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capítulo 3 : una mujer desconocida

- Comienzo a escuchar esa voz femenina de nuevo en mi cabeza y, al momento de cerrar los ojos, me encuentro en un lugar completamente oscuro. No se podía ver absolutamente nada; parecía el lugar donde comencé a tener conciencia, el antes de despertar de la cápsula, pero este parecía más solo y más frío.

- Hasta que, en un momento, una gigantesca puerta apareció frente a mí, con miles de cadenas atándola. En medio de esta, había una mujer de cabello oscuro y largo; también parecía estar atada a la puerta. Ella era como el candado de esta porque todas las cadenas que ataban a la puerta terminaban en ella, rodeándola toda: hasta los brazos, el cuello y las piernas. Ella parecía estar sufriendo por su mirada.

- Me acerqué a ella un poco para escuchar lo que estaba susurrando, y cuando por fin me acerqué lo suficiente a su boca para escucharla mejor, esta me susurra al oído: "Todo el poder de él está detrás de esta puerta. Debes detenerlo."

- No entendí de qué se refería con que el poder que había detrás de esa puerta le pertenecía a alguien, así que le respondí con un grito preguntando de quién se refería, pero ella solo se quedó callada.

- No pude mirarla a los ojos después de gritarle. Le pedí perdón mientras no podía hacer contacto visual con ella. Aunque intenté verla a los ojos, no pude hacer nada para volver a mirarla, así que di media vuelta y comencé a caminar hacia la oscuridad.

- No sé por qué, pero algo dentro de mí decía que de pronto así podía salir de ese lugar oscuro y frío, hasta que ella gritó mi nombre... No... el nombre que yo me puse, el nombre del niño que cada segundo resonaba en mi cabeza, el nombre que no me dejaba pensar y dejaba en paz. De nuevo, ese recuerdo comenzó a sonar en mi cabeza como si algo llamara a algo dentro de mí, pero esta vez fue leve, más leve que las anteriores. Así que, después de darme la vuelta para poder ver a dónde estaba ella...

- Ella solo me dijo unas palabras antes de desaparecer de ese lugar y volver a donde yo estaba: "Oye, sé que no sabes nada y no conoces la situación, pero... no dejes que él tome el control. No dejes que, por nada en el mundo, nadie te traspase el corazón o este sea dañado, sino todo lo que estoy... no, lo que estamos haciendo será en vano y no servirá de nada."

- Así que, al terminar de escuchar sus palabras, ya estaba de nuevo en el bosque, pero mis heridas estaban curadas y el dolor había desaparecido. Así que, al pararme del suelo, frente a mí cayó una espada bien cuidada. Después de agarrarla, escuché la voz del caballero diciendo a alto pulmón que me la prestaba.