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La Boda

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"Entiendo que tus sentimientos no van a cambiar de la noche a la mañana, pero o comienza a soltar las cosas de tu pasado o no tendremos un futuro. Granger ya no necesita de tu protección o cuidado, te guste o no, ese ya no es tu trabajo. Draco no es el villano, ni Granger la damisela en apuros que tenga o necesite ser salva y si lo fuera ten por seguro que para los Malfoy no hay nada más importante que la familia. Así que deja tu faceta de héroe y se un hombre o atente a las consecuencias"

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La boda, al menos a lo que respecta a la ceremonia convencional se realiza un mes después de la ceremonia en la que ligaron su magia Draco y Hermione. Como era de esperarse y siguiendo con el sinfín de tradiciones familiares de los Malfoy, dicho evento se llevó a cabo en los jardines de la mansión.

Podrían sin duda realizar el evento en otro lugar tomando en cuenta el origen de la novia, pero como en todo lo involucrado con la magia ancestral de la familia, la trascendencia en los vínculos mágicos se afianzaría de la misma manera que lo hizo durante la ceremonia de anterior. No era estrictamente por las tradiciones, en esta ocasión se trataba de la bienvenida formal de Hermione a la familia.

El ministro presidio la ceremonia, con un puñado de reporteros siendo una de las bodas más importantes y esperadas. Debido en mucho a su título de heroína, pero también cumpliendo con los intereses de terminar de mostrar al resto de mundo mágico que las uniones realizadas por el censo no solo funcionaban, sino que las personas más poderosas apoyaban la medida.

El famoso Harry Potter, el héroe del mundo mágico y mejor amigo de la joven que esa tarde contraía nupcias con nada más y nada menos que el heredero sangre pura más rico y de más arraigados preceptos sobre el estatus de sangre. Era una noticia que inundo los titulares de todas las publicaciones.

Seria también el primer evento público por llamarle de alguna manera, debido a que las parejas que hasta ahora se habían casado, lo hicieron en eventos privados, sin invitados o solo familiares cercanos. De hecho, ese era el primer lugar donde se presentaría los nuevos matrimonios.

La incomodidad de Potter es tan evidente mientras esperan por la entrada de la novia, que Parkinson ha tenido que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no aporrearlo en la cabeza. Ha tenido suficiente de su mal humor por varios días que está rozando de manera peligrosa sus propios límites. Hasta el momento a tratado de ser la persona mas madura tratando de ignorar la evidente falta de interés y respeto, pero esta a nada de perder la cabeza entre mas tiempo pasa.

Tiene suficiente cuando sus ojos verdes se desvían al frente solo para dedicar una mirada envenenada a Draco. Si las miradas matases Potter definitivamente sería un asesino. Cansada de la situación en si toma una decisión que la hace sonreír de manera maquiavélica.

No, no va a hacer una escena, está por encima de armar un escándalo en la boda de su amigo de la infancia. Pero ha llegado el momento de poner un punto final a la situación.

-¡Potter! -Le llama con una voz tan sueve y dulce como la melaza.

El pelinegro incluso tiene que parpadear un par de veces tratando de aclararse, pues estaba demasiado ocupado lanzando dagas con los ojos como para notar que su prometida se le hacía acercado. Lo que menos esperaba es que la morena le hablara de aquella manera, tan cerca al oído que podía sentir el aire caliente contra la piel sensible.

-Toda esta escena de celos se está volviendo un tanto desgastante. Como sigas viendo a mi mejor amigo de esa manera te prometo que me asegurare de soltar el mismo veneno con tu preciosa Hermione. Ahora bien, te concedo ciertas libertades, es decir, todos tenemos un pasado sentimental. -El tono empalagoso nunca dejo su voz.

De manera desenfada coloco la mano sobre el muslo de Harry apretando ligeramente y haciendo que diera un respingo.

-Pero si vas a dejar que el pasado siga afectándote de esta manera, me lo tomare como algo personal. No sé si sepas, pero Draco fue mi prometido y tengo cierto sentimiento posesivo muy bien justificado tomando en cuenta esa relación unida que siempre hemos tenido. Así que puedes ir a perseguir a tu leona, solo toma en cuenta que tendré las mismas cortesías que me concedas y tendré el derecho de perseguir viejos amores, sino es con Draco puede ser con cualquier otro, encanto no me faltara para conseguir entretenerme.

