Aunque Sheyan escapó a tiempo de la jabalina ultrarrápida, las ramas al final de la jabalina de madera aún le dejaron algunos rasguños profundos y sangrientos en el pecho y el abdomen. Si los rasguños hubieran sido más profundos, la parte delantera de su cuerpo se habría abierto.
No solo eso, Sheyan no sintió ningún dolor por las heridas, solo picazón. Miró hacia abajo y vio que una capa de moho verde y algo de micelio habían crecido sobre las heridas en su pecho y abdomen. El musgo se estaba extendiendo rápidamente por su cuerpo.
Afortunadamente, el zarcillo negro de la 'Escalera del Sol' se deslizó de inmediato para limpiar rápidamente la grave infección de las heridas de Sheyan.
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