A Light le agradó el joven de 13 años con el que había luchado, por eso habló un rato con él y descubrió que se llamaba Adam, y también notó que el joven era amable y divertido, por lo que Light pasó un buen momento con él y se hicieron amigos.
Light sentía que con Adam por lo menos podía hablar tranquilamente, su nivel de madurez era aceptable y disfrutaba de sus chistes. El otro niño con el que se llevaría bien seria Helleans, pero es muy penoso y aun no había socializado bien.
Toda la noche se la pasó al lado de su padre, observando las luchas. Su madre de vez en cuando le hacia cariños y se la pasaba comiendo.
Después de un rato, los premios al fin habían llegado. El premio para los adultos no fue reclamado puesto que pertenecían al mismo organizador que ganó, por lo que los otros premios fueron para los jóvenes.
Zirion le entregó un cupo de descuento a Light, y una bolsa pequeña donde estaban las monedas de plata. Light recibió los premios y de inmediato de los dió a sus padres.
Después de eso, Zirion le dijo que podía escoger una de las tres armas que estaban en la mesa. Allí se encontrará, un arco de madera que según Zirion, es de buena calidad, dos dagas de metal con un mango hecho de cuero negro, y una espada que se ajustaba al tamaño de Light.
No solo eso, también era muy bonita, y su peso era perfecto para Light, por lo que no dudó en escoger la espada.
Hizo unas cuantas probadas con estocadas y cortes rápidos. La espada era de buen tamaño, la hoja era fina y afilada, su peso era perfecto y el diseño de la empuñadura también era bueno.
La cosa fue que, Ailyn cuando vió que Light terminó de probarla, no dudó en quitársela de inmediato.
—Aun eres mi pequeño, y cuidarte es mi prioridad, por lo que cuando seas mas grande te la daré —decía Ailyn mientras ponía la espada en su vaina y se la daba a Albert—. Hasta entonces estará guardada.
—P-pero madre...
Light no siguió insistiendo, después de todo era su madre, además, aún no le daría un buen uso a la espada. Por lo que decidió esperar a hacerse más fuerte y enseñarle a su madre que ya podía hacerse responsable y cuidadoso.
Como empezó, la fiesta terminó lleno de alegría, diversión, festejo y un poco subido de alcohol.
Light y su familia se fueron a altas horas de la madrugada. El jefe de la aldea le había dicho a Light si quería que el fuera su instructor de ahora en adelante, Light lo rechazó amablemente. Light quería seguir como estaban las cosas, además, el sintió que con el libro le iba bien.
Otra cosa que sucedió y que sorprendió a Light, fue que Helleans se le acercó y lo felicitó por ganar la lucha. El vocabulario y pronunciaciones de Helleans eran tan fluidas como las de él, por lo que eso daba a entender que por lo menos si tenía grandes capacidades.
Cuando Light llegó a su casa, de una vez cayó rendido en su cama, estaba cansado y tenía mucho sueño así que no tardó en dormirse.
Al levantarse, Light volvió a retomar sus entrenamientos y su formación del núcleo de mana. En las mañanas, los entrenamientos eran solamente de luchas con su padre, puesto que su progreso era rápido y las cosas que sabia y aprendía las tenía que poner en practica con un sujeto real.
En la tarde volvía a meditar y seguir formando su núcleo, ahora todas las noches madrugaba para esforzarse mucho más y obtener resultados pronto.
Una semana pasó tranquilamente y Light se encontraba luchando contra su padre en el patio. Light estaba esquivando arduamente los rápidos ataques de su padre. En una de esas, Albert había soltado una estocada y Light como pudo la esquivo.
El pequeño tiró todo su cuerpo hacia atrás apoyándose con su mano izquierda, luego se impulsó para realizar una mortal hacia atrás en el aire. Light cuando estaba a mitad de giro le lanzó una piedra a su padre que recogió en el suelo cuando saltó.