Harry puso la mano sobre la de su prometida cuando esta comenzó a deslizarse más arriba, en una clara señal de reto para reforzar sus palabras. Es más que consciente que Pansy es sumamente hermosa no necesitaría siquiera esforzarse por seducir a cualquiera que tenga sangre en las venas. El mismo se ve afecta con sus palabras y el simple toque de su mano contra el muslo.

-¡Ten cuidado Parkinson! -Advirtió agitado con un incomodo sentimiento que no supo definir en ese momento.

-¡Oh no! El que debe tener cuidado eres tú querido, -Advirtió- no faltara quien quiera darme las atenciones que tú le otorgas a otra mujer. Voy a ser buena y te voy a dar un claro ejemplo de lo que quiero decirte para despejar cualquier duda. ¿Te gusta este vestido?

La pregunta en sí parecía inocente, los ojos de Harry viajaron del escote que mostraban el nacimiento de unos géneros pechos de piel lechosa, para pasear poco después por la cuerva de sus caderas y las largas piernas que se asomaban torneadas por la abertura lateral. Trago saliva con dificultad, la tela parecía suave y vaporosa de un exquisito color vino tinto. Se adhería perfectamente al armonioso cuerpo como si fuera una segunda piel.

-Te aseguro que no me has mirado dos veces por estar al pendiente de Granger, este vestido es magnífico toda una obra de arte, yo misma elegí la tela y el corte, los bordados se hicieron a mano. -Dijo mientras acariciaba disimuladamente su cuerpo mostrando su punto. -El único problema es que no pude usar ropa interior para usarlo porque se marcaria y eso sería de muy mal gusto.

Frunció los labios haciendo una graciosa mueca.

-Se que no lo has notado a pesar de que estoy a tu lado y eres mi prometido, pero mira a tu derecha.

La joven señalo con la barbilla a un grupo de hombres a algunos metros de distancia, que le miraban con interés mal disimulado.

-Estoy convencida que ellos si lo han notado. Te aseguro que puedo levantarme de esta silla y aun siendo tu prometida me bastara una mirada para invitar a cualquiera de ellos a que me siga al interior de la mansión para que comprueben por sus propios medios que no llevo nada debajo de este bonito vestido.

Los celos comenzaron a burbujear en Potter esta vez encaminados no hacia su mejor amiga, sino hacia su prometida.

-Entiendo que tus sentimientos no van a cambiar de la noche a la mañana, pero o comienza a soltar las cosas de tu pasado o no tendremos un futuro. Granger ya no necesita de tu protección o cuidado, te guste o no, ese ya no es tu trabajo. Draco no es el villano, ni Granger la damisela en apuros que tenga o necesite ser salva y si lo fuera ten por seguro que para los Malfoy no hay nada más importante que la familia. Así que deja tu faceta de héroe y se un hombre o atente a las consecuencias.

La música comenzó a sonar interrumpiendo la conversación. La mirada de Pansy seguía siendo desafiante cuando cruzo la pierna deliberadamente lento.

Hermione ya avanzaba por el pasillo central al encuentro de Draco cuando la morena se inclinó una última vez para hablar al oído de su prometido.

-No voy a repetirme, es la última advertencia. Terminando la ceremonia voy a ir a dentro, puedes quedarte o acompañarme, si te quedas entenderé que está eligiendo un recuerdo, ese amor al que te aferras, y estaré en libertad de buscar el amor por mi cuenta. Si me acompañas es porque estará dispuesto a que de verdad iniciemos algo juntos.

Como prometió, cuando los invitados rompieron en aplausos por los recientes esposos. Ella miro una última vez a Harry a los ojos, colocando un casto beso en la mejilla, comenzó a caminar hacia la mansión de los Malfoy.

No miro una sola vez a su espalda. No soportaba la idea de que Harry pudiera elegir aferrarse al pasado, le dolía el pecho y tenía muchas ganas de llorar, pero se prometió no hacerlo.

Le había tomado cariño, Potter era una persona fácil de querer. Pero cumpliría su palabra, si su prometido no podía ser capaz de darles la oportunidad de empezar de nuevo lo dejaría libre para que tomara su segunda opción del censo.

