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El Show de Takeomi

En alguna instalación con última tecnología y fuerza militar en gran medida se podía divisar a varios soldados patrullando en diferentes distritos de la zona bajo un cielo que se hallaba nublado, algunos de ellos tenían perros olfateando a ver si encontraban alguna peculiaridad y también había gente monitoreando las cámaras de vigilancia. La seguridad de una sede militar de alto calibre suele ser de alto nivel aunque hoy era un caso especial, una razón aparentemente desconocida, pues la orden de seguridad máxima vienen de órdenes de arriba por lo que debe ser algo muy importante, esta sede está en algún lugar desconocido en España, aislada a muchos kilómetros de distancia de alguna civilización.

Dentro del mismo en una sala de reuniones se encontraba los altos mandos sentados alrededor de una gran mesa redonda, estos observaban perplejo a un hombre de elevada edad, esto por dos cosas, uno, se hallaba un chico sentando en la silla que le pertenece al presidente y la otra fue...

Takeomi: parece confusos... jaja - el chico de cabello morado se ríe de ellos cosa que hace que los altos mandos se frustren y se levante espontáneamente de sus asientos a encarar al presidente de ese país.

- ¡¿esto es una broma señor? por más que lo sea está lejos de da gracia, además que traer a un niño a esta instalación es mucho! - respondió uno de ellos esperando respuestas de aquél hombre quién seguía firme e impoluto a pesar de la situación.

- hace ya un tiempo le estoy aportando recursos a este grupo - ya ambos iban a replicar pero fueron callados por un enorme temor por el aura asesina que desprendía Takeomi - si bien es imposible creer algo así, tengo en claro de que lo que dicen no sólo es verdad. También sobrepasó mis expectativas, señores, hoy estoy para que sepan sobre lo que se avecina.

- ¡señor- esto es ridículo- - el sujeto no terminó sus palabras ya que un rayo le impacto en la cabeza explotandolo provocando que la sangre se esparciera por la la sala, el cuerpo cae haciendo que de a poco la sangre se escurra por el piso.

Todos estaban en shock, no sabían que decir, estaban temblando e incluso mover un músculo de la cara se le era complicado.

- te dije que no quiero bajas - dijo el hombre amenazante ante el chico quién solo chisteo molesto.

Takeomi: era eso o escuchar a cada rato como gritan. no soy de política pero enserio le faltan respeto a tu persona.

- es normal - tose levemente llamado la atención de todos y aplaude varias veces para relajar un poco el ambiente ignorando totalmente el hecho de que hay un cadáver entre ellos - como dije, nuestros planes van a ir más arriba, no sólo quiero llevar este país adelante, quiero tener el apoyo de seres superiores a nosotros, este grupo no me han fallado su palabra a pesar de nunca haberles aportado nada hasta ahora.

- p-pero señor...

- ¿si? primer ministro.

- ¿porque usted quiere más poder?

- no es cuestión de poder, desde que tengo este cargo tengo una misión - en eso todos miran expectantes al presidente esperando impacientemente algunas palabras de él, por lo que el anciano solo sube la mirada mirándolos serio y con una sonrisa tranquila dice - paz en nuestros tiempos.

Tras decir esto cada uno de los altos mandos fueron degollados, cortados en tiras, despedazados y prácticamente cayeron en piezas al suelo llenando toda la sale de sangre y órganos todo bajo la mirada placentera y una sonrisa desquiciada mientras que su contraparte el presidente seguía con la expresión tranquila viendo a todos.

Aunque esto fue solo una imágen provocada en las mentes de todos los presentes quiénes se hallaban vivos, incluso el que fue atravesado por un rayo seguía ahí, todos voltearon. a ver al asiento del presidente viéndolo a él sentado mirándolos a todos seriamente mientras a su lado se encontraba Takeomi parado observándolos con una sonrisa que a pesar de ser tranquila era muy preocupante.