Albert rápidamente desvió la piedra con la espada, lo que no esperaba era que Light al siguiente segundo, lanzó la espada de madera. Albert abrió los ojos de sorpresa, un leve escalofrío recorrió su espalda por unos pequeños segundos.
La mirada de su hijo era seria y fría, al no poder esquivar la espada, esta lo golpeo en el pecho. Albert sintió una extraña sensación al luchar con su hijo, ademas de pensar en que si esa espada fuese de verdad, el ya hubiese muerto.
Pensándolo mejor, hubiese muerto varias beses cada vez que entrenara con su hijo. Al estar confiado por la edad de Light y el echo de aún verlo inexperto (aunque de cierta manera lo es), lo lleva a recibir ataques furtivos.
Un silbido se escuchó en el patio y tanto padre como hijo, voltearon de donde provenía. Era Zirion y su hijo quienes habían llegado.
Zirion no pudo evitar sorprenderse por la táctica y los ágiles movimientos que uso Light. Incluso, por unos breves segundos se le vio un pequeño brillo en los ojos de Helleans. Lo que hizo Light lo asombró también.
—Hombre, siempre es increíble ver a tu hijo luchar. Pensar en que puede sacar cosas como esas en plena batalla, la serenidad y control que tiene a la hora de pelear deben de ser altas —dijo Zirion—. Una percepción e inteligencia sorprendentes, una adaptación a la hora de la batalla y tener un gran talento para esto de la lucha.
Albert solo se rió de buena gana, después de todo también se sentía asombrado por su hijo. Su mirada y actitud cuando empieza una pelea cambian haciéndolo un poco frió, Albert pensó que era su imaginación, pero después de un tiempo, en verdad lo notó.
—¿Tu hijo no habrá sido bendecido por un dios de la guerra o algo así? —bromeo Zirion.
—¿Como crees? —respondió Albert mientras se reía con nerviosismo.
La familia no había mencionado los fenómenos ocurridos el día del parto, por lo que no lo harían aún.
—Además, ¿que te hizo aparecer en mi humilde casa, Zirion? —preguntó Albert.
—Mi hijo empezó a sentir interés por tu hijo, quería conocerlo y hablar con él. Al parecer, las personas que son talentosas se llevan bien desde un principio —se rió Zirion.
Light al escuchar la respuesta de Zirion, no pudo evitar mirar a Helleans. ¿Por fin ese niño penoso quería entablar amistad? Light solo se acercó a él y estiró su mano.
—Light Silvery, mucho gusto —Light fue el primero en presentarse de forma formal.
Helleans miró al niño enfrente de él y a pesar de tener la misma edad, la diferencia de tamaño y constitución corporal eran diferente al detallarlo más de cerca.
—Helleans Freeger, el gusto es mío —respondió Helleans con otro saludo cordial.
Albert solo comentó:
—Supongo que los buenos modales vienen de su madre y Susan.
—Tu lo has dicho, dejemos que ellos se conozcan mejor, caminemos —agregó Zirion.
Albert estuvo de acuerdo y dejaron solos a su hijos para que tuviesen una conversación normal entre niños.
Los dos pequeños estuvieron sin hablar por unos minutos hasta que Helleans decidió romper el hielo con un comentario peculiar.
—Eres raro
Light se sorprendió por el comentario a lo que el respondió.
—¿A que te refieres con eso?
—La voz en mi cabeza dice que tu ya puedes extraer mana y que estas a punto de lograr formar el tal núcleo de mana, y que eso es algo sorprendente y muy raro.
Light abrió los ojos de par en par y no sabia de lo que hablaba Helleans, ¿Voz en la cabeza? ¿que cosas decía este niño?
—¿Voz en la cabeza? me dices raro a mi y tu escuchas voces en tu cabeza, que chiste —dijo un poco confundido Light.
