El Nacimiento de un Dios del Estudio

—La voz de Qin Shuang atrajo la atención de la multitud. ¿Eso quiere decir que los resultados son buenos o no? —Justo cuando estaban sumidos en sus cavilaciones, vieron a Xue Xi fruncir el ceño.

—Ella estaba un poco sorprendida. Sentía que había respondido todo correctamente mientras lo hacía, así que, ¿por qué le descontaron 12 puntos?

—Ay, su expresión fue fácilmente malinterpretada. —Xue Yao instantáneamente suspiró aliviada. —Pensó que Qin Shuang debió haberse sorprendido tanto porque la chica había sacado menos de 100 puntos. Después de todo, sus matemáticas fueron perfectas durante el pre-examen.

—Mordazmente, miró a Fan Han y dijo con una voz hipócrita:

—Prima, no te pongas triste si no conseguiste buenos resultados. Después de todo, esta es una examinación a nivel de Olimpiada y las preguntas son excepcionalmente difíciles. Hay muchas personas que sacan menos de 100.

—El viejo Liu tenía grandes expectativas de Xue Xi, pero aún así quedó atónito cuando escuchó esto. Reprimió la decepción que sentía en su interior y la animó:

—Xue Xi, ¡no te sientas decaída!

—Fan Han levantó la barbilla y se giró para mirar a la chica, sintiéndose complacido en su interior. —¡De hecho, es imposible sin pasar por un entrenamiento de Olimpiada adecuado! Debo haber cometido un error en el pre-examen la última vez y por eso ella sacó más. Ahora, es el momento de demostrar mi habilidad.

—Mhm. Con esto ahora, Xue Xi debería ya reconocerme, ¿cierto? —El resto de la gente que no simpatizaba con Xue Xi también quiso unirse, pero cuando recordaron su gran comitiva esa mañana, rápidamente se tragaron sus palabras.

—Pronto, algunos de ellos bajaron la cabeza y publicaron anónimamente en el foro de la escuela:

—¡Transmisión en vivo! ¡Los resultados han salido! ¡Alguien se ha rajado!

—?? ¡Esperando los puntajes reales!

—¿Se desmorona la imagen de Dios del Estudio?

—¡Puntajes! ¡Informen los puntajes!

El foro estaba alborotado. Mientras tanto, Qin Shuang aún estaba en estado de shock, y la pequeña que usualmente era chismosa y locuaz tragó saliva.

—¡Ya es suficientemente bueno para una persona promedio sacar 88 puntos en preguntas de la Olimpiada!

Xue Yao sonrió y dijo:

—La persona promedio generalmente obtiene menos de 100. Entonces, prima, ¿cuántos puntos sacaste tú?

Xue Xi no respondió, pero Qin Shuang ya había gritado:

—¡288!

—¿Qué? ¿Escuché mal o tú dijiste mal?

—¡Seguro que reportaste 100 puntos de más, cierto? 188 suena más razonable.

—¿288 puntos? ¡Tienes que estar bromeando! Qin Shuang, ¡solo estás exagerando!

—¿No deberían ser 88 puntos?

Fan Han y Xue Yao abrieron los ojos incrédulos, pensando que Qin Shuang debió haberse equivocado al hablar…

El viejo Liu ya se había apresurado al lado de Xue Xi con una mirada de sorpresa.

—Xue Xi, ¿cuántos puntos sacaste?

La chica le pasó su teléfono. Después de arrebatar el teléfono, el viejo Liu sintió que sus ojos debían haberle engañado. Por lo tanto, se frotó los ojos bruscamente y miró el teléfono otra vez. Aunque la pantalla del teléfono no era tan grande como la de una computadora, los números aún estaban claramente mostrados: ¡288 puntos!

Xue Xi, que ignoraba automáticamente la discusión de la multitud, preguntó lentamente:

—Señor Liu, ¿obtuve malos resultados?

Viejo Liu:

??

Se tiró de los labios y le explicó:

—Esto no es un examen ordinario. Desde el inicio de la Competencia Estrella de Matemáticas, la puntuación más alta jamás alcanzada fue 271, y esa persona era un genio. Esa persona luego representó al país para participar en la competencia IMO y casi obtuvo un oro, convirtiéndose en el orgullo del país.

Le costaba devolver el teléfono a Xue Xi y miraba repetidamente el puntaje. Sus manos temblaban de emoción.

En ese momento, sonó un tono de llamada de teléfono.

Viejo Liu sacó su teléfono de marca local y genérica para responder la llamada. El otro interlocutor era el jefe de Matemáticas, el señor Zhang. Su voz rugió a través del receptor, como si estuviera en altavoz:

—Señor Liu, ¿cuántos puntos obtuvo Fan Han de tu clase?