Takeomi: si quieren puedo hacer esa imagen real - este lo dice con una voz suave y ladea un poco la cabeza mirándolos como temblaban a su presencia.

- esto no es una solicitud, es una orden absoluta, poseo a mi disposición este poder por lo que si me fallan... absténganse a las consecuencias ¡¿entendido?!

Tras escuchar ese grito todos saltaron del miedo por lo que solo pudieron asentir mientras temblaban.

- esta reunión se acabó ya están los helicópteros listos, váyanse y esperen órdenes.

Todos hicieron caso a las palabras del presidente por lo que prácticamente huyeron de la sala de conferencia haciendo que Takeomi se cagara de la risa ante tal escenario. Ya luego de un rato más risas se empiezan a escuchar y en eso aparecen más gente de repente alrededor de la mesa cagandose de risa acompañando a Takeomi y... ¿al presidente?

Takeomi: ¡jaja, esta idea fue de lo mejor!

- ¡ni que lo digas! - el anciano presidente se reía y se burlaba como un niño pequeño.

- jaja, deja te arreglo Eismyr - la tipa se acerca a él y pone su mano en la cabeza de del "presidente" haciendo que este empiece a cambiar de apariencia de una manera un tanto asquerosa pero para gracias de los demás al ver que en realidad el señor presidente en un joven pelinegro y ojos grises de no más de 18 años quién se reía plácidamente por lo sucedido.

Eismyr: ¡¿si llegaron a ver sus caras? es arte puro, jajaja! - se reía mientras se quitaba la corbata del traje del señor presidente, le estaba ahogando desde ya un rato.

- poner un país a nuestro merced fue más fácil de lo que pensé... - dijo un hombre calvo exageradamente alto quién a pesar de las risas aún seguía preocupado.

Takeomi: ¡no te sacudas Gradullón! este plan se llevó a cabo desde hace ya un tiempo, para mí fue una sorpresa... ¿quién diría que la APB una asociación de protección civil, está fuera de vista hasta de su mismo gobierno?

- nos estamos desviando... también nos llamaste... ¿pero para que?

Takeomi: para dos cosas, uno para que vean cómo están yendo las cosas y dos... porque necesito fuerzas masivas a mi lado... la APB va a invadir esta sede.

- oh... ¿órdenes de arriba?

Takeomi: órdenes de Gula, no quiere abandonar el plan de la captura a Kojiro.

- hasta el día de hoy sigo sin saber porque tanto empeño en ese niño - responde un tipo con su cuerpo lleno de tatuajes de dragones.

Eismyr: mentes desconocidas trabajan de manera desconocidas, supongo.

- es un privilegio conocer a los grandes ¿no? - dijo la tipa que antes remodeló a Eismyr, tenía un puchero en señal de molestias por el favoritismo que le dan a él, cosa que Takeomi solo sonríe nervioso mientras un sudor baja en la nuca.

Takeomi: en esta mesa no sólo están los más fuertes, están los rechazados, el otro lado de la moneda, los hijos descendidos del cielo, personas importantes para mí... - este asiente mirando a Eismyr a lo que esté saca una botella de vino y muchas copas por lo que procede a servir - en esta mesa no sólo están semi dioses, están los que considero hasta mis propios hermanos, Firone, hija de los tantos actos carnales de Zeus.

Firone: si vas a decir babosadas mejor ni me mencionas - dice enojada mientras recibe su copa de vino.

Takeomi: jeje... El hombre que ha destrozado gigantes e hijo del dios del trueno de las tierras del norte. Eskandarto.

Eskandarto: no me quejo - dice el calvo con una sonrisa sastifecha.

Takeomi: ¡las nubes se oscurecen a su presencia, aquél descendiente del mismo Thanatos dios de la muerte, Atychía.

Atychía: parece que mejora... - dijo un hombre de cabello claro, un parche en el ojo izquierdo con una cicatriz lateral que se divisa en este.

