(Continuación del capítulo 8)
Fanny:Iré para allá en una hora... nos vemos.
Sale de la habitación.
—¿A donde vas, hija?—pregunta la madre de Fanny al verla con prisa.
—Un amigo me mando llamar, necesito salir de inmediato. Volveré pronto—grita mientras baja las escaleras.
—Nuestra prima al borde de la muerte, y está chica se va con su amigo que seguramente se quedó solo y quiere "compañía"—agrega un primo en voz baja.
Fanny baja y el Uber la espera afuera. Aborda el auto y se dirige a casa de Kevin.
35 minutos más tarde...
Baja y por unos momentos sienta que nada ha cambiado. Como si estuviese llegando a casa después de un día de escuela. Un golpe de realidad la golpea y regresa a la tierra. Kevin abre la puerta y lo invita a pasar.
Al entrar Fanny ve a sus antiguos padres, saluda a ambos y por unos segundos les sonríe y los observa, sin que ellos se percaten. Ambos no tienen idea de lo que sucede, pero Fanny está feliz y triste de estar en su antiguo hogar, le hace recordar lo mucho que todo ha cambiado.
Suben las escaleras e ingresan a la habitación, le colocan lentamente seguro a la puerta. Y abren el libro.
—Será extraño que mi... tus padres nos vean aquí. Parecerá que estamos encerrados por calenturientos—dice Fanny mientras se sienta al borde de la cama.
—Por eso mismo tenemos poco tiempo—responde Kevin mientras abre el libro.
En el libro se pueden apreciar muchas fotos, algunas muy dañadas y antiguas, estas están con unas "tachas" y una descripción de las causas de muerte de cada persona. Estas personas son familiares de Kevin. Pareciera como una especie de brujería y venganza.
Estas fotos y sucesos datan de hace muchos años. Y una de las imagines más recientes es la de "Michelle", que solo tiene una línea trazada de esquina a esquina.
—Puede ser una clara señal que corre peligro, y peor aún, que su accidente fue provocado o manipulado—dice Kevin mientras hojea.
En la última hoja encuentran un sobre. Lo abren y dice:
¡Hola chicos!
Espero la estén pasando bien en sus cuerpos, después de todo solo son prestados, o quizá no...
Ustedes dos fueron blancos perfectos para mi plan, un plan que a mi familia me tomo años llevar a cabo pero gracias a mi magia lo logré, claro con ayuda de mis ancestros. Las familias de ustedes dos durante años acosaron a mis ancestros, mis bisabuelas y tatarabuelas fueron quemadas a causa de sus familias. Bien, creo que debo tomar venganza por eso. Les hice esto a ambos por qué sabría que una vez hecho el hechizo, romperlo sería casi imposible.
Ya saben las reglas, por ende no le pueden decir a nadie sobre esto, de lo contrarío ambos se quedarán mirando como sus familiares mueren a su alrededor.
Esto solo es el inicio del juego. Finjan que nunca pasó nada, nos seguimos viendo y disfruten sus cuerpos.
Atentamente: Amelia Kling.
Ambos quedan perplejos al ver el nombre de una maestra de la escuela, la maestra que estuvo a cargo de ellos aquel sábado, aquel día cuando sus vidas dieron un giro de 360 grados.
—Eso explica muchas cosas, parece que todo encajo en su plan, y nuestra actitud no ayudo mucho, ya que nosotros mismos con nuestros actos nos entregamos a Amelia, es una zorra. Siempre supe que estar ese dia castigados fue un error—dice Kevin mientras camina por la habitación intentando descifrar y unir todas las piezas en el rompecabezas.
—La maestra y sus familiares tuvieron que haber sufrido bastante para llegar a estos extremos. Han pasado quizá siglos de esos sucesos, y parece que inclusive hace décadas se seguía practicando quemar brujas, pero supongo que en pueblo de donde es mi familia hasta hace poco lo seguían haciendo, es un pueblo apartado de la civilización—dice Fanny mientras mira las fotos.
—¿Pero mi familia que tiene que ver ahí?—pregunta Kevin confundido y mientras ve por la ventana.
—Creo que tu familia se involucró bastante, quizá tus antepasados ayudaron o vivieron en el mismo pueblo que en de el mis abuelos—exclama Fanny mientras mira los nombres que están tachados en el libro.
—¿Y ese pueblo es?—interroga Kevin mientras se acerca a Fanny
—El pueblo de Asheville. Así se llama, y aquí está marcado en algunas páginas—muestra Fanny.
—Tenemos que ir allá y aclarar dudas. De otra forma no conoceremos el pasado y mucho menos las intenciones de la maestra Amelia—responde Kevin mientras busca en google maps.
Fanny ríe.
—Creo que las intenciones de Amelia quedan más que claras, o sea, mira como nos tiene ¿Hace falta que te recuerde que tú estás en mi cuerpo y yo en el tuyo?, creo que no. Ella quiere causarnos dolor, y quizá nosotros tenemos la culpa por meternos en aquel pasillo y citar las palabras mágicas—dice Fanny en un tono burlesco.
—¿Y que haremos? Regresaremos a clases y ella estará ahí, ¿con que cara iré a verla después de lo que nos hizo? No así como así la veremos, después de saber esto no es fácil—exclama Kevin un poco molesto y sin saber qué hacer.
—Por ahora centrémonos en Michelle, tendremos que jugar con las reglas de la maestra Amelia. Y desde luego que iremos al pueblo, le diré a Jacob que nos acompañe, quizá también vaya una amiga llamada Lucero.—responde mientras se levanta de la cama y se dirige a la puerta.
—Nuestras vidas cambiaron, y quieras o no así será por un largo tiempo o quizá para siempre. Acéptalo Fanny, no es fácil estar en mi cuerpo y ser Kevin. Pero tendrás que adaptarte—agrega Fanny mientras quizá el seguro de la puerta y abre.
—¿Podrás adaptarte tú?—pregunta Kevin.
—Lo hare aunque sea difícil, trataré Kev—responde con una sonrisa de oreja a oreja...
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