—Lo sé. Cumpliré con mi promesa.
Xie Juan no parecía haberse olvidado de su promesa.
—La cosa es que no creo que Ni Yang te perdone fácilmente —dijo Huo Mian, preocupada.
Xie Juan se congeló, y luego se quedó en silencio.
—¿Cómo estáél?
Xie Juan rara vez preguntaba cómo estaba Ni Yang.
—Se encuentra mejor, síntomas se han estabilizado. Pero aún está deprimido y no tiene ningún interés en hacer nada. Le dije a la compañía que le hiciera un trabajo fácil. A veces va al extranjero a filmar. Así que es como si estuviera de vacaciones. Sin embargo, estas son todas triviales. Usted y el hecho de que lo abandonó durante todos esos años fueron lo que causaron su depresión.
—Sé que lo he hecho mal, y trataré de compensarlo.
—Está bien, hablemos de eso después de la cirugía de Shuai Shuai. Una vez que ya no te preocupes por esto, tendrás tiempo para resolver las cosas entre tú y Ni Yang.
—De acuerdo.
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