3° Persona
La conversación que habían tenido los había llevado por muchos puntos en los cuales podían diferir o estar de acuerdo, pero todos coincidían en algo, la posición en la que se encontraban era demasiado pasiva, y no les permitía moverse como mejor les pareciera, solo cumplían con los caprichos de mister. Bueno, no se les podía llamar caprichos ya que hasta ahora no había hecho nada que vaya en contra de sus valores e incluso los ayudo. El problema yace en no saber nada. Ellos son, exceptuando a Kushina, personas importantes con considerable poder, no solo militar, sino que en el caso de Tsunade, también político. El dejar tanto en las manos de alguien a quien ni siquiera han visto el rostro es algo que obviamente no pueden aceptar.
La pregunta era que hacer. No podían ir en su contra directamente, no querían arriesgarse. Entendían que su mayor arma era justamente su anonimato y la inteligencia sobre la aldea que él poseía. De ser así, solo les quedaba una sola respuesta, apuntar al pequeño. Ellos en ningún momento esperaron encontrar información importante, ya que según su razonamiento, nadie le encargaría secretos a un bebé. Lo que esperaban a los más era, si posible, averiguar la forma de su rostro, o cualquier tipo de cosas que puedan obtener de sus conversaciones anteriores.
— Call Inoichi, we need him. (Minato)
Ese es el porque Minato decidio hacer uso de uno de los talentos actuales del clan Yamanaka. De hecho, Inoichi en este punto aun no era el tipo con un dominio increíble que guio a las tropas en la cuarta guerra, sino un prodigio que estaba dando sus primeros pasos como jefe de su clan.
La razón por la que se decidieron por fue bastante simple, era posible controlarlo. Si convocaban a alguien habilidoso, era posible que los ponga en peligro, ya que, les guste o no, ya estaban metidos en algo demasiado grande. En el peor de los casos, ser culpados por rebelión no sería exagerado. Además, leer la mente de un alguien que ni siquiera ha cumplido los 3 años no representaría un problema ni para un novato, claro, sin tener en cuenta las medidas de seguridad para no dejar idiota al objetivo.
Tomando todas las consideraciones que se les pudieran ocurrir, llegaron a la conclusión de que era mejor arriesgarse en este momento. Además, en este momento los tres eran una fuerza que nadie podría ignorar. Incluso mister se enojaba con ellos, tenían la confianza de que no abandonaría su alianza por solo por esto, tal vez en el pasado, pero no en este punto. Tal vez se desahogue con algo, pero no será nada serio.
— Iré yo, después de todo, la situación de ustedes es un poco especial. (Tsunade)
— … (Minato)
— … (Kushina)
— ¿Cómo lo convencerás? No creo que el te vaya a hacer caso, especialmente si Shikaku no está ahí para darle algún consejo. (Minato)
— Solo lo noquearé, ya le estoy cogiendo el truco a secuestrar personas de la aldea. (Tsunade)
— … (Minato)
— … (Kushina)
— Haz lo que mejor se te parezca. (Minato)
De esa forma decidieron que otra persona sufriría el mismo destino que Shikaku.
Sin embargo, había una persona que no podía evitar preguntar algo que para ella era lo más importante.
— Esto… ¿Crees que puedas traer a Naruto? (Kushina)
— Ah… *suspiro* Lo siento, Kushina. Sé que la situación actual es muy dura para ti, pero lastimosamente eso no es posible. Él es el jinchuuriki de la aldea ahora, si desapareciera entonces ahí si se armaría un escándalo del que no creo que podamos salir limpios. (Tsunade)
— …Eso lo sé, pero… (Kushina)
Kushina no podía ocultar la tristeza que sentía al no estar presente para su bebé y lo único que quería era irrumpir en la aldea y abrazarlo. De hecho, si no fuera por Minato que permanece a su lado para darle apoyo, entonces ella probablemente lo hubiera hecho.
— Tranquila, él está bien. Además lo dejé a cargo del tercero, estoy seguro que nada malo le pasará. (Minato)
Claro está que si Lite oyera esas palabras, morir de la risa sería una posibilidad bastante grande.
