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Harry Potter: Red Weasley El Extraño Mago Rojo

Luego de morir y obtener la oportunidad reencarnar en el mundo de Harry Potter con algunas habilidades, nuestro protagonista renace como el hermano gemelo de Ron, siendo el Weasley más discordante dentro de toda su familia. Con su particular forma de ser vivirá en este extraño mundo Advertencia: Harem, incesto,+18 Solo soy dueño de los personajes que he creado, todos los demás pertenecen a sus respectivos dueños. Este es mi primer Fan-fic, lamento si no es una obra maestra y tenga varios errores. La personalidad del MC Cambio de un momento a otro debido al algunas razones, por lo que en un punto se va a ver que paso de un extremo a otro en personalidad. No tiene mucho sentido, pero al principio solamente hacia esto para probar cosas y solo luego de un tiempo tomo forma.

Emanuel_Alegre · 書籍·文学
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248 Chs

153)Asegurando a Andra

En una ciudad no muy grande, en una casa que no podría destacar de entre las demás, gemidos de placer se escuchaban sin parar desde hace una hora.

En la habitación se encontraba una joven cabalgando sobre su novio en posición de vaquera invertida, ambos con aspecto adolescente de entre 16-18 años. Sudando y jadeando por el extenuante ejercicio que llevan haciendo desde hace tiempo, pero mientras ella disfrutaba de ser jodida por una buena verga, el muchacho tenía el ceño fruncido y una expresión pensativa.

"AAHHH!" Petunia gimió fuertemente cuando sintió que algo era liberado en su interior y una corriente de placer repentina la ataco, forzándola al orgasmo. Luego su cuerpo se desplomó como gelatina y se acomodó, quedando con su cabeza sobre el pecho de su novio, pero viendo su rostro perdido, la felicidad que tenía por el placer anterior desapareció "¿No te gusto?¿Lo hice mal?" Preguntó algo preocupada.

"Eh...? Ah, no, estuviste bien" Respondí un poco indiferente.

"Pero no parece que lo disfrutaras, yo..." dijo casi temblorosa, demostrando su inseguridad.

"No es tu culpa. Es que estoy teniendo una pelea con Snape" Le dije mientras movía mi mano para meter mis dedos en su coño sin preguntar y jugar con su interior mientras pensaba.

"¿O-otra vez?" Preguntó tratando de resistir las sensaciones provocadas por la sensibilidad post-orgasmo y mi desconsiderada invasión en sus partes intimas.

"Sí..."

-En otro lugar-

En el aire flotaban muchos conos rojizos que volaron como balas hacia un joven, pero este los bloqueó a todos formando un escudo con un movimiento de su varita. Su expresión no cambió en ningún momento, mantuvo su ceño fruncido y un evidente disgusto o enojo. Luego de bloquear el ataque, pronunció sin vacilación:

"Avada Kedavra". Una luz verde se disparó, pero fue fácilmente esquivada por mis reflejos.

"En serio, ¿ni siquiera tienes en cuenta nuestra amistad? Pudiste haberme matado" Me quejé mientras generaba otras lanzas de sangre flotantes y me volvía invisible.

"Ojalá tuviera tanta suerte. Nunca seré capaz de matarte si no apareces con tu cuerpo real frente a mí, maldito cobarde." Respondió Snape mientras movía su varita en forma circular sobre él, formando una nube negra que se extendió sobre los alrededores.

La nube no chocó contra nada, pero dificultó que las lanzas acertaran en su objetivo. De todas formas, yo ya no estaba en el lugar de esa nube negra corrosiva; ya la había experimentado antes y sabía que era un fuerte 'no'. Snape sabía que yo sabía, por lo que rápidamente miró hacia el cielo.

Allí estaba yo, parado sobre una pequeña plataforma roja sólida que flotaba en lo alto. Resoplando con desprecio, Severus también empezó a levitar hacia la misma altura en la que me encontraba, y el intercambio de hechizos y formaciones sanguinarias continuó.

Mi [Aura misteriosa] me ayudaba mucho para luchar contra alguien como Snape. Esta aura parecía insignificante, pero su fortaleza se mostraba en que causaba que fuera muy difícil predecir mis movimientos; la percepción de los demás se veía alterada para que pareciera que su predicción no estaba completa. De otra forma, con lo hábil que era Snape, posiblemente ya estaría considerando deshacer mi clon voluntariamente en vez de sufrir sin sentido.

En medio de nuestro combate, otros dos alumnos de Hogwarts con túnicas verdes, que nos estaban viendo desde hace un rato, se acercaron y levantaron sus varitas contra mí, lanzando hechizos claramente oscuros, pero luego de lograr bloquearlos con un muro de líquido rojo, el ambiente cambió y tanto yo como Snape nos volteamos hacia ellos.

Un hechizo y una corriente de sangre que se movía como una serpiente impactaron con esos dos alumnos, lanzándolos hacia atrás como si un automóvil los chocara.

"¡Esta es mi pelea y nadie se mete en ella!" Gritó Snape con ira hacia sus compañeros.

