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Salvavidas

No podía ver nada, no podía continuar, todo había llegado a su fin, no pensé que mi vida fuera a terminar así, al menos no de esta forma, sé que pude haber hecho cosas de una forma diferente, quizás eso habría ayudado, o tal vez hubiera sido igual, quién sabe, es demasiado tarde para averiguarlo.

Es extraño, no debería poder pensar justo ahora, sentir o percibir nada en absoluto, siento el vacío en el que estoy, en el que me muevo, pero no debería ser así, he muerto, debería estar cruzando un camino que me lleve al más allá, a la vida después de la muerte, pero no me puedo mover, puta vida.

Aun así, pareciera que alguien me está arrastrando, no…no me están arrastrando, me están cargando, como a un costal de papas…que raro.

¡Carajo! Siento que me acabo de estampar contra algo, no puede ser, esto me está dando mucho miedo ¿Qué mierda está pasando?

Ahora tengo una sensación extraña, empiezo a sentir una gran calidez…como si la sangre empezara a correr en mi cuerpo de nuevo…siento mi corazón acelerarse…está volviendo a latir, un segundo…siento algo raro en mis…labios…

De repente una fuerte luz invadió todo el espacio, sentí como si me catapultara de regreso a la vida, como si alguien me había traído de regreso.

Abrí mis ojos lentamente, con mucha pesadez, no tenía muchas fuerzas en mí, cuando mi vista se aclaró pude ver como Dante me estaba besando.

—Oye…despierta —escuché que me decía.

—¿D-Dante?

—Despierta…despierta…¡DESPIERTA!

—¿CÓMO?

—¡Vamos, por favor, Taylor, despierta! —decía Dante mientras me hacía RCP, haciendo compresiones torácicas y dándome respiración de boca a boca.

—Dante…cof, cof, cof —empecé a toser, Dante me ayudó a sentarme para poder escupir toda el agua que tenía acumulada en mis pulmones.

—Gracias a Dios, Taylor, ¿Estás bien?

—Quitando el hecho que casi muero…si…c-creo que sí.

—La próxima hazme caso y no andes vagando por tu cuenta ¿Sí?

—Como digas, patrón…espera ¿D-Dónde está Rosé?

—Aquí está, he estado dándole RCP a ella también.

Vi a Rosé recostada en la playa, esta tenía los ojos abiertos, pero se veía desorientada, me alegro de que esté viva.

—¿T-También la besaste?

—No es besar, Taylor, es respiración de boca a boca.

—P-Pero para eso necesitas besarnos.

—No me jodas ¿Te has puesto así solo por un beso?

—N-No…es solo que…

—Ya, tranquila, si no hubiera sido una cuestión de vida o muerte no lo habría hecho.

—B-Bien…por cierto ¿Cómo nos encontraste?

—Salí hace rato a buscarlas, crucé todo el bosque y pude llegar hasta acá, entonces vi que estaban en el mar, salté y logré traerlas hasta la orilla.

—P-Pero ¿Cómo? E-Estábamos lejos de la playa, había una secuoya tapando el paso…la lluvia está recia ¿Cómo pudiste vernos y encontrarnos aquí? ¿Cómo lograste cruzar todo el bosque tú solo? ¿C-Cómo fue que el mar no te tragó junto con nosotras?

—Te está dando un ataque de ansiedad, Taylor, estás haciendo muchas preguntas, relájate ¿Sí? Las llevaré de vuelta al refugio.

Dante ignoró mis preguntas, se puso de pie y me cargó en sus hombros, eso era la sensación que tenía, en efecto me estaba cargando como costal de papas.

—Espera…¿Qué harás con Rosé?

—Tengo dos hombros, amiga, no te preocupes.

—¿N-Nos vas a cargar a las dos al mismo tiempo?

—¿Tengo otra opción?

—Pues no, pero…

—Ya te dije, no te sobre esfuerces, guarda tus pocas energías para mantenerte con vida.

Miré a Rosé, estaba todavía algo débil, no sé si más que yo, pero yo al menos ya podía hablar un poco. Dante la puso en su otro hombro, así como me llevaba a mí, nos sostuvo con sus dos brazos y así empezó a caminar.

—¿E-Estás seguro que puedes con las dos?

—Si Taylor, ya te dije, deja de preocuparte, todo estará bien ¿Sí? Si gustas hasta puedes cerrar tus ojos.

—E-Está bien.

Dante se puso en marcha mientras nos cargaba a Rosé y a mí, la lluvia había disminuido, pero seguía bastante fuerte, no me imagino cómo Dante atravesó toda esta reserva en medio de la tormenta.

