—No.
Xie Juan bajó la mirada en vergüenza al escuchar el nombre de Ni Yang.
—Ni Yang es genial. Consiguió fans a través de su propio trabajo duro Cuando lo entrenaban en Corea, él seguía bailando aún con huesos rotos, aunque tuviera fiebre, y daba lo mejor de sí en shows de talentos. Era difícil para él estar solo en un país cuyo idioma no hablaba, y me alegra que su trabajo duro no haya sido desperdiciado. Ni Yang se merece ser sobresaliente, y merece ser amado por muchos.
Al escuchar eso, Xie Juan lamió sus labios, sin saber qué decir. Era verdad que a ella le importaba poco Ni Yang, al punto de ignorarlo. Porque ella dio toda su atención y energía a Shuai Shuai.
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