webnovel

Uno nunca sabe

Narra Dante

La tormenta seguía azotando, Anya, Taylor y Rosé estaban siendo atendidas en una habitación aparte dentro del refugio, especial para emergencias médicas, la única inconsciente era Anya, las demás habían recobrado la consciencia, los paramédicos designados en la reserva las estaban revisando, para cerciorarse de que estuvieran bien.

Conmigo no se demoraron tanto, al fin y al cabo, estaba en perfectas condiciones, solo con un poco de frío y cansancio, normal después del esfuerzo físico que hice, pero por lo demás estaba excelente.

Era obvio que estábamos castigados, Taylor y Rosé por haberse escapado y haber puesto en riesgo sus vidas, y Anya y yo por irnos sin autorización a buscarlas en lugar de avisar a las autoridades respectivas.

Supongo que es el riesgo que corrí al intentar hacer las cosas por mi cuenta, pero no podía permitirme ese lujo, sigo creyendo que lo mejor fue que yo me hiciera cargo, al final ellas están sanas y salvas.

Lo que si no vi venir fue que Anya saliera en busca de mí, ahí si que pudo haber pasado una tragedia mayor, no pienso recriminarle nada sobre eso, de todas formas, fue producto de que se preocupa por mí y mi bienestar, yo habría hecho lo mismo en su lugar.

Después de una hora aproximadamente, Anya había recuperado la consciencia, la reacción alérgica en Anya había desaparecido casi en su totalidad, Rosé no mostraba ninguna secuela o consecuencia grave por el momento, así que ella ya había abandonado la habitación, estaba afuera platicando con Taylor hablando con los médicos.

—Chicas ¿Cómo se sienten?

—M-Me siento bien…mejor que hace unos minutos… —respondió Anya— ¿T-Tú…estás bien?

—Claro que si mi amor, lo importante eres tú y las demás, estaba jodidamente preocupado.

—L-Lo siento…es que pasó tiempo y…no venías…en serio, perdón…

—Guarda tus energías, cariño, no estoy enojado ni nada, sé por qué lo hiciste, no pasa nada —dije mientras acariciaba su lindo rostro.

—¿C-Cómo las hallaste? Y-Yo no pude ver nada…la lluvia…no me dejaba.

—Me las arreglé como pude, estaban en la costa, habían caído al agua, tuve que llevarlas hasta la orilla para que estuvieran a salvo.

—¿N-Nadaste…con esta lluvia?

—No tuve opción, estaban a punto de ahogarse, hubiera llegado 10 segundos más tarde y no la cuentan.

—Eres increíble…nos salvaste a las 3…tú solo…

—Daría mi vida por protegerlas, sobre todo a ti, preciosa —le di un beso en la frente— No sé que sería de mí si llego a perderte.

—Ni lo pienses…hará falta más que esto…para alejarme de ti…

Acaricié suavemente su cabello, se veía cansada, normal después de sufrir una reacción alérgica tan severa.

—Tienes que reposar, la doctora dijo que tus vías respiratorias se habían inflamado y que combinado con el agua que tragaste de la lluvia te había dificultado el respirar, y que por eso habías quedado inconsciente.

—Malditos árboles…los odio…ojalá esos hubieran…recibido un rayo…

—Jaja, tienes razón, pero deja de pensar en eso, estás a salvo ahora.

—¿E-En serio no te pasó nada, Dante? E-Esa lluvia estaba horrible… ¿No sufriste ningún percance?

—Solo estoy cansado y con frío, es todo, son unas bellezas, pero ustedes pesan jajaja.

—Oye…debes poder cargarme…

—A ti sí, cariño, pero a las 3 al mismo tiempo en medio de una tormenta pues no.

—B-Bien… ¿Cómo están las chicas?

—Despiertas y descansando, así que no te preocupes, ahora quiero que hagas lo mismo ¿Sí? Iré a hablar con ellas ahora.

Me despedí de mi novia y salí de la habitación para ver a Taylor y Rosé, estas estaban sentadas con los médicos en una banca que había por ahí, vi como los médicos les hablaban y ellas simplemente escuchaban, cuando terminaron me acerqué para platicar con ellas.

—Hola chicas.

—H-Hola Dante —saludó Rosé.

—Hola Dante —saludó Taylor.

—¿Cómo se sienten?

—Mejor, supongo…los doctores nos dijeron que solo teníamos que reposar, gracias a que nos rescataste no sufrimos ninguna consecuencia grave, de haber pasado más tiempo en el agua pues…habríamos muerto.

—S-Si…nos dijeron que si hubieras llegado tarde, o hubiéramos sufrido un daño cerebral…por la falta de oxígeno, o directamente pues…nos hubieras hallado muertas —complementó Rosé.

—Carajo…de solo pensarlo me dan escalofríos.

—Taylor me dijo que nos diste RCP… —dijo Rosé mientras se sonrojaba.

—Claro, fue la única forma de que recobraran la consciencia, y pudiera sacar algo del agua en sus pulmones.

—Ya veo…

—Creí que te habías dado cuenta, tenías los ojos abiertos cuando lo hice.