— Bueno, entonces me voy, será mejor acabar con esto cuanto antes. (Tsunade)
— Suerte y ten cuidado. (Minato)
— No te preocupes, conozco los protocolos de seguridad como la palma de mi mano. Incluso si hicieron modificaciones no se me hará ningún problema el entrar. (Tsunade)
— Al menos trata pasar para verlo por un momento. (Kushina)
— Eso…si lo puedo hacer. Debe estar siendo cuidado por unos cuantos ambu, pero esos tipos no se comparan a mí. (Tsunade)
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Horas después.
*Thud* Un saco con forma de oruga fue tirado a los pies de Minato y Kushina, causando que estos se palmeen la cara y se lamentaran ante el infortunio de su compañero.
— …Al menos lo trajiste. (Minato)
— Pueden contar conmigo para estas cosas. (Tsunade)
— Espero que no siga siendo así… (Minato)
Una vez Inoichi llegó, inmediatamente lo despertaron. Tsunade le había dado un buen golpe para que este este tranquilo todo el camino.
Secuestrarlo no fue tan difícil dado que él era bastante débil en el combate cuerpo a cuerpo. Bastó con seguirlo hasta que este solo, darle un golpe y llevárselo.
— ¿Dónde estoy? (Inoichi)
Él se despertó bastante rápido e inmediatamente trató de ponerse en una posición defensiva en preparación a cualquier situación que se le pudiera presentar. En estos momentos toda la aldea se encontraba en total alerta y é no era la excepción.
— !!!!! (Inoichi)
Sin embargo, ni en sus más grandes sueños se le ocurriría la situación en la que se encontraba actualmente. Frente a el se encontraban dos personas a las que habían enterrado prácticamente hace unas horas.
— Bueno… ¿Hola? Aunque creo que debes estar demasiado soprendido como para escucharme. (Minato)
— …
— Sí, esto tomará tiempo.
La reacción del pobre ninja no era para menos, después de todo, hace un momento, repito, hace tan solo un momento prácticamente toda la aldea había llorado por él y Kushina en frente de sus cadáveres, o lo que quedaba de ellos.
Era, de hecho, tanta la reacción de la gente que el tercero tuvo que mandar una investigación a gran escala sobre lo que había pasado.
— Ustedes… ¿Cómo es que están con vida? (Inoichi)
— Bueno… muchas cosas pasaron, pero no sé si sea la mejor opción el contártelo. De hecho, no te habríamos llamado si no fuera porque no teníamos otra opción. (Minato)
— Eso… No sé cómo reaccionar a eso. (Inoichi)
Por suerte, él no tardó mucho en volver a sus sentidos. Era, después de todo, un ninja de elite, sin embargo eso no quería decir que fuera a dejar las cosas tal y como están. Si vez a dos personas que creías muertas entontes lo primero que querrías son respuestas.
— Lo siento, si quieres hablar podemos buscar otro momento para hacerlo, en este momento, aunque no estemos ahí, sabemos que la aldea está en un caos. Si el joven líder del clan Yamanaka desaparece por mucho tiempo entonces las cosas empeorarán aún más. (Tsunade)
La verdad era que Inoichi estaba a punto de explotar, pero frente a él se encontraban tres ninjas nivel kage. Él no sabía por qué razón se habían reunido acá, pero no podía evitar desconfiar de sus motivos. Después de todo, lo que estaban haciendo no era algo que se pudiera ignorar. Aunque él quisiera confiar en el ellos, que la aldea fuera atacada y ellos estén "bien" no lo calmaba.
— No nos mires con las desconfianza… Tal vez hubiera sido mejor que traigas también a Shikaku. (Minato)
— Tal vez, ¿voy? (Tsunade)
— No, no hay tiempo. (Minato)
Shikaku no era solo el joven líder del clan Nara, sino que debido a sus grandes contribuciones durante la guerra, cuando Minato lo quiso promover como su consejero, ninguno de los ancianos puso ninguna objeción, además de eso, era considerado como el líder de la alianza Ino-Shika-Chou. En pocas palabras, era un hombre cuyas palabras nadie sería capaz de ignorar.
— No sé si te lo diremos todo o no, pero eso depende de si decides ayudarnos. De otro modo no nos hubiéramos arriesgado a traerte a este lugar. Ya deberías saber que si decidimos fingir nuestra muerte es por algo importante. Y no, no hemos traicionado a la aldea, la mayor prueba de eso es que Tsunade se encuentra con nosotros en este momento. (Minato)
Esas palabras despertaron a Inoichi. Tsunade era considerada la princesa de Konoha, si ella quisiera podría destronar al Kage y ocupar su lugar sin ningún esfuerzo. Pensándolo de esa forma, ¿qué razón podría tener ella para hacer algo contra un lugar que prácticamente le pertenecía?