—No son voces, es una voz, dice que es mujer por lo que no intentara hacerle muchas preguntas. Yo tampoco estoy seguro de lo que me pasa —confesó Helleans con un tono bajo.
Light tampoco entendía lo que le pasaba por lo que solo podía hacer preguntas superficiales. Preguntas como, ¿desde cuando empezaste a escuchar esa voz? o ¿tu familia sabe algo sobre eso?
—La primera vez que lo escuché fue cuando cumplí 3 años, desde entonces habla de vez en cuando, y mi familia no sabe nada, la voz me dijo que no dijera nada y yo tampoco quiero alarmarlos —respondió Helleans.
—Mmm, ¿querías saber si yo sabia sobre algo? —dijo Light.
Helleans solo negó con la cabeza y dijo:
—Para nada, la voz me dijo que yo sabría más con el pasar del tiempo. Vine porque ella me lo había pedido, al parecer quería analizarte con mayor detalle para saber si eras "otro".
La última palabra dejó confuso a Light, ¿otro?, el niño dejaba cada vez mas enredado a Light.
—Según la voz, no eres otro, por lo que ya no molestaré por un tiempo —dijo Helleans.
Light ya no prestó más atención a sus palabras, si seguía haciéndolo, definitivamente sufriría un colapso por confusión. Antes de que Helleans se fuera, Light también le soltó un comentario.
—También eres raro, ¿sabias?
—Lo se, que un niño venga y te diga que una voz que proviene de la mente le hable y que pregunte cosas confusas, sin duda es raro —respondió Helleans mientras cerraba los ojos y sonreía.
—No solo lo digo por eso, gracias a que mi núcleo esta casi por despertar, puedo percibir débilmente el mana —confeso Light—. Cada vez que veo una pequeña partícula de mana recorrer muy cerca de ti, la misma se torna fría y se congela.
Helleans le pareció increíble que el pudiera ver el mana a pesar de no haber despertado su núcleo de mana, aun así recordó que desde un inicio, los dos tenían secretos y eventos raros.
—Yo solo lo puedo percibir de una forma débil, pero aun siento el cambio que ocurre al pasar cerca de mi. La voz me dice que mi cuerpo aún no esta listo para absorber mana por lo que ella lo rechaza de esa manera.
Light a pesar de no entender nada, por lo menos su mente daba indicio de poder entender un poco, por lo que no siguió insistiendo.
—Supongo que es la primera vez que ambos decimos un poco de nuestros secretos —sonrió Light.
—Así es —respondió Helleans de la misma manera—. Bueno, me tengo que ir, fue un placer tener una charla normal contigo.
—Lo mismo digo. Espero que la próxima vez que nos veamos, hayamos progresado mucho más.
El evento de la mañana fue algo sin duda muy de locos para él, Zirion se despidió también y después se fueron. Light recogió la espada de madera que estaba en el suelo y en eso llegó Albert preguntando de que habían hablado.
Zirion también le había preguntado lo mismo a su hijo por lo que los dos niños contestaron al mismo tiempo, "cosas de niños", a pesar de ya estar en distancias diferentes.
Light pasó una mañana sin duda, diferente. El resto de la tarde se la pasó meditando y solidificando su núcleo de mana. En la hora de la cena charló un rato con Susan preguntando un poco más sobre la personalidad de Helleans o si notaba algo raro en él.
Susan lo único que le dijo fue que el niño era algo reservado y que lo que veía raro era un fenómeno que le ocurría, ella lo dejó hasta allí porque según ella, Light no podía entender esas cosas aún.
—Si supieras, abuela —comentó Light en voz baja mientras se reía.
Así, el día de Light había terminado. Esta noche no decidió madrugar por lo que se acostó temprano. Su entrenamiento daba frutos a pesar de los contratiempos, por lo que apresurarse y no hacerlo, era bueno de vez en cuando.
“Acepta el día tal cual como se te presenta, sea bueno o malo. Total, la mañana siguiente lo realizarás con todo”.