Takeomi: aquél que una vez afrontó a su padre y tomó las riendas en su propio camino de la vida y la muerte, el dios egipcio del mismo título de la muerte, el poderoso Insuana.

Atychía: ¡que nombre de mierda, jaja!

Insuana: te voy a matar un día de estos... - dijo en voz baja con un profundo odio.

Takeomi: ¡descendido en un mar de fuego, los volcanes son poco del ardiente destino de sus oponentes, hijo de Kagatsuchi, un dios que se creía muerto, Jigoku.

Jigoku: ¿soy yo o hace rato ya lleva exagerando las presentaciones?

Takeomi: y su alfitrion aquí presente, hijo de Apolo, saludos - este pone una mano en su pecho saludando sonriente - ah... y Eismyr...

Eismyr: te voy a romper el rostro - este ya había terminado de servir copa a todos.

Takeomi: mañana, que hoy comemos... aquí un brindis por-

Eskandarto: ¿no eres menor de edad?

Takeomi: tu calla... - este tose - como iba diciendo, hoy un brindis no por un futuro mejor, sino por los presentes que están en esta mesa, ¡salud! - en eso todos dan un sorbo a la copa de vino.

- salud, ¡jaja! - dijo una mujer pelinegra quién se encontraba sentado a la otra esquina de la mesa y nadie ha notado... de hecho... no ha sido invitada y todos la miraron un poco perplejos - ¿saben? creo que es de mal presagio brindar en una mesa sin comida.

Eismyr: ... ¿Takeo? - le susurra al pelimorado esperando razones.

Takeomi: la APB no llegaba hasta ya una hora...

- ¿uh? no, te equivocas, no trabajo para ellos... vine porque me pareció peculiar este tema... - empezaba a hablar mientras notaba que de a poco los demás se ponían en guardia en su contra - ... ¿semi dioses? me van a dormir con tanta palabrería, vine aquí para entregar esto - esta baja la mano y tira el cuerpo de un chico sobre la mesa, aún se hallaba vivo aunque muy golpeado.

Takeomi: ¿Rikita?... ¡ja, ja, ja, estás vivo hijo de puta!

Suisei: ...

Jigoku: ¿a que veniste?

- a romperle la boca a los mismos dioses... ¿es mucho?

Atychía: estás en el lugar equivocado...

- de hecho, estoy segura que estoy en el lugar correcto - esta prende un cigarrillo y empieza a fumar - que no quieran ayudarme es otra cosa.

Takeomi: con que lengua afilada ¿eh? - este le da una mirada de muerte a Suisei quién tembló por la situación en que estaba, estaba golpeado y atado, no podía hacer nada - Kuroba murió cuidando de un engendro como tú, más pena no puedes ocasionar a su nombre.

Suisei: ¡te voy a matar Takeomi, no me importa como!

el pelimorado embuyo su brazo en rayos y se mueve a una velocidad de infarto hacía Suisei para matarlo, pero este último es salvado puesto que la mujer quién lo trajo lo jaló rápidamente evitando que lo matasen... aunque quedó plasmado en la pared.

Eismyr: parece pegatina.

Takeomi: reacción a la velocidad del rayo, este mes si que ha habido varias cosas interesantes.

- te lo mostré para que me ayudases por entregar a un soplón... pero como vi que no vas a cooperar entonces tendré que pelear y sacarles información a la fuerza.

Takeomi: ¿tú y cuántos?

- yo sola.

Esto fue la gota que derramó el vaso, todos empezaron a reírse por lo que dijo la pelinegra, ellos por si solos eran capaces de arrodillar gigantes y conquistar un país si así lo quisiesen, juntos son un nivel exageradamente superior y era absurdo lo que dijo la mujer... pero sus risas fue opaca por ella misma quién empezó a reírse también de ellos, parece que les acompañó la broma y reía mientras una pequeña lágrima caía de un ojo, esto le daba mala espina.

