Al día siguiente:
Me dirigí al teatro. Ruby me escribió esta mañana para decirme que la iban a llevar. Estaba tan ardido, que no dormí un divino anoche.
Al llegar y notar la presencia de Jared, me acabó de joder el día. Olvidaba que ahora tendrá un papel en la película.
—¿Realmente vas actuar también con nosotros?— preguntó Ruby a Jared.
—Así es. ¿Te gusta la idea?
—Claro que sí. Estoy segura que podré aprender mucho de ti.
—Te enseñaré todo lo que quieras.
Me acerqué interrumpiendo su interesante conversación:
—Buenos días, Ruby.
—Buenos días, Adrián— me miró, y sonrió.
—Va a comenzar la grabación— le avisé.
—Está bien.
Nos quedamos en la escena del sexo, y en realidad, no fue igual que antes. Ella solo se concentró en seguir el guión. Sé que nos hemos retrasado por hacer otro tipo de cosas, en vez de concentrarnos en la escena, pero era excitante que tratara de provocarme.
Cruzamos miradas, y ella sonrió
—Parece que el diablito está deseando hacer otra cosa.
—Sí, está deseándote, pero estás muy distante.
—¿Distante? He hecho todo lo que siempre hacemos. ¿No será que estás viendo cosas donde no las hay?
—¿No será que me estás evitando, preciosa?
—Uy, pero que cursi te has vuelto. ¿Esa noche loca, ya te hizo subir las mariposas a la garganta? Atragántate con ellas de una vez.
—Eso es muy grosero. Te estoy tratando bien, y ya estás de vuelta a la misma mujer grosera de siempre.
—Me gusta más cuando me tratas mal. ¿Acaso ni eso puedes hacer?
—No volverá a ocurrir.
—Me alegro, acosador. Entiende cual es tu lugar— me tiró un beso, y se levantó de la cama.
¿Será que está en sus días hoy? Que cambio tan repentino. Luego le haré tragar esa grosería.
Dejó de hablar conmigo para irse con el imbécil de Jared. Es el colmo que tenga que soportar esto.
Ruby
—Quiero que me ayude a mudarme. Necesito también comprar un auto. No importa como sea, lo aceptaré — le dije a Jared.
—¿Ya quieres dejarme?
—No es eso, es solo que no quiero seguir siendo una molestia más. Además de que ya tengo suficiente dinero para conseguir mi propio lugar.
—Aún debes hacer el cambio de licencia para que puedas comprar un auto.
—¿Me acompañas a hacerlo?
—Claro. Por otra parte, quería felicitarte. La editorial publicó el libro en 10 librerías. El jueves deberás ir conmigo a la editorial para coordinar la presentación en la primera librería que se publicó.
—¿Ya tan rápido?
—Así es, ¿Nerviosa?
—Para nada.
—No veo el momento de poder grabar contigo. ¿Has leído las escenas que nos tocan?
—Sí, muy intensas por lo que veo.
—¿Estás preparadas para ellas?
—Sí, un profesional debe estar preparado para todo.
—A tu amiguito no se ve que le agrade la idea.
—¿Qué amiguito?
—Adrián.
—Ese término es demasiado para lo que es él. Es solo un compañero de trabajo.
—No tengo que preocuparme entonces— sonrió, y miró hacia Adrián.
—Ya me tengo que ir. Se acabó el descanso.
—Cuídate y suerte.
Adrián
—¿Una separación?— le pregunté al director.
—Sí, Soledad conocerá a alguien más, y estará confundida.
—Claro, y ese alguien tiene que ser ese idiota.
—Cálmate, y olvida tus diferencias con Jared. Eres un profesional, Adrián.
La tarde pasó rápido y la escena de Ruby y Jared había comenzado. Me sentía de mal humor ver cómo aprovechaba ese momento de actuación con ella, para burlarse de mí.
Vi como su mano descendía por la cintura de Ruby y estaba a punto de estallar. Estaba leyendo el guión y me alteré más.
De la nada, Ruby lo besó y eso no estaba en el guión. El director siguió grabando y eso culminó con mi paciencia. Le di una patada a la silla que tenía enfrente, y salí como alma que lleva el diablo de ahí. Me sentía frustrado al no poder evitarlo o hacer algo.
Ruby
—¡Corten! ¿Y ahora qué pasó con ese muchacho? — preguntó el director.
—Parece que no le gustó la escena— comentó Jared.
—Creo que no— dije.
—¿A dónde vas, Ruby?
—Vengo enseguida. Voy hablar con Adrián.
—De acuerdo.
Adrián
Le di varios puños a la pared, y escuché la voz de Ruby.
—¿Y a ti qué te ocurre? Casi dañas por completo la grabación.
—Eso no estaba en el maldito guión. ¿Lo hiciste para joderme?
—¿Por qué te tiene que molestar tanto una escena?
—Porque no estaba en el guión.
—¿No me digas que el acosador está celoso?— sonrió.
—Yo no estoy celoso.
—Entonces ¿qué mierda tienes? ¿Por qué te molesta que bese a otro hombre? No somos nada para que estés con esta actitud. Deberías aprender cual es tu lugar, porque parece que ayer no fui muy clara. No eres mi pareja, no debo serte fiel, no tengo porqué darte explicaciones o hacer lo que digas; porque no somos nada más, que amiguitos con derechos. Como se diría en mi país, lo nuestro es un come y vete. La pasamos rico, nos divertimos y ya. Si no puedes entender esa simple regla, será mejor dejar las cosas hasta aquí; tú por tu lado, y yo por el mío.
Estaba tan molesto, que traté de fingir una sonrisa.
—Esta bien. Como eres mi amiga con privilegios, cada quien tiene que satisfacer las necesidades del otro; por ende, no tienes derecho a negarte cuando yo quiera, y yo tampoco tengo derecho de hacerlo. Si te digo que vengas, tú vienes y así estaremos a mano. ¿Quieres revolcarte con otros? Adelante, pero me tienes que cumplir a mi primero y mantenerme contento. Nada de excusas baratas y negarte. Una amiga con privilegios cumple su parte, así que espero que cumplas con la tuya; así como yo cumpliré con la mía. ¿Aceptarás esa condición o vas a huir como una gallina?
—Esta bien. Veamos quién raja primero, acosador.
—Ya veremos, perrita— ella esbozó una sonrisa, y sonreí.
Parece que ese apodo de perrita le gustó. Descargué mi frustración con ella. Me sentía tan ardido, que no encontré otra forma de desquitarme. Veamos si no se raja de una.