O PARTE III: El mundo es bello

Mi corazón latía muy rápido pero el polvo parecía nunca querer asentarse, no tuve mas remedio que ponerme de pie. Al querer ponerme de pie, mi desnutrición atacó y me caí, tuve que intentarlo muchas veces para poder hacerlo.

Caminé hacia adelante y lo encontré, luego de pasar por las nubes de polvo, fue mucho sol. Por un instante los rayos de Inti me cegaron y tuve que cubrir mi vista con mi mano, para que se acostumbre a esta claridad.

Fue hermoso.

Había plantas tan verdes, estaban los árboles ¡Oh, no creí extrañarlos!

El cielo era tan hermoso, llena de nubes blancas y el viento era tan, tan libre. Así como yo.

Ahora es cuando me di cuenta, que mi prisión se había ido, no era la mujer en la montaña. Ahora solo era una mujer en el campo.

Mis pies descalzos sintieron la tierra húmeda y un sentimiento brotó en mi como lo hace una flor.

Felicidad.