En una calle solitaria, Klaus caminaba mientras llevaba a cuestas a la chica, la cual le había salvado la vida tantas veces.
No sabía por qué, pero siempre tenía esa extraña sensación de querer protegerla cada vez que la veía. Sería algo común en otro chico, pero Klaus siempre fue diferente al resto, fundamentalmente diferente.
Mientras seguía avanzando, Klaus se había dado cuenta de que ella se había despertado. Debería estar haciéndose la dormida, lo que le parecía divertido, pero Klaus no la expuso. Él tampoco tenía ningún problema en llevar a una linda chica a cuestas.
– ¿Oye, Que vamos a hacer después de esto?– Extrañamente, Alexa decidió comenzar la conversación.
– ¿Vamos?– Le pregunta Klaus de manera provocativa, estaba un poco interesado en esa manera inclusiva de preguntar.
–Sí, ¿Que vamos a hacer?– insistió Alexa, sin parecer darse cuenta del juego de palabras.
–No lo sé, talvez...acompañe al grupo de Sander hasta el sitio seguro, luego de eso, pensaré que hacer– La verdad es que Klaus no había pensado demasiado en lo que sucedería después.
Los problemas que debía enfrentar eran tan agobiantes, que ni siquiera le daban tiempo de pensar en otras cosas. Y por si fuera poco, había demasiadas otras cosas en que pensar. Simplemente no tenía espacio para todo.
Klaus tenía el presentimiento de que no podría dormir esta noche...
Un poco incómoda, Alexa decide reacomodarse en la espalda de Klaus, pegando su cara cerca de su oreja.
Klaus empezó a sentir como la respiración de la chica rozaba su piel. Era un sentimiento agradable, tanto que hacía que su propia respiración se descontrolara. Pronto, el empezó a sentir como...si tuviera algo atorado en la garganta y, no pudo evitar tragar.
Ella pareció sentir el nerviosismo de Klaus, por lo que trato de controlar estúpidamente su respiración.
De pronto, la atmósfera se tornó algo incómoda...
Ambos eran completamente ineptos en un área en común que hasta parecían hechos el a medida para sí.
– ¿¡Quién eres!?–
Fue en ese momento cuando alguien se cruzó en su camino. Parecía ser un vagabundo muy anciano, llevaba puesta ropa desgastada y gris, junto con un gorro para el frío.
Pero sus ojos...
Sus pupilas estaban completamente dilatadas, como los poseídos que habían visto anteriormente. Llevaba una carretilla, con nada menos que un montón de dinero y joyas.
Parecía haber estado robando en medio del caos...
– ¿Que estás mirando? ¡Todo esto es mío! no te daré ni un poco, ¡Todo es mío! ¡Mío! ¡Todo mío!– Al ver la mirada de Klaus caer sobre lo que llevaba, el anciano enloqueció por completo. Empezó a gritar toda clase de sin sentidos y, de repente, saco un puñal.
– ¡No te daré mis cosas! ¡Son mías! aléjate de mí o te mataré, me escuchas? ¡Te mataré!– Entonces el anciano cargo contra Klaus como una fiera, se había olvidado de sí mismo hace mucho tiempo.
Klaus solo pudo soltar a Alexa y sacar la espada. De un solo corte, el anciano murió. Mirando sus ojos negros llenos de odió, Klaus suspiro, este anciano fue poseído por un espíritu debido a su codicia.
Pero ser poseído no significaba el fin, la verdad es que todos la tienen... La opción de decidir, pero eligen el camino más fácil. Las personas deciden ser débiles porque les gusta la oscuridad, Al fin y al cabo, la oscuridad es más atractiva que la luz.
Luego de pensar en esto, Klaus mira a Alexa parada a un lado, mientras dice con una sonrisa.
–Como ya puedes caminar, entonces sigamos–
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Todo lo ocurrido en la iglesia había estado constantemente pasando por la cabeza de Abby una y otra vez. En especial, ese momento cuando, entre los cadáveres en el suelo, encontró el cuerpo de su padre.
Luego de ver que Bruce había revivido luego de que le hayan cortado la cabeza, Abby tenía la convicción de que podría hacer lo mismo con su padre, pero.
No pudo revivirlo...
Ni siquiera pudo curar sus heridas...
Ella no entendía lo que pasaba, claramente sus poderes podían revivir a los muertos, entonces por qué, porque no funciona con su padre. ¿Que había hecho mal? ¿Qué le diría a su madre cuando la viera?
Durante todo el camino, Abby se había preguntado esas cosas...
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A diferencia de Abby, quien había perdido toda esperanza, Sarah estaba muy inquieta. Las cosas que habían sucedido en la iglesia. Todavía no estaba segura de que lo que escucho fuera verdad, pero era su única esperanza, no tenía nada más que eso.