—S-Si…pero no recuerdo nada de ese momento…no sé por qué…los doctores me dijeron que podía ser por la falta de oxígeno, que limitaba mi visión y mi percepción de las cosas…dijeron que estaba en un estado de seminconsciencia…

—Eso explica por qué te mantuviste callada todo el trayecto, estabas consciente pero no podías moverte y o decir algo.

—E-Exacto.

—Entiendo, bueno, lo importante es que ambas están a salvo.

—¿Y a ti no te han revisado? —preguntó Taylor.

—Claro que sí, solo tenía cansancio y frío, es todo.

—No me jodas, pareces un robot.

—Jajaja no exageres, solo tuve suerte.

—¿Cómo vas a llamarle suerte a eso Dante? Por Dios, hiciste un esfuerzo sobrehumano y estás ileso, yo sufro horrores para levantarme en las mañanas, cambiar el tanque de gas o la garrafa de agua, y tú nos cargaste a las 3 debajo de la lluvia y estás entero ¿Te parece normal?

—Oye, cálmate ¿Sí? No sé qué decirte Taylor, sólo sé que las 3 están a salvo, y eso es lo único que importa.

—Como digas.

Esta niña era incorregible, aún con esto y seguía siendo arisca como de costumbre, en fin, no tengo porque darle respuestas justo ahora, había cosas más importantes en las que pensar.

—P-Por cierto ¿T-Tendremos algún castigo? —preguntó Rosé.

—Al parecer sí, Rosé, intenté convencer a Ryan de que no las castigara a ustedes sino solo a mí, le expliqué mis motivos a él y a los profesores, pero fue inútil, nos castigarán de todas formas.

—Rayos…

—Si, sólo espero que el castigo no sea tan malo.

—Espero tengas razón…

—¿Anya está bien? —preguntó Taylor.

—Si, ella ya despertó, cuando puedan ponerse de pie podrán ir a saludarla.

—Ya estamos bien, Dante, hablas como si estuviéramos paralíticas o algo así.

—¿No prestaste atención a lo que te acaba de pasar?

—Ya me siento mejor, solo voy a ver a mi amiga, no a trepar una montaña.

Taylor se puso de pie lentamente y caminó hacia la habitación donde Anya descansaba.

—Y-Yo quiero ir a verla también.

—Bien Rosé, déjame ayudarte.

Le extendí la mano a Rosé para que pudiera ponerse de pie, una vez parada, fue a la habitación a ver a Anya.

Me senté en la banca a reposar un rato, todavía no podía creer lo que había pasado, ellas estuvieron cerca de morir, era inevitable pensar en lo que hubiera pasado si hubiera llegado segundos tarde.

Pasadas un par de horas la tormenta había disminuido bastante, el agua recia se había ido, solo quedaba una suave lluvia totalmente inofensiva, cuando salimos del refugio vimos los estragos que había dejado, varios árboles caídos, impactos de truenos en el suelo, y todo el lugar estaba empapado, de ahí en más no hubo nada que lamentar.

En orden todos volvimos a nuestras cabañas, nos dieron la instrucción de que el tercer día de campamento se cancelaría, ya que iban a tener que hacer labores de restauración y demás en la reserva, y no querían arriesgarse a que ocurriera algo más.

Una vez en nuestras cabañas, nos dispusimos a descansar, eran las 10:00 pm aproximadamente, me encontraba platicando con mis compañeras de cabaña.

—Pues al parecer fue un ciclón tropical que iba pasando por el país —dijo Debra.

—¿Es en serio? —preguntó Vanessa.

—Obvio, no me lo voy a inventar.

—Carajo…pudimos haber muerto.

—No exageres.

—¿Cuál exageración? Tuvimos suerte de que no nos cayera una secuoya en la cabeza.

—Quizás, pero estábamos en el refugio, ahí dudo que nos fuera a pasar algo.

—Uno nunca sabe, Debra, no hay nada más peligroso que lo inesperado, es lo único para lo que no puedes estar preparado.

—Supongo que tienes razón.

—Ya chicas, no es bueno que piensen en eso, lo importante es que estamos sanos y salvos, y de que no hubo heridos de gravedad o peor aún, muertos —intervine.

—Cierto, mejor voy a dormir —dijo Debra mientras se dirigía a su cama.

—Lo peor es que se canceló el tercer día de campamento, yo de verdad quería seguir viendo el lugar —se lamentó Vanessa.

—Ánimo, seguro podremos volver en otro momento.

—Lo dudo mucho, Dante, tardaremos un montón en volver aquí, más con lo que pasó hoy.

—No digas eso, para empezar, no fue culpa de nadie la tormenta de hoy, los guías y empleados del parque lo manejaron de forma correcta, salvo nosotros nadie sufrió peligro alguno.

—Es un buen punto.

—Claro, así que podemos volver, quizás no pronto, pero algún día, dudo que este haya sido el primer incidente de este tipo que les haya pasado.

—Me sorprende lo calmado que estás, aún con lo que pasó.

—No sé, siento que desesperarse es contraproducente, no le veo beneficio alguno.

—Bueno, es una forma de verlo —Vanessa bostezó— Ahora sí, Dante, creo que es hora de mimir.

—Tienes razón, lo mejor es dormir ya —me acomodé en mi litera— Buenas noches, chicas.

—Buenas noches, Dante —dijeron todas al unísono.

Por fin el día había llegado a su fin, solo espero que mañana nos esperen mejores cosas.