Capítulo 164 – Una Raza Que Despreciaba El Encanto

Sheyan inspeccionó cuidadosamente el lugar, solo después de confirmar que no se le cobraría ningún cargo extra si pasaba por la puerta plateada. Entró en una espaciosa sala de mármol. La sala estaba adornada con más de 10 voluminosas y ásperas sillas de mármol, que parecían extremadamente exorbitantes. Un par de ojos aparecieron ocasionalmente en los pilares, barriendo sigilosamente el área antes de desaparecer. Ese debe ser el mecanismo de vigilancia que detecte cualquier comportamiento ilegal.

Docenas de duendes se sentaban detrás del mostrador de ventas hecho con madera de haya, esperando a los clientes. Debido a que no había muchos clientes ahora, algunos comían galletas con forma de pequeños animales. Algunos estaban examinando las imperfecciones del mármol con su lupa, y los aburridos estaban presionando sin pensar las mini básculas que tenían enfrente con sus dedos. Había una sagacidad inexplicable entre los ojos de esas pequeñas y rechonchas criaturas verdes.