- el destino es curioso a veces, juega a merced de su propio juego y nosotros somos el espectáculo ¿no?

Firone: ¿de que hablas- - fue interrumpida abruptamente por varios disparos, la alarma y fuertes explosiones que se escuchaban al exterior.

Afuera de la sede se encontraba la APB de japón noqueando a los militares mientras adentrándose poco a poco por los pasillos de la enorme sede y acercándose hasta dónde están ellos.

Jigoku: tu plan no fue ni venir sola ni con tus compañeros... llamaste la atención de la APB y adelantaste el tiempo de llegada...

- 10 puntos, hubieras tenido mejor vida sin tanta tinta en la piel - la mujer ríe mientras que suelta una nube de humo de su boca, producto del cigarro.

En eso Takeomi empezó a reírse por lo bajo mientras que ella lo miraba expectante, el chico reía a carcajadas mientras que la puerta fue abierta de golpe por Shinatsukawa acompañado de otros capitanes, este ni se inmuta y mira a la mujer presente.

Takeomi: parece que esto no es pelea entre 2 bandos... ¿verdad?

Todo el lugar se tornó de un tono azulado, ocasionando que nadie pueda moverse a excepción de Takeomi.

Takeomi: estoy de acuerdo contigo, el destino puede ser curioso... y si somos un escenario... ¡pues demos el mejor escenario ante los ojos de Dios!

En eso Shinatsukawa se asombra y expulsa fuego tratando de moverse para llegar hasta dónde Takeomi.

Takeomi: ¡Diástasi!

toda la sede junto a los alrededores fue consumida por una neblina púrpura, una neblina que al disiparse mostró una planicie sin señal de nada, ni señales de vida...

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Shinatsukawa: esto es frustrante - dijo el capitán rodeado de algunos soldados de la APB.

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Ryota: primera vez que me cuelo y última vez que lo hago... - este miraba frente suyo la figura del hombre calvo quién se mostraba imponente ante él.

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Suisei: ¡trataste de venderme, casi me matan y ahora estamos en otro mundo!

- deja de llorar que por eso no te crece el cabello - la mujer pelinegra de antes le da un coscorrón a Suisei

Koji: nos separaron... - este se encontraba corriendo en lo que parecía ser un laberinto yendo a todos lados - dieron con la distancia suficiente como para que no pueda hacer enlace con los cuchillos míos que cargan los de mí equipo... maldita sea... - este se frustra y corre a una velocidad superando por mucho la del sonido hasta que al girar a una esquina nota a una mujer caminando a su dirección mientras le seguía un chico de cabello rapado - ¿ese no era el que el capitán quería ayudar?

- no te escondas mocoso, sal a jugar - impone la mujer con su voz que resuena por el lugar.

Koji: no suelo perder mucho el tiempo - le tira velozmente un cuchillo apuntándole a la cabeza.

- me parece bien - está había atajado fácilmente el cuchillo mientras veía al peliazul desprender rayos.

Suisei: ¡Sorella, cuidado-

un instante pasó, ese instante fue presenciado por Suisei, Koji con su velocidad sobrenatural había dirigido sus cuchillos al cuello de la pelinegra, luego quedando detrás de ambos suena el poderoso estruendo que ocasiona moverse a esa velocidad.

Koji: ...

Suisei: tú...

Koji: no... - este mira sus cuchillos los cuales se hicieron añicos y cayeron en pedazos, esto mientras caía sangre de su frente, esto fue expectante ante la mirada de Suisei, Koji totalmente nervioso gira la cabeza hacía atrás mirando a aquella mujer impune quién miraba con una sonrisa desafiante a Koji.

Sorella: eres rápido - mencionó algo divertida.

El peliazul totalmente asombrado y con sangre cayendo de su frente cubriendo la mitad de su rostro no salía del shock, nadie es humanamente capacitado para reaccionar a esa velocidad y solo muy pocos bendecidos lo son.

Koji: ¿quién eres tú?...

Fin.