Muerte

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¡Deng! Un estruendoso golpe resonó mientras todo el laboratorio temblaba. Se podía observar una clara abolladura en la placa de vidrio reforzado de la sala de observación de Hammond.

Aun así, la electricidad de alto voltaje no discriminaría y conmocionaría a todos los invasores.

Deslumbrantes corrientes azules sacudieron locamente y envolvieron la cabeza del Rex de Riesgo Biológico. Incluso una bestia tan temible sufrió daños devastadores.

Los ojos de la cara humana en su vientre se volvieron hacia atrás, y sus brazos híbridos dinosaurio-humano se movieron frenéticamente. Lodos de excremento diluido se filtraron por su ano de dinosaurio que liberó un hedor inexplicablemente repulsivo.