Huo Mian sonrió, demasiado cansada para explicar.
—Como alguien de la Familia Huo, no puedo creer lo desvergonzada que eres. Es un infortunio para ellos. Te dejaré ir esta vez, pero si alguna vez intentas lastimar a mi esposa de nuevo, me aseguraré de hacerte pedazos, tanto que desearás estar muerta.
Qin Chu rara vez amenazaba a las personas, y mucho menos a las mujeres. Sin embargo, esta idiota de Huo Yanyan había cruzado la línea.
Asustada, Huo Yanyan miró a Qin Chu. Súbitamente humillada.
En ese momento, Huo Siyi corrió hacia ellos y apartó a Huo Yanyan, temiendo que ella siguiera causando problemas.
—Estas reuniones son aburridas, ¿no? — le preguntó a ella.
—Solo un poco.
Huo Mian frunció los labios en una sonrisa.
—Iré a despedirme del Tío Song, y luego nos iremos.
—De acuerdo.
Huo Mian asintió.
Entonces, Qin Chu se acercó al alcalde Song.
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