Pasaron unos 10 minutos cuando de repente Dante se detuvo en seco, fue algo raro, así que le pregunté qué sucedía.

—Dante ¿Qué pasa? ¿P-Porqué nos detuvimos?

—Anya…

—¿Qué?

A toda prisa, pero con sumo cuidado, Dante nos colocó a Rosé y a mí en el suelo y corrió, como pude levanté mi mirada y observé a Anya en el suelo, inconsciente, Dante ya estaba auxiliándola.

—¿Anya? ¿Q-Qué hace ella aquí?

—Eso mismo me pregunto yo…carajo, la dejé en el refugio a salvo, seguro se preocupó y salió a buscarme…le dije que se quedara ahí.

—T-Tranquilo…

—Sigue respirando —dijo mientras revisaba los signos vitales de ella— ¿Pero por qué…? —miró a su alrededor, se detuvo cuando vio los árboles que nos rodeaban— Claro…estos árboles, los árboles de clavo, eucalipto y canela, Anya es alérgica a ellos.

—D-Debió quedarse inconsciente por la reacción alérgica…

—Y a eso súmale la lluvia…joder, espero tengan inyecciones anti alérgicas en ese refugio.

—Dante…No puedes cargarnos a las 3…

—Claro que puedo, solo déjame acomodarlas a todas.

Puso a Anya en el suelo con cuidado, volvió a cargarnos a Rosé y a mí en su espalda y hombros, y a Anya la cargó en sus brazos.

—No seas necio…d-déjame ayudarte…

—¿Estás loca? Apenas y puedes hablar, ya te dije, solo cierra los ojos y espera a que lleguemos.

Y así Dante siguió caminando, en medio de la lluvia, con los truenos y relámpagos cubriendo el cielo, muchos se oían cerca de nosotros, también se oían árboles caer, por suerte no fue ninguno cercano, pero eran tan enormes que donde fuera que cayeran, se escuchaban hasta acá.

Pasados unos 15 minutos, Dante se volvió a detener.

—¿Ocurre algo?

—Hay una secuoya tapando el camino.

—¿N-No la viste cuando venías para acá?

—Eh…si, si la vi…rayos, agárrate fuerte a mi cuello ¿Quieres?

Hice caso, me sostuve con las pocas fuerzas que tenía, y solo vi como Dante dio un gran salto hacia la secuoya, y empezó a escalar la misma, mientras nos cargaba a las 3, llegó a la cima del árbol, debía ser jodidamente grueso, porque estábamos lejos del suelo.

Sin inmutarse, Dante saltó y aterrizó en el suelo completamente ileso, yo me habría roto las piernas al caer así, y con tanto peso encima.

—¿E-Estás bien? Ese árbol era enorme.

—Si…por lo que dijo el guía su diámetro promedio oscila entre los 5 a 7 m, así que era un salto considerable.

—¿Y por qué no estás hecho puré?

—No lo sé, suerte.

Me quedé absorta al escuchar su respuesta, acaba de caer desde 7 metros sin lastimarse ¿Y me sale con que solo tuvo suerte? Este humano sí que es raro.

La caminata siguió por unos minutos más, hasta que por fin abandonamos la oscuridad del bosque y llegamos a la zona de cabañas, al pasar dicha zona llegamos al refugio del que Dante me habló.

—Wow…sí que es enorme.

—Te lo dije.

Afuera vi a algunas personas, junto con el guía, seguramente se habían dado cuenta que nosotros faltábamos.

—Oye, finge que estás inconsciente, o si no te bombardearán con preguntas, y no necesitas eso, yo me encargo de todo, tú solo descansa ¿Ok?

—O-Ok.

Hice caso a lo que Dante me dijo, es verdad, lo que menos quiero es que me regañen por haberme escapado en primer lugar.

 

Narra Dante

Después de una larga travesía habíamos llegado al refugio, las chicas y el ciervo, Ryan, estaban afuera esperándonos, así que apresuré el paso para llegar por fin.

—¡Ayuda! ¡Estas chicas necesitan asistencia médica! ¡Y pronto!

Al llegar me dejaron pasar, una vez dentro todos voltearon a ver para enterarse de lo que estaba pasando.

—¡Rápido! Necesito camillas para ellas.

—Aquí tenemos listas, colócalas ahí —dijo Ryan.

Coloqué a las 3 chicas con cuidado, una en cada camilla.

—Esta chica de acá sufrió una reacción alérgica, necesita una inyección anti alérgica, rápido.

—Descuida, tenemos de esas.

