarte Mer entonces?— preguntó simulando emoción, mi escrutinio en su rostro lo dejó incómodo. Asentí.— Vale, estamos avanzando, solo déjame aconsejarte algo... No te fíes de Nick; es un buen tipo y todas las mujeres lo idolatran. Pero es un capullo de primera que actúa como si no lo fuera.

Asentí arrugando la frente.

— No me gusta Nick... Si es lo que me estás queriendo decir.

Negó con la cabeza. Me empujó con el brazo hacia sus amigos.

— Vamos. Te ves bastante lista... Luego me darás la razón.

Subimos al auto, me presentó a sus amigos. Colton, Jackson y Dylan. Íbamos bastante apretados en el auto, ninguno tenía buena pinta y yo no congeniaba ni de cerca con ellos. Todos llenos de tatuajes, algunos con marcas y golpes en sus rostros por haber estado metidos en peleas ilícitas. Me hicieron sentir como si fuera blanco en un color negro, éramos muy distintos hablando de apariencias.

Colton es muy guapo. Alto, tez bronceada y ojos azules. Fue con el que más entable conversación y se veía muy espontáneo. Eso me agradó.

— Tienes el aire universitario, ¿estás en una de por aquí cerca?— me preguntó desde el asiento del conductor.

— No en realidad. No soy de esta parte de la ciudad.

— Oh, entonces ya sé dónde estudias— Se ríe— La TSUU es muy buena, ¿cómo te va?

— Voy en mi tercer año. No me quejo.

— Déjame adivinar, ¿artes visuales?— habla esta vez Jackson.

Río.

— Periodismo.

— ¡Venga! Ese rollo está bien. Con lo vago que soy ni siquiera termine la secundaria.— espeta con orgullo Sam.

Me río de cómo habla, y su manera de cambiar el ambiente.

He creído que me la pasaría mal con ellos. Pero en cuanto comenzaron a soltar comentarios graciosos y cosas divertidas de ellos mismos solo me pude recriminar por juzgarlos sin pensarlo ciertamente.

«Su apariencia no hablaba de ellos. No eran malos.»

Como me equivoqué.