Rico en puntos

—Tómalo —sugirió el sistema.

—Trato hecho —respondió Alix.

Esos eran alrededor de cien lingotes de oro, todos forjados a partir de la lava del demonio. Tenían que ser oro puro, vale una fortuna.

—Me gustas —le dijo Dark death.

Alix se encogió de hombros y miró a Dark death con una expresión atrevida en su rostro.

—También me gusto yo —dijo ella.

Ubicaron a los niños, y Alix incluso recogió un par de plantas que de alguna manera todavía tenían vida en la guarida del demonio de lava.

—Mira, encontré algo más —le dijo Dark death.

Sosteniendo las manos de dos niños, Alix se unió a ella en un rincón de una cueva llena de moho y echó un vistazo a otro pergamino que la asesina había encontrado.

Este era más grande que el del fuego infinito habilidades.

—Es un mapa —agregó ella.

Ambas lo miraron, frunciendo el ceño ya que era un mapa sin marcas, solo imágenes. Algunas de ellas incluso se movían, pero siempre regresaban a su punto de origen.

—Entendido —le dijo el sistema.