"Sever..." Uno de los alumnos se levantó sosteniendo su estómago con una clara expresión de dolor.

"Esto es algo que yo voy a hacer, y cualquiera que quiera impedírmelo terminará igual que él", gruñó. Si hay algo que odiaría es que alguien más sea el que me despelleje vivo.

Luego de ver que el par de idiotas, compañeros de Snape, ya no podían interrumpir nuestra lucha, continuó, volviéndose cada vez más intensa. Si no fuera por estar en lo profundo del Bosque Prohibido, ya habría muchos profesores viniendo a ver lo que pasaba.

"Por cierto, deberías ir a ver a tu madre esta Navidad, te extraña un poco. No estaré, así que ve a verla", le dije con sinceridad, pero él solo se volvió más intenso en sus ataques. "También quiero que pienses en lo que dije la última vez".

Mis palabras parecieron tocar cierto nervio y pude ver cómo las venas en su rostro sobresalían. Vi cómo sujetó con fuerza su varita y lanzó uno de sus hechizos de creación propia con intenciones de hacerme desaparecer, y esta vez no lo esquivé ni bloqueé sabiendo que no conseguiría nada más aquí hoy.

"Gigi también te extraña..." Fue lo último que pude decir antes de que mi clon fuera partido en dos mitades, separando mi torso de mis piernas, convirtiéndose en un charco de sangre que caía al suelo desapareciendo rápidamente.

-De vuelta en la habitación-

"Voy a salir" Le dije a Petunia mientras le daba un último mordisco a su pezón "Perdón por estar desconcentrado mientras cogemos, pero tengo algunas cosas en mi cabeza, iré a solucionar algunas y luego podremos hacer algo divertido para compensarlo"

"Siempre que dices 'algo divertido' es algo muy pervertido. Es demasiado para mí" Dijo haciendo un puchero recordando el trío, cuarteto, quinteto, los juguetes sexuales, la vez que lo hicimos en su casa, con sus padres aún allí, y esa vez en el cine.

"Que se le va a hacer" respondí sin intención de hacer que sea diferente.

Petunia ya sabia como era, desde hace dos años que empezamos a tener sexo nuevamente y cada cierto tiempo le hacía participar en algo loco, usualmente aprovechando las posibilidades que el burdel me proporcionaba.

El burdel había mejorado bastante con el trabajo duro de Andra y mis habilidades. Tenía mas personal, que destacaban tanto en calidad como variedad, tanto muggle como mago, y solo unos 2 o 3 semi-humanos. Los beneficios que ofrecíamos eran muy atractivos y nuestras reglas estrictas pero admirables.Si no fuera por no querer llamar mucho la atención, habríamos podido expandirnos incluso fuera del Reino Unido.

Andra incluso recuperó muchos de sus clientes mas poderosos, encantados de los nuevos y mejorados servicios que brindábamos. Cada tanto también recibíamos extranjeros que venían a nosotros por nuestro interesante negocio. Eso también fue algo que hizo que Eileen se tomara este trabajo mas en serio al ver como su esposa era tan respetada por varios miembros poderosos o nobles del mundo mágico.

Me vestí levemente y luego abrí la puerta de la habitación donde cuatro sirvientas me vieron y se inclinaron ante mí. Estas chicas eran empleadas de Andra que fueron seleccionadas por mí, eran jóvenes, atractivas y leales, me asegure de eso. Trabajaban para mí y se encargaban de cuidar de Petunia si es que no estaba.

"Fóllensela hasta que se desmaye, si no no se detengan" Les ordené mientras me arreglaba el cuello de la camisa y ellas asintieron entrando a la habitación.

Me quedé esperando los 10 minutos para que habilidad [viaje] me teletransportara a lo de Andra mientras escuchaba como Petunia se sorprendía por la intrusión de las sirvientas a la habitación.

Las sirvientas cumplieron su trabajo inmovilizando a Petunia, dejándola completamente incapaz de resistirse. Empezando a amasar sus tetas y succionar sus pezones, mientras que otra chica baja directamente a su coño para devorarlo.

"¡¿QUÉ?! ¡Espera Red! ¡YO NO QUIERO... AHHHH!" Gimió con fuerza mientras sentía el efecto del aceite afrodisiaco que estaba siendo esparcido sobre su piel, no pudiendo evitar llenar con sus jugos la boca de la sirvienta que succionaba su coño como una aspiradora.

Lo último que vi fue como las sirvientas ya estaban completamente desnudas y cubiertas de aceite mientras se frotaban contra Petunia, quien estaba siendo completamente ultrajada. Intentó suplicar una vez mas antes de su mente se perdiera, pero fue impedido por una de las chicas que empezó a besarla con fuerza como si no fuera a separarse jamás y usaba su lengua para casi atragantarla.

...

Cuando llegué a la casa, Andra ya me estaba esperando, con el sillón en el que solía sentarme listo y un poco de té caliente.

"¿Eileen?" (Red)

"Trabajando en el burdel" respondió.

"Muy bien, toma esto", dije sacando unos papeles de mi inventario. "Este es para que lo aprendas tú y este es para que lo pongas con los demás, luego tenemos que vendérselo todo al mercader".

