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Ray Vs Nagi II

¿Lo dices en serio? - dijo Ray - ¿Por qué estás diciendo éstas tonterías?

- Lo siento

- Eres demasiado ignorante. Hiciste una mala elección. - El orgullo de Ray emanó - Además ya he perdido demasiado tiempo con ustedes. ¿Qué se puede esperar de las clases bajas?

- ¿Qué? ¡Eres cruel! - dijo ofendida ella - ¡No tienes corazón!

- Y tu no tienes cerebro... Zombie -Ray abandonó la biblioteca tan rápido como llegó. Ella lo miró marcharse

- ¿Por qué estaba tan enojado? - preguntó ella confundida. Nagi la miraba en silencio - ¿Nagi? ¿Qué sucede?

- Lo siento, es que...me siento un poco aliviado - él sonrió

- ¿Aliviado?

- Porque no sé qué haría si Ray decidiera que eres suya. No sé qué haría si...si tú lo elegias a él...Si eso sucediera creo que me pasaría la vida deprimo y en mi modo invisible.

-¿Qué?

- Elizabeth...yo...

Cuando Nagi estuvo a punto de decirle algo, escucharon unos pasos acercarse por el corredor. Era uno de los profesores

- Elizabeth ¿Estás aquí?

- ¿Qué?

- ¿Profesor? - Nagi lo miró sorprendido

- Elizabeth al fin te encuentro.

- ¿Qué sucede profesor? ¿Por qué está tan agitado?

- Necesito que me escuches un momento. El alcalde de tu aldea nos ha contactado. Tu abuela se encuentra muy mal

- ¡¿Qué?!

- Su salud empeoró estos últimos días. Es demasiado anciana, le queda poco tiempo

-Pero  ¿Cómo puede ser?

Estaba tan sorprendida que quedó inmóvil. Su abuela estaba enferma ¿Cómo era posible?

- Nosotros nos encargaremos del papeleo - dijo el profesor - Tu ve a casa. Tal vez sean los últimos momentos que puedas pasar con ella

- ¿Los últimos momentos?

-  dijo Nagi preocupado, la ayudó a mantenerse en pie. - Profesor me gustaría ir con Elizabeth

- Pero

- Elizabeth está en shock en este momento, temo que no será bueno que vaya sola. Puedo hacer tareas extras para recuperar el tiempo perdido cuando vuelva.

- Entiendo - dijo el profesor - Por favor, ve con ella. Cuida de Elizabeth

- Lo  siento, Elizabeth vamos.

Nagi la acompaño a la salido, el rostro de ella no podía estar más pálido. Todo le parecía una pesadilla. Aún no podía creelo.

- Abuela