— Bien… Ya estoy un poco más calmado. (Inoichi)
— Me alegra oirlo. (Minato)
— Bueno, no sé qué es lo que ocurre con ustedes tres, pero si me trajeron acá es porque necesitan mi ayuda. Díganmelo rápido, lo antes termine con esto, lo antes podré hablar con ustedes. (Inoichi)
— Gracias por entendernos. Ven con nosotros, necesitamos que vea los recuerdos de alguien. (Minato)
Minato caminó delante de él y lo guio hasta una habitación. Durante el camino, Inoichi no pudo evitar analizar en donde se encontraba. Al principio creyó que lo habían metido a una especie de celda debido a las apareces rocosas, eso hizo que su tención suba más, ahora, prestando más atención, notó que no era una celda, sino que se encontraban en una cueva, y por lo que puede ver, había sido bien acondicionada para que puedan vivir aquí.
Ellos caminaron durante poco tiempo, pasaron por un cuarto en el que se encontraba la madre de Lite descansando. Decidieron dormirla para que no cause ningún problema cuando se entere del estado de su hijo.
Finalmente llegaron a un cuarto, Inoichi observó a un niño pequeño. Lo que lo alarmó fue ver el estado en el que se encontraba, ese chico era un desastre total. Ante esta vista, sintió colera y nauseas al mismo tiempo.
— …Ese chico… ¿Cómo llegó a ese estado? (Inoichi)
— Lo encontré autolesionándose, lo que queremos saber es la razón por la que lo hizo, además claro de otras cosas. (Tsunade)
Él se sentía mal, estaba esperando el nacimiento de su hija, por lo que en este momento había pasado de alguien quien podía transmitir una orden de aniquilación hace una aldea a un hombre que sentía una increíble debilidad había los niños.
— ¿Otras cosas? (Inoichi)
— Bueno, si quieres saber algo de la situación en la que nos encontramos en este momento, tal vez este chico te pueda decir algunas cosas. (Tsunade)
— Bien. (Inoichi)
Sin otra opción, aceptó la tarea. Y aunque en su cabeza se hacía todo tipo de preguntas sobre cómo era posible que un simple niño este involucrado en un asunto tan grande, pero en algo tenían razón los demás, él no tenía tiempo. Ahora que se había calmado, entendía perfectamente que tenían planeado soltarlo porque temían que la aldea reaccione. Con eso dedujo que su escondite no se encontraba lejos de Konoha. No creía que lo dejarán así porque sí, debían tener alguna medida en mente para que no suelte la información que fuera a aprender acá. Por ahora, lo más importante era concentrarse en la tarea al frente.
Inoichi preparo su técnica. Él planeaba entrar y revisar los pensamiento de este pequeño y dependo de que tan fuertes eras sus defensas mentales, ir adentrándose más y más para obtener las respuestas que quería. Como no le habían especificado que era lo que tenia que buscar exactamente, él aprovecharía para ver todo lo que pudiera. Claro que lo haría con cuidado, la mente era algo demasiado frágil. Con los prisioneros no había nada que temer incluso si les freía el cerebro, pero él podía notar la cara de preocupación en los rostros de Tsunade y… ¡¿Rin?!
— ¿Rin? (Inoichi)
Era imposible que no la reconociera. Ella era la razón por la que el mejor prodigio que la aldea tenía este momento se haya sumergido en una profunda depresión.
— Inoichi, las cartas ya están sobre la mesa. Si quieres saber todo, entonces haz tu trabajo. (Minato)
Sin más palabras que decir y entendiendo que si seguía pensando solo lograría freírse el cerebro él mismo, activo su jutsu.
— ¡Activar!
Si embargo, la mente de las personas es algo que puede ser aterrador, y él lo entendería por las malas.
Los secretos del hombre llamado Lite, aquel que conquisto el bajo mundo en su vida pasada, no eran algo que debían salir a la luz.
— ¿Qu—
— Oh, tengo un visitante, pero no debes estar aquí, al menos no solo tú, ve y llama a los demás.
Una figura apareció en la conciencia del pequeño Lite y sin esfuerzo forzó a Inoichi fuera.
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Chicos, quiero piedras. :D
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