Viejo Liu respondió, aturdido:

—212 puntos.

El señor Zhang sonrió.

—No está mal, no está mal. ¡Eso es un Primer Premio asegurado! Je je, pero parece que el primer lugar en nuestra escuela es Sun Jie esta vez. Ja ja, ¡él sacó 224 puntos!

Viejo Liu contestó de manera inconsciente:

—Felicidades.

—¿De qué hay que felicitarse? ¿No es obvio que nuestra escuela es la primera? Ya es un logro increíble que tu Escuela Internacional obtenga un Primer Premio. Aún así, Viejo Liu, tengo que decir esto: con tu nivel de matemáticas, en realidad podrías venir a Primer Alto a enseñar la clase de la Olimpiada, pero en cambio, elegiste el alto salario de la Escuela Internacional. Es una pena cuando uno lo piensa. Como profesores, lo que más nos debe enorgullecer no debería ser nuestro salario sino los estudiantes destacados que hemos formado, ¿cierto?.

Si fuera lo usual, el viejo Liu ya habría colgado la llamada hace mucho tiempo.

El señor Zhang llamó claramente para regodearse. Ay, pero esta vez el viejo Liu tenía la justificación y el derecho de hacerlo. Se puso de pie y rió entre dientes:

—Viejo Zhang, han pasado tantos años y realmente pienso que tienes razón. Pero si hablamos de quién es el primero, me temo que tus expectativas se quedaron cortas.

El señor Zhang se quedó desconcertado:

—¿Qué quieres decir?

Viejo Liu levantó la barbilla con aire de suficiencia:

—Oh, se me olvidó decirlo hace un momento. Nuestra estudiante de la escuela, Xue Xi, sacó 288 puntos.

—¿Qué?

…

En el campo de la escuela.

Todos los miembros de la Sociedad Llama Rugiente estaban reunidos en fila en la escalera, con sus teléfonos en mano.

Gao Yanchen se levantó y apoyó una pierna en las escaleras, declarando:

—He impreso 200 frases para insultar a la gente. Somos ocho aquí, así que necesitaremos sacar el aura de un tropa de 800. ¿Entienden?

—¡Sí, señor!

Tras su llamado de "¡comenzar!", todos entraron rápidamente al foro.

¿Probablemente menos de 100 puntos? ¡Apúrate y publica el resultado!

Gao Yanchen:

—M*rda. Ve a tomar el examen. Si sacas 8 puntos, te llamaré papá. Oh, disculpas, ni siquiera tienes el derecho de participar en el examen.

…

Los resultados están fuera. ¡Prepárense, voy a anunciar los resultados! ¡Definitivamente se sorprenderán!

—¡Los puntos están fuera!

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—¡Todos, prepárense para refrescar la página! ¡Definitivamente los aplastaremos! Ya he pensado en las palabras a spammear. Solo digan: ¡Aún tu padre incluso sin resultados! Escríbanlo, luego cópienlo y péguenlo, así podemos ahorrar el tiempo necesario para escribir. ¡Apúrense, refresquen! —gritó nerviosamente Llama Número Uno.

Las pocas Llamas se apresuraron y spammearon cientos de mensajes, tomando rápidamente el control del hilo.

—¿Por qué no veo ningún comentario grosero? —finalmente alguien notó la anomalía.

—¿Cuántos puntos vieron ahora? —preguntó otro.

—Ustedes continúen. Yo iré a ver —dijo Llama Número Uno.

Para cuando finalmente logró desplazarse trabajosamente por el hilo y encontró la publicación con los puntajes, quedó totalmente boquiabierto.

—Habla —lo pateó Gao Yanchen.

—Eso... Hermana Xi no podría haber sacado 8 puntos, ¿verdad? —tragó saliva Llama Número Uno.

—288 —dijo.

—¿Cuánto es el puntaje total? —preguntó Llama Número Seis, que era un extraño a la Olimpiada Matemática.

—...300 —respondió Llama Número Uno.

—... —El campo quedó instantáneamente en silencio. El sol abrasador lanzaba sus rayos sobre ellos, haciéndoles sentir como si su Hermana Xi emitiera luz propia. Su imagen de repente se volvió mucho más noble e imponente.

…

En la sala de estar de la familia Xue.

—Ye Li tecleaba nerviosa el número de identificación del examen. Tenía las manos temblando.

Xue Sheng esperaba a su lado, sonriendo:

—Ya te dije que no estuvieras nerviosa. Xixi fue solo a practicar.

A pesar de decir esto, su mirada aún estaba firmemente clavada en la pantalla del iPad.

Anciana Xue se burló:

—De todos modos es imposible que ella consiga un buen puesto. No sé por qué estás nerviosa. Es verdad, eso sí. Obtener una puntuación demasiado baja sería una vergüenza…

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