Si pudiera encontrar a su familia era lo único que le importaba en este momento.
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Las patrullas no tardaron en llegar a la estación, cuando llegaron, fueron recibidos por Bridge y su madre, junto con la oficial Madison.
Al ver que Sander estaba bien y su familia también, Madison soltó un suspiro de alivio, afortunadamente, todo salió bien.
Sin embargo, cuando no encontró a Bill ni Calvin entre ellos, frunció el ceño.
– ¿Y los muchachos, dónde están?–
La mirada de Sander se volvió complicada cuando sacudió la cabeza. Madison pareció entender algo y no siguió preguntando.
– ¡Abby! estás bien, no sabes lo preocupada que estaba por ti. ¿Por qué te fuiste sin avisarme?– La voz de la madre de las chicas se escuchó al lado. Parecía estar reprendiendo a la chica.
Abby le dedicó una mirada de disculpa antes de hacer una serie de señas con las manos,
Luego, toda la familia rompió en lágrimas, y se abrazaban en grupo...
Sander observó todo con una mirada complicada. Las cosas que sucedieron hoy fueron demasiado para él. Ni siquiera tuvo tiempo para analizarlo todo.
Pero una cosa si es segura, luego del funeral, saldrá de este lugar abandono por Dios a primera hora mañana.
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Al principio, Klaus tenía pensado volver a casa, había cosas que quería llevarse consigo, algunos recuerdos.
Pero luego recordó a la niña que había dejado en esa casa. Tenía curiosidad por saber qué efectos tendría esa energía, además, ya le había salvado la vida, no costaría nada llevarla con los demás.
Pensando en esto, Klaus llegó a la casa donde había descansado la vez anterior. Todo estaba justo como lo habían dejado, parecía que nadie había estado aquí todavía.
Cuando Klaus llegó a la habitación donde se suponía que descansaba la niña, la encontró vacía. Una mala premonición le llegó cuando se apresuró hacia el otro cuarto.
"Suspiro" lo que esperaba había sucedido, la niña estaba sentada al lado de sus padres con ojos rojos, pero con una mirada vacía en el rostro. Ella debió de haber estado llorando durante mucho tiempo.
Observando con indiferencia, Se apartó a un lado. Ciertamente sabía que había errado de negligencia, pero la verdad es que...no le importaba ni un poco. A fin de cuentas, ya andaba entre muertos cuando tenía su edad.
Alexa se apiadó de ella y el abrazo por la espalda, Klaus no era bueno para darle ánimos a nadie, por lo que simplemente espero afuera.
Y así paso la noche, poniendo fin al primer día del apocalipsis...
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Todas las cosas que debían de hacerse se hicieron. Las familias enterraron a sus muertos, y los que tenían que llorar, lloraron.
Ahora era momento de partir, ya todo estaba listo, y Nadie quería quedarse atrás.
Para sorpresa de Sander, más de cien personas atendieron al llamado para formar un convoy. Pero luego de pensar en las más de mil personas que murieron en la ciudad, se dio cuenta de lo pequeño que era ese número.
Algunas personas eligieron quedarse, pensaban que las cosas se arreglarían si esperaban un tiempo. No sabían que las cosas empeorarían antes de mejorar.
Al frente del convoy estaban Sander e Ethan con una patrulla, seguido de un autobús con algunos policías y jóvenes que sobrevivieron junto con algunas personas sin medio de transporte. Mientras que una larga fila de autos seguía en la espalda.
En el autobús, en la parte del medio estaban Allison y Camil, y a su lado estaban las hermanas Abby y Bridge. Detrás estaban Cooper y Bruce, el cual estaba algo desorientado.
Un poco más atrás estaban Klaus y Alexa, la niña, que se llamaba liv, no quiso apartarse de ellos, y Alexa pareció cogerle cariño a la niña. Indefenso, Klaus solo pudo dejar que se quedará en medio de los dos.
Liv parecía muy satisfecha con este arreglo...
– ¡Oh Dios! ¿Qué es eso?–
– ¡Mierda! hay muchos de ellos–
Confundido por el alarme de las demás personas, Klaus dirigió su mirada hacia la ventana. Alexa estaba sentada junto a ella, lo miro con visible terror en sus ojos cuando dijo.
–Mira–
Entonces Klaus miro por la ventana del autobús, y lo que vieron sus ojos, hizo que su rostro se llenará de incredulidad.
Había tantos...
Tantos demonios...
Y todos estaban muertos...
Eso no era la peor parte, lo más aterrador, es que todos esos demonios muertos tenían algo en común.
Les habían explotado la cabeza...
-¿Qué crees que significa?- Le pregunto Alexa.
Mirando todo esto, Klaus trago inconscientemente, un momento antes de responder.
–Creo que, de ahora en adelante, todo será más difícil–
Arco 1: Fin