Ryan fue a traer un botiquín de primeros auxilios y de el botiquín sacó una inyección, le quitó el suéter a Anya, le subió la manga de su blusa para poder descubrir su brazo por completo, desinfectó el área con algodón y alcohol y colocó la inyección.

—Listo, con eso la reacción desaparecerá en cuestión de minutos, por ahora debe reposar, al igual que las otras 2.

—Gracias.

—¿Podrías decirme qué les pasó?

—Me percaté que ellas dos faltaban, así que salí a buscarlas, crucé el bosque y vi como habían caído al mar, por la playa, se estaban ahogando, las llevé hasta la costa y les hice RCP, están bien, pero supongo que requieren de una examinación más profunda.

—¿Qué me dices de ella? —dijo señalando a Anya.

—Debió preocuparse al ver que yo no regresaba, la encontré en la reserva de árboles de especias, sufrió una reacción alérgica, y eso debió dejarla inconsciente.

—¿Por qué fuiste a buscarlas tú sólo?

—Pensé que era lo mejor, si algo pasaba aquí, los profesores y usted debían quedarse acá, para poder atender a los demás estudiantes.

—¿Estás loco? Pudiste haber corrido la misma suerte que tus amigas ¿Qué habría pasado entonces?

—Siendo sincero, no lo sé, lo único que sé es que ellas estaban en peligro, y no podía quedarme de brazos cruzados, tenía que actuar.

El guía se me quedó viendo con una cara de pocos amigos, sin decirme nada, simplemente se me quedó viendo antes de seguir hablando.

—Sacaste a tus 2 amigas del océano, a la otra la encontraste en medio del bosque, las cargaste a las 3 al mismo tiempo, debajo de la lluvia y las trajiste hasta acá completamente ileso ¿Cómo lo hiciste?

—No lo sé…fue la adrenalina, supongo.

—Claro…bueno, es igual, lo importante es que están bien, eso sí, tus profesores y yo hablamos y habrá consecuencias por esto.

—Soy consciente de ello, no se preocupe, si puedo pedir algo es que las de ellas sean menos severas, ellas se llevaron la peor parte de esto, deben aprender la lección, pero tampoco sean tan rígidos, preferiría ser yo que se lleve el peor castigo.

—No es una decisión que tu debas tomar, muchacho, pero me gusta tu espíritu.

—Gracias.

—Ahora descansa un poco, nos encargaremos de tus amigas.

—Lo aprecio mucho, gracias.

Me senté en el suelo junto a las camillas, me pasaron una manta para secarme y calentarme un poco, las chicas llegaron a hacerme todo tipo de preguntas y decirme todo tipo de cosas.

—Siendo honesta, no creí que lo lograrías —dijo Debra.

—¡Debra! —regañó Vanessa.

—Vamos, ¿Escuchas la tormenta? Sus 3 amigas están inconscientes, tenía todas las de perder.

—Un poco de optimismo no te haría daño —comentó Alice.

—Tú sé optimista, yo seré realista.

—Como quieras…pero bueno, lo importante es que tú y tus amigas están bien.

—Si, eso es lo bueno…era lo más importante.

—Realmente me impresionas, Dante, podrías considerar ser un salvavidas profesional o un rescatista en el futuro —bromeó Helen.

—Nah, no exageres…no es para tanto.

—Ahí si te doy crédito, las cargaste a las 3 por todo el bosque y con un diluvio cayéndote encima, no creí que un humano tuviera tanta fuerza —dijo Debra.

—Pues gracias, supongo…aunque no fue fácil, eso me dejó agotado jajaja.

—Me imagino, pero lo digo en serio, te has ganado mi respeto, no cualquiera arriesga su vida o su integridad física para proteger a sus seres queridos, no es fácil, y muchas veces no se tiene el valor para hacerlo, pero tú demostraste ser diferente, no esperaba eso de un humano.

—Gracias Debra, aunque apenas nos conocemos significa mucho para mí.

—No digas eso, nos caes bien a todas, y créeme, esto no pasará desapercibido por los demás —comentó Vanessa.

—¿Los demás?

—Si, todo primer año está aquí, todos saben la proeza que hiciste, seremos amigas del tipo más popular del primer año jajaja, suena genial ¿No?

—¿En serio en eso es lo que piensas? —le cuestionó Alice.

—Si, un poco sí jajaja.

Sé que hice lo correcto, no quiero ni imaginar lo que hubiera pasado si me quedaba aquí sin hacer nada, pero no me gusta esto, me di demasiado color frente a todos, siento como todos me miran raro, aunque es igual, pueden pensar lo que quieran, el bienestar de mis amigas es lo más importante, me alegra que esto por fin se terminara.