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Lo que nunca escribí de ti

Una escritora de romance y obesa, está en busca de cumplir su sueño de ser reconocida, pero comete un error que le causa grandes problemas. Por tratar de cautivar a sus lectoras, utiliza a un modelo desconocido como protagonista, lo que no sabía era que ese modelo iba a ser su dolor de cabeza. Debido a las imágenes que utilizó sin su autorización para la novela, este tratará de ponerse en contacto con ella para pedirle amablemente que elimine las mismas, pero ella se niega rotundamente y comienza a ocultarse con un seudónimo para que no logren contactarla más. Él se ve en la obligación de investigar sobre ella y de leer dicha novela; al darse cuenta que ella escribe historias sobre chicas obesas y él es parte de ese proyecto, se altera, a tal grado, que comienza a acosarla por mensajes. Él es todo lo contrario a como lo describe la escritora. Al descubrir que ella está en otro país, viaja para buscarla y proceder a demandarla, pero no contaba con que ella no lo reconocería en persona y que sería más difícil lidiar con ella por su forma de ser.

NATALIADIAZ · 都市
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31 Chs

29

Le dejé la mano extendida, y sonreí.

—Oh, entiendo. ¿Y qué se supone que haga ahora? ¿Aplaudirle, felicitarla, festejar o qué?

—¿Es eso una grosería?

—De hecho, es un sarcasmo, ¿No sabe diferenciar?

Se quedó sorprendida, y bajó la mano.

—¿Podemos hablar en otra parte?

—Aquí estoy bien. Dígame qué se le ofrece. No tengo mucho tiempo.

—Quiero ofrecerte un trato. Te va a beneficiar tanto a ti, como a Adrián. Quiero que convenzas a Adrián para que deje está ridiculez del rodaje de la película, y a cambio, te daré lo que pidas; fama, dinero, lujos, lo que quieras. Debe ser difícil ganar una miseria en un trabajo como el tuyo.

—¡Que ofertón! — fingí estar interesada—. Pero no me interesa. Puedo conseguir todo eso, sin necesidad de acudir a este trato tan ridículo. Si eres su novia, ¿Por qué no se lo pides tú? A ti sí podría escucharte.

—Él no quiere ceder por tu culpa.

—¿Por mi culpa?

—No te hagas la tonta. Sé muy bien que estás de amante de Adrián. ¿No te da vergüenza ser un plato de segunda mesa?

—¿Plato de segunda mesa? — solté una carcajada—. Si él me come de desayuno, almuerzo y cena, no creo que tenga la energía para un simple aperitivo como tú — la miré de arriba abajo, y sonreí.

—¿Cómo te atreves? No sabes con quién te estás metiendo, estúpida.

—Lo mismo te digo. Yo no peleo por hombres. Problema tuyo si lo haces. Si atendieras a Adriancito bien, él no tendría que acudir a esta. Si quieres un curso de cómo mantener a tu novio contento, te lo doy de gratis.

—Te vas arrepentir de esto, gorda. Él también lo hará.

—Tus amenazas me las paso por donde no me da el sol. Si ya terminaste de soltar el veneno — le enseñé el dedo del medio—, mete este dedo en el trasero, da media vuelta y lárgate al carajo. ¿Lo comprendió o se lo repito?

                  Adrián

—¿Has visto a Ruby? — le pregunté al director.

—Ella salió.

Caminé a la entrada, y vi a Lily hablando con Ruby. ¿Qué demonios está ocurriendo aquí? Me preocupé demasiado al verlas juntas.

—¿Qué tú haces aquí? — le pregunté parándome al lado de Ruby.

—Al fin llegó a quién buscabas, perris. Lo siento, quise decir, Lily.

—Vamos a otra parte, Adrián— me pidió Lily.

—Estoy trabajando. ¿Qué haces aquí?

—Vine hablar contigo— me agarró la mano, y me solté de ella.

—Yo no tengo nada más que hablar contigo. Creo que la última vez fui muy claro. No compliques las cosas, y por favor, vete de aquí.

—Los dejo solos— dijo Ruby tratando de irse, pero le agarré la mano.

—Será mejor que te vayas de aquí, Lily— iba a caminar con Ruby, cuando Lily añadió algo más:

—Lo has olvidado otra vez —me detuve, y la miré —. Odio estos juegos y lo sabes. Ahora son un 2x1, y no olvides quien tiene el control de todo. Buen día— sonrió, y se fue.

—¿Qué fue lo que te dijo? ¿No te hizo nada?— le pregunté a Ruby preocupado.

—Nada importante — se veía tranquila.

—Si se te vuelve acercar, aléjate de ella. No es seguro que estés cerca de alguien así.

—¿Le tienes miedo a ella?

—No, me preocupa que te haga algo.

—Como se nota que no me conoces. No sabía que tenías novia.

—¿Novia? Jamás tendría eso— hice una pausa, y desvié la mirada—. Bueno, si eres tú no me estaría malo.

—Vamos a grabar, se nos hace tarde — tartamudeó, y siguió caminando.

¿Acaso se avergonzó? Que linda.

                      Lily

—Esa es la mujer que me enseñaste en las fotos. ¿Desdé cuando a ese imbécil le gustan las gordas?

—No se preocupe, Srta. Lily. Ya podrá vengarse de él.

—¿Qué fue lo que sucedió ayer?

—El Joven Adrián estuvo en un restaurante con ella, y luego se fueron a la casa, no salieron hasta por la mañana.

—Maldito sea. Voy acabar con los dos. ¿Qué información tienes de la gorda?

—Tengo toda su información personal, pero hay algo que me llamó la atención. Al parecer es escritora, ¿y a que no sabe quién la está representando?

—¿Quién?

—Jared.

—Que sorpresa. Llámalo, y cítalo hoy mismo.

—Sí, señorita.

—Los tendré de rodillas, lo juro.