Al escucharla decir eso, Jia Li sintió ganas de devolverle el té con leche que había traído para ella y bloqueó su vista para no mirar los tres vasos de té con leche en su escritorio de trabajo.
—Señorita Sunny, no puedes recuperar lo que ya has dado —dijo Jia Li.
—¿Puedes terminar los tres vasos de té antes de que se enfríen? —preguntó Sunny. Le pareció gracioso el acto de Jia Li, por lo que cambió de opinión.
—Puedo. Necesito algo caliente para disipar el frío en mi cuerpo. Gracias, señorita Sunny, por su amabilidad —dijo Jia Li agradecida. Sabía que era la razón por la cual Sunny había comprado el café para todos en su departamento y podía ver que le importaba.
—Mmm... solo toma tu trabajo con calma, necesitas estar fuerte para continuar —le dijo Sunny antes de irse. Podía ver lo duro que trabajaba durante la competencia y debía decir que estaba impresionada.
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