Ella no se sentía capaz de terminar siendo como su madre. Soportar la falta de amor en un matrimonio concertado era el pan nuestro de cada día entre los sangres pura, quienes tenían un poco de suerte con el tiempo se enamoraban o al menos había un afecto que les unía cuando la familia llegaba, sin embargo, en el caso de sus padres ese cariño nunca surgió y que no se amaran no mejoraba el hecho de verla sufrir en los rincones cuando su padre se perdía con alguna amante de turno y todo empeoro cuando se enamoro de una de esas amantes y las hizo a un lado a ella y a su madre.

No, no soportaría vivir a la sombra de nadie, ni conformarse con las migajas que otras dejan. No lucharía contra un recuerdo para verse consumida en el dolor y los celos.

Absorta en sus pensamientos no noto que la seguían hasta que la tomaron por el brazo cuando estaba por llegar a una de las entradas laterales de la mansión.

La hicieron girar de un tirón y choco con fuerza contra el pecho fuerte de su prometido.

-Soy un hombre, no un héroe. Nadie va a tocar a mi prometida y futura esposa.

Los ojos verdes tras las gafas ardían de rabia y celos. No necesito de mas alicientes para hacer que sus pies se movieran en automático cuando la vista de varios hombres presentes en la ceremonia siguiera el caminar elegante y femenino de Pansy.

La colera que lo embargo hizo palidecer el sentimiento de celos que sentía al pensar en que Hermione se caso con su enemigo.

Camino tras ella con los celos burbujeando en su estómago. Imaginar a otros hombres tocándola lo hizo sentir enfermo.

Pansy sonrió arqueando una ceja, no necesitaba ser un genio para comprender que la estaba eligiendo a ella. Se estiro un poco para besar sus labios, aprovechando para mirar sobre su hombro para asegurarse que nadie los veía y tirando de su mano lo hizo entrar con ella.

Se escabulleron por un pasillo hasta que encontró una puerta que abrió con facilidad, llegando a un salón con varios sillones donde posiblemente tomaban él te de la tarde.

No es que prestaran demasiada atención al lugar, a esas alturas ya se besaban con desesperación. Pansy había tenido la precaución de cerrar la puerta e insonorizar el lugar. Fue fácil tomando en cuenta que llevaba la varita trasfigurada en una pulsera, misma que dejo en cuento los hechizos de protección fueron conjurados sobre una mesita cuando Harry comenzó a besarle con más ímpetu.

No eran los primeros besos que compartían, habían hecho una rutina el compartir una sesión de besos y caricias ardientes al finalizar sus citas, incluso un par de veces estuvieron a punto de terminar en la cama. Pero nunca había parecido el momento apropiado y terminaban despidiéndose con las mejillas acaloradas.

Esa vez es distinto. Demasiadas emociones juntas, mucho tiempo de prolongar sus deseos y la llama de los celos aun se agitaban en el pecho de Pansy y Harry, haciéndolo todo mas intenso.

Potter termino en un sillón con su prometida sentada a horcajadas sobre el. El vestido se había levantado lo suficiente para comprobar que en efecto no llevaba ropa interior. Gimió en sus labios cuando se encontró con la desnudes de su sexo.

Ni siquiera terminaron de desvestirse la necesidad era demasiada. El vestido termino arremolinado en sus caderas, pues Harry tuvo la gran idea de bajar los tirantes para tener acceso a sus pechos, marco su clavícula succionando con fuerza con la única finalidad que cualquiera que la viera supiera que era suya. Pansy no dijo nada, sonrió para sus adentros, sonrisa que se profundizo mas cuando arrancando los botones de la camisa de un tirón haciéndolos saltar, le desnudo el pecho e hizo lo mismo en su cuello.

La espera se vuelve insoportable, se besan de manera tan intensa que les falta el aire. No tiene suficiente, las caricias se vuelven más urgentes y ante ese deseo que los tortura se mueve los justo para liberar la erección de los pantalones que terminan enredados en sus tobillos.

Nada importa, ni el lugar o el momento. Todo es perfecto para esos dos que buscan satisfaces sus pasiones.

Es Pansy quien levanta las caderas para alinearse y conducir la erección a su entrada. Gime con fuerza cuando baja en un fluido y rápido movimiento, empalándose a si misma tan hondamente que resulta delicioso.

-¡Diablos! -Exclama Potter apretando los dientes, tratando de ir más lento.

No quiere ser un bruto, trata de contenerse a pesar del deseo de cogerla más rápido y más duro.

Parece leer sus intenciones.

-¡No te contengas! Quiero todo Potter, no seas una nena.