"Así se hará", dijo Andra mientras tomaba los papeles y se los entregaba a una de las sirvientas que también estaban presentes en la casa, aunque en comparación conmigo, éramos pocas.

Esos papeles contenían parte de la investigación de mi proyecto de rejuvenecimiento. Lo había conseguido; la versión de Andra frente a mí era su versión más joven y casi sin ningún defecto. Las pocas imperfecciones en mi método se iban puliendo constantemente con mi práctica en los nuevos empleados del burdel. Imagina a una prostituta con décadas de experiencia pero con el cuerpo de una adolescente virgen, eso nos traía grandes ingresos. Aún había algunos problemas en intentar rejuvenecer hasta cierta edad donde la estructura y tamaño del cuerpo diferían, por lo que las lolis y shotas legales aún estaban fuera de nuestro negocio.

"Estoy pensando en el momento en que nos iremos", dije con un rostro neutro mientras pensaba en mi batalla con Snape.

"¿Ya está cerca?", preguntó Andra.

"Más que antes... la campaña se llama 'merodeadores', por lo que supongo que solo podría durar hasta el fin de ellos en unos años más, pero quiero preparar todo por si me equivoco y tenemos que irnos antes".

"¿Qué desea que haga? ¿Qué más falta, mi señor?"(Andra)

"Hmmm... primero me aseguraré de que vengas conmigo" Dije señalando mi pene.

Andra entendió y se quitó la parte inferior de su ropa, luego hizo lo mismo con la mía y se sentó sobre mí, dejando que mi pene la penetrara sin cambiar su expresión, empezando a subir y bajar a ritmo constante.

"Sabes, nunca te consideré material de pareja", dijo Red.

"Lo siento, mi señor, por no ser lo suficientemente digna", respondió Andra.

"Pero eres perfecta como asistente, siempre haces todo a la perfección y tu actitud es impecable", dijo mientras observaba cómo Andra montaba mi pene haciendo todo lo posible para que me corra.

"Gracias mi señor" Gimió a la par con los gemidos de la sirvienta que se había quitado ropa interior debajo de su vestido y estaba masturbándose con ferocidad mientras nos miraba, incluso luego de correrse una vez continuo tocándose sin separar la mirada de nosotros.

"Supongo que por tus servicios pasados, presentes y los que me darás en el futuro puedo aceptarte como algo así como una concubina"(Red)

"¡Gracias mi señor!" Respondió con mas emoción al aumentar la intensidad de sus caderas y acercándose ella misma al orgasmo.

"Ámame, Andra, te lo ordeno" Le dije mientras ponía mis manos en sus hombros para empujarla con mas fuerza sobre mi pene.

Andra gimió con fuerza mientras se corría al sentir como mi semen la llenaba. Chorreo todo como tsunami, por lo que luego de asegurarse que yo había terminado de correrme, se arrodilló frente a mí y empezó a limpiar sus jugos con su lengua. Yo solo asentí ante sus acciones antes de verificar que todos los requisitos se hubieran cumplido.

"Bien hecho, bienvenida a la familia, supongo, pero recuerda tu lugar. Como mujer estás por detrás de las demás... pero como asistente y súbdita puedes estar feliz de estar por delante"(Red)

"Muchas gracias mi señor" Respondió mientras movía su varita para limpiar lo que quedaba y empezara a vestirme y a ella misma.

"Haremos pronto lo de Eileen también, por cualquier eventualidad, no quiero perder esta oportunidad de desquitarme con ella y joder a Perra Snape. Tienes que hablarlo con ella en estos días mas tardar"(Red)

"Veré si lo puedo hacer este fin de semana luego de que tengamos sexo, será mas susceptible y podre manipularla mejor"(Andra)

"¿Siguen haciéndolo todas las noches?"(Red)

"Sí, aunque ella te odia mucho, aún agradece con cierto disgusto que me rejuvenecieras. Esta feliz y enojada de que seas la razón de que pueda poner tanta energía en ella"(Andra)

"Ja, quiero ver su cara cuando se entere de todas las demas cosas"

"¿Es seguro contárselo?"

"Luego de que terminemos lo que tengo planeado para ella, sí. Todas las cosas estarán casi terminadas y aunque haga algo, ya no importa. Incluso podríamos tomarnos estos últimos años viajando por el mundo. Bueno, me voy al [Feudo], manténme informado."

Así que fui a ver cómo iban mis cultivos. El feudo ya se había expandido al máximo que podía dentro de esta campaña y tenía varias construcciones. Había tres granjas, dos pozos de agua, una fuente y pequeños pero largos caminos de piedra, además de un mercado. El mercado era un edificio especial en el que el mercader podía estar permanentemente, sin evitar que apareciera en el mundo real. Tenía algunas reglas diferentes a su caravana habitual, pero aún era muy útil y especial.

"Ya quiero volver al mundo real, expandir este espacio y comprar todos los edificios especiales", dije algo deprimido, sabiendo que no importaba cuántos galeones consiguiera, ya no podía expandir el terreno ni agregar nada más al espacio sin saturar el área.