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Capitulo 6: Pagar los platos rotos de otros.

Dyanne se encontraba en su habitación escribiendo su exposición para su maqueta, la cual estaba completa ya que su padre le había traído los nombres hace unos minutos.

Dyanne no quiso molestar a Andrea cuando estaba colocando los nombres, entendía que ella ya había hecho demasiado.

— Y....eso es todo. — soltó un suspiro cuando por fin culminó su escrito. Organizó todo para el día siguiente y bajo a la sala a esperar por la cena.

— Y la dejó hacerlo?. — Dyanne escuchó la voz de su padre cuando estaba llegando a la sala.

— Si, también nos sorprendimos. — Alex explicaba.

— Y ella...— Diego se frenó al ver a su hijo llegar a la sala. — Buenas noches, Cariño.

— Buenas noches. — Miró de manera sospechosa a los tres. — De que hablan?.

— Que? No, de nada. — Axel se denegó.

— En lo absoluto. — Su gemelo lo seguía.

Minutos después Andrea bajaba junto a Diana quien traía a Doris en brazos. Diego vio como Dyanne bajó su mirada al ver a Andrea, ésto le pareció extraño.

— Aunque le buscara cualquier otro juguete, siempre volvía a pedir su patito del baño. — Andrea reía un poco.

— Es su favorito, no es como los bebés que su juguete favorito siempre es algún Osito o alguna muñeca. A Doris le encanta su patito compañero de baño. — Diana le explica con una sonrisa.

— Mami! Tengo hambre, quiero cenar ya. — Axel se acercó a su madre y se colocó a mtre sus piernas cuando Diana tomó asiento.

— Ya vamos a comer, amor, Alejandra de seguro ya está por terminar. — Diana acarició el cabello del menor. — Eres muy impaciente.

Diana miró a su esposo con extrañeza, Diego no apartaba la mirada de Andrea y Dyanne.

— Papá, quien nos llevará al colegio mañana?. — Pregunta Diangela.

— Cierto, Armando pidió el día libre para llevar a su madre al médico. — Diego se quedó pensativo. — Podría ll Carlos antes de irme a trabajar.

— Cariño, tenemos que salir a las seis. — Diana recordó.

— Bueno...

— Andrea puede llevarnos. — Alex miró a su padre y sonriendo ante su idea.

— Puedes hacerlo?. — Diego miró a Andrea.

— Bueno, puedo, solo hay que darme las direcciones y me encargo. — Sonrió a sus j fes y estos suspiraron aliviados.

— Eres un sol, Andi. — Diana la halagó recibiendo un agradecimiento de Andrea.

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— Está bien, Cariño. — Andrea escuchó a Alex darle algunas indicaciones. — Entonces debo ir a dejarlos a su aula.

— Es para que la maestra te conozca, debes de darle tu información para cuando nuestros padres no estén disponibles acudir a ti, si es que nos sucede alguna cosa. — Axel culminó.

— Perfecto, entonces vamos. — Andrea miró a Dyanne para darle indicaciones. — Dy?.

— Si? — La miró de inmediato al escucharla llamar su atención.

— Mira a Doris por favor. — Miró a Diangela y soltó una pequeña risa al ver con sus auriculares mientras le cantaba a Doris la canción que se reproducía, la bebé estaba encantada con lo que escuchaba. — Creo que no será necesario. Ya regreso.

Andrea hizo todo lo que la maestra de los gemelos le pidió, le pareció que había mucha seguridad en aquel colegio, Pero era entendible, los estudiantes eran hijos de personas importantes.

No tardó más de diez minutos y regresó al auto encontrando a Diangela de brazos cruzados y a Doris con sus auriculares en la boca.

— Andrea, mira lo que hizo está niña. — dijo quejándose. — Los rompió.

— Tienes unos inalámbricos, deberías de usar esos después de todos los que Doris te roto. — Dijo Dyanne con diversión.

— No, no me gustan, se descargan y odio eso, es fastidioso estar cargando eso siempre. Que tedioso.

— Creo que en mi bolso hay unos blancos. — Andrea le señaló su bolso a Diangela. — Creo que aún sirven, ya no los utilizo, los inalámbricos son más sanos.

— Gracias, Andi. — Diangela le sonrió y Andrea le correspondió.

Luego de que Andrea dejara a Dyanne y Diangela en la secundaria, dónde también tuvo que entrar a dejar su información, regresó a casa con Doris, la bebé se durmió casi enseguida.

Durante toda la mañana Andrea se la pasó organizando la ropa de Doris y también preparó algunas galletas para todos, en realidad las hizo porque los gemelos le dijeron que eran la favoritas de Dyanne, quería llevarse Bien con la chica.

Eran las dos de la tarde y ya estaba por salir a buscar a los chicos, Pero se detuvo al verlos entrar junto a sus padres, al parecer salieron temprano y pudieron ir a buscarlos.

— Andi! Huele a galletas! — Los gemelos se acercaron rápido a ella. — Hiciste galletas para nosotros?.

— Claro, para todos. — Dijo Andrea mirando a Dyanne Pero frunció su ceño al verla...¿enojada?.

— Que rico! — Diangela fue por su cuenta a la cocina seguida de los gemelos.

— Las traeré. — dijo a los que quedaron en la sala. Cuando entró a la cocina los encontró mirando a todas partes. — ¿Se les perdió alguna cosa?. — preguntó con su ceja alzada.

— Andi! — se quejaron al unisono.

Andrea sacó las galletas, les sirvió a los tres y salieron disfrutando sus galletas, luego preparó unas aparte para Dyanne, según le dijo Alex a ella le gustan con mermelada de fresa, asi que le preparó esa mermelada ella misma antes de hacer las galletas.

Cuando salió puso la bandeja delante de sus jefes quienes estaban ya sentados, sonrieron y aceptaron las galletas. Cuando Andrea miró a Dyanne vio que aún no había cambiado su cara de entrada, pensó que con las galletas se pondría feliz así que se acercó.

— Dy. — la nombrada alzó su mirada y frunció mas su ceño al ver a Andrea. — Escuché que te gustaban las galletas con mermelada de fresas, así que...

— No quiero nada. — dijo Dyanne de manera fría y tajante. — Y menos si tú las hiciste.

— Que?...Pero...

—¡Dije que no quiero! — El plato con las galletas fue lanzado al suelo luego de que Dyanne se lo arrebatara a Andre quien se quedó inmóvil. — No necesito que me prepares unas estúpidas galletas para llevarte bien conmigo. Si quieres hacer algo Bien, solo lárgate. — Andrea miró a los presentes y luego bajó la mirada. — No quiero una Niñera.

— ¡Dyanne!. — Diego se puso de pie. — No seas mal educada! — Dyanne ignoró a su padre y subió a su habitación.

— Pero que le pasa?!. — Diana estaba por subir hasta que escuchó las palabras de Diangela.

— Se burlaron de ella todo el día en el colegio.

— Pero por qué?. — Diego estaba confundido.

— Porque tiene una niñera.