Le aparta las manos de sus caderas de un manotazo para acelerar el ritmo, meciéndose con fuerza de arriba abajo, dejándolo sin aliento. Se apoya de sus hombros para tomar impulso mirándolo de manera desafiante, incluso perversa.

Entonces la siente como a voluntad aprieta sus paredes vaginales para aumentar el placer y la fricción.

-¡Aaah! -Grita ante la manera en que se aprieta a su falo.

Sus lentes se empañan, pero nada importa mas que mecerse al ritmo que marcan las caderas de su prometida. Le aprieta los senos, pellizcando sus pezones, antes de llevárselos a la boca.

Pansy gime con fuerza, grita y se mueve montándolo como una amazona. No es tímida, por el contrario, no se limita para decir lo que quiere y como lo quiere.

-¡Mas rápido! -Suplica gimoteando tan cerca del clímax que Potter puede sentir como se aprieta cada vez más su interior.

La humedad se filtra, la sensación de libertad que experimenta lo está impulsando al abismo. Pero su mujer suplica por más, quiere más y el le complace.

Despierta su instinto, su orgullo clama por satisfacerle. Entonces con sus mejores reflejos de buscador y esa fuerza que hace que los músculos de sus piernas y brazos se tense. La mueve, llevándola consigo. Sin salir de su interior le pone la espalda contra la superficie del sillón, cerniéndose sobre ella y esta vez es el quien domina. Hace que suba las piernas a sus hombros, envistiéndola con fuerza. La posición hace que lo sienta más profundamente haciéndola gritar más alto.

Se mueve con más fuerza, el sonido húmedo y contundente que producen al chocar sus caderas hace todo mas intenso. Sus aromas se mezclan y parece que no es suficiente.

-¡Sí! -Grita apretando sus pechos, dejándose llevar por el orgasmo.

Harry está cerca, tan cerca que casi puede tocar el cielo. Pero se niega, aprieta de nuevo los dientes y resiste. Tiene que demostrarle a Pansy que no hay nadie mejor para ella, que el. Esta su orgullo en ello, los celos aun fluyen en su interior.

La vuelve a mover esta vez saliendo de ella haciendo que suelte un jadeo muy propio de una película porno. Esta vez la pone contra el respaldo del sillón, haciendo que recargue su pecho.

El redondo trasero de su mujer quedando al aire, le da la bienvenida, la imagen es sumamente erótica, la visión de sus nalgas no hace más que poner más difícil seguir aguantando. Pero está decidido y tan obstinado como es, no parara hasta dejarle claras las cosas.

La penetra desde atrás con fuerza, ya no se limita o contiene. Su mujer quiere todo de él, pues lo tendrá. Se acomoda mejor entre sus piernas para comenzar a bombear cada vez más rápido. Pansy siente la tensión en su vientre, el calor abrazador hace que sepa que esta cerca de irse una segunda vez.

Harry toma el respaldo con su mano izquierda y la derecha toma al hombro de la morena para afianzar el agarre y moverse mas rápidamente. Parkinson gira el rostro lo suficiente para besar los nudillos de la mano que descanso sobre su hombro, el beso es suficiente para hacer que la mano masculina viaje del hombro hasta su rostro acariciándolo y sosteniéndola, la detiene en su barbilla pasando los dedos sobre sus hincados labios.

Después de que Parkinson grita a viva voz su segundo orgasmo con los dedos largos de Harry sobre sus labios los introduce en su boca para chuparlos y lamerlos, es lo último que impulsa al joven mago para encumbrar su propio clímax.

Se derrumba contra el cuerpo de la joven, para no aplastarla se gira para terminar con ella sentada en su regazo. Tardan un rato en recuperar el aliento, hechos un desastre, pero satisfechos.

-Espero que este sillón no le guste demasiado a Narcisa.

Harry sonríe, verdaderamente sonríe. Besando los dulces labios de su prometida.

Pansy tiene razón, no es un héroe para poner sobre sus hombros el peso de salvar al mundo, ya no. Debe ser ahora el hombre que necesita su mujer y futura esposa. El pensamiento lo alivia, aligerando muchas de las cargas que aun llevaba a cuestas.

Con el calor de la morena contra su cuerpo, comenzó a soltar también un poco de sus miedos. Había que empezar a vivir el presente, ya perdió demasiado tiempo aferrado a un pasado que no podía cambiar. Suspirando en su cuello descubrió que por fin comenzaría de nuevo y esta vez no lo haría solo.