Montando la oveja de viento y relámpago, Evan llegó una vez más a la cueva que emitía el extraño aura.
Al bajarse de la oveja, miró alrededor y vio que debido al desorden que había creado antes, no había nadie alrededor de la cueva. Incluso usando sus sentidos espirituales que podían cubrir miles de kilómetros de área, no encontró a nadie alrededor de esa área.
—Bueno, aunque no hay nadie aquí por ahora, estoy seguro de que pronto volverán —murmuró Evan en voz baja y miró en la dirección en la que había dirigido a Llama y Cicatriz Vacía.
Antes, Cicatriz Vacía y Llama estaban ocupados persiguiéndolo, así que no prestaron atención a la cueva. Pero ahora que habían perdido su rastro, Evan estaba seguro de que volverían para investigar la cueva debido a su extraño aura que cubría un área de más de cien mil kilómetros.
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