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Capitulo 2

Capítulo 2 - Mago

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El Sr.Myers suspiro cansado mientras se relajaba en su cómodo asiento de cuero negro, digno de un director de orfanato, por supuesto si oficina no se quedaba atrás, los muebles, espejos, ventanas e incluso el candelabro colgante del techo y la puerta que daba acceso se veían bastante caras, una ventaja de haber podido negociar con Albus Dombuldore

Habían pasado ya 11 años desde ese día en el que si viejo amigo trago al joven Thomas Peverell a su Orfanato, solo dios sabía en qué estaba pensando Albus cuando simplemente lo dejo fuera de la puerta como si nada, pero detalles

Durante ese tiempo estubo viajando una y otra vez por la red flu a Hogwarts, al callejón Diagon, el ministerio o Hogsmeade, realmente a cualquier lugar donde el director del prestigioso colegio pudiera estar, tardo prácticamente 2 años en poder aclarar la situación pues recordaba haberle pedido que no dejará más niños del mundo mágico en su Orfanato muggle, no era por nada en especial, el simplemente había decidió alejarse del mundo mágico y explorar el basto mundo de las personas sin magia, aparte, la última vez que recibió a un niño perteneciente al mundo de la magia habían Sido problemas tras problemas, afortunadamente Thomas no era Tom Riddle

El niño era un amor, serio y reservado si, pero cuando lo llegaba a conocer el niño era amable y amigable en todos los términos posibles, las/los ayudantes del orfanato lo amaban, siempre animado a a la hora de mantener una simple charla y atento a cualquier ayuda que pueda prestar, claro, siempre y cuendo su edad se lo permita

La inteligencia no era una virtud que faltará, el chico era extremadamente inteligente, observador y perspicaz, razón por las que las personas mayores lo amaban, era tan facil iniciar una conversación con el sim molestarte en explicar triviales, pero esa misma razón fue la que hizo que Thomas no se pudiera llevar bien con los otros niños de su edad, y mucho menos con los mayores, por esa y otras razones

6 años después de que llegara, los problemas habían comenzado, la manifestaciónes mágicas de Thomas habían comenzado, hacia volar un par de cosas, vasos y platos caían de las estanterías, pinturas caídas, las flores se pudrían o florecían más rápido, el agua flotaba, etc, etc y un gran etc, fue mucho trabajo para el mantener todo esto oculto para el resto de los habitantes en el orfanato pues solo el y el pequeño Thomas son los únicos magos en el edificio

Pero dejando de lado esos asuntos, hoy era un día difícil para el señor Myers, enfrente de el habían un sobre blanco aún sellado, era claro para el ,desde que vio el escudo impreso en la cara, cual era el contenido de la carta, era una una notificación de que Thomas había Sido admitidos a Hogwarts, gran sorpresa

Aunque, ese asunto en particular no le preocupaba tanto, en realidad era algo bueno que el chico ahora tuviera la oportunidad de crecer en su mundo y rodeado de personas como el, en especial si son de su edad, dios sabía lo solo que se sentía encerrado gran parte del día en su habitación leyendo libros y más libros, el prible.a realmente sería como explicarlo de forma simple y clara, no es como si pudiera Sol llegar y decir "Hey chico, viviste toda tu vida engañado y realmente eres un mago descendiente de una familia maldita por la misma muerte"

Simplemente no había forma

Para su suerte hoy Dombuldore enviaría a alguien de su confianza para encargarse de la situación, la carta fue una mera formalidad y una aviso asia el para que supiera que hoy era el día

Toc toc toc

La puerta sonó, Myers se acomodo en su lugar y se hacerca al escritorio listo para lo que venia, o eso esperaba

- Adelante -

La puerta se abrió lentamente dejando pasar a una mujer de edad avanzada, túnica verde, sombrero de bruja puntiagudo sobre su blanquecino cabello  y un par de gafas cubriendo sus ojos verdes

- Minerva, que alegría verte aqui - el director del orfanato saludo educadamente a la mujer, con un ademán le indico a la maestra que tomara asiento frente a el

- Jack, igualmente un placer - aceptado la oferta del hombre, camino directo a una de las sillas de madera y tomo asiento mientras devolvía el saludo - Supongo que sabes que me trae por aquí? -

Jack Myers entendió la pregunta retórica y deslizó la carta de Hogwarts al frente de la maestra

- Porsupuesto, llevo esperando esto desde el cumpleaños número 11 del chico - a decir verdad se había encariñado un poco con Thomas, el chico era simplemente muy agradable para no quererlo, lastima que ahora tuviera que irse por un tiempo

- Y como está Thomas? - pregunto Mienrva

- Pregunta usted o Dombuldore - cuestionó el hombre mayor

- Ambos, principalmente Albus pero también tengo curiosidad por saber cómo es ahora - Minerva sentía intriga por la evolución del descendiente Peverell, después de todo ella también fue quien lo trajo aquí y una de las primeras personas en conocer sobre su existencia - Quiero suponer que se le dió la educación que es debida -

- Porsupuesto, tengo que admitir que su actitud no va con su edad, es más... Maduro que el resto - más que ofenderse por la insinuación de la maestra de no poder educar adecuadamente a un niño, Myers se sentía orgulloso de presumir que Thomas de echo era alguien a quien se le podía catalogar como genio, Mcgonagall ante la respuesta no pudo evitar sonreír levemente - Y como está todo por el mundo mágico? - respirando hondo, la maestra respondió

- Todo el mundo está alborotado, todos saben que este año Harry Potter irá a Hogwarts, quieren conocerlo, muchos padres se an quejado por qué sus hijos no fueron admitidos este años y no podrían estar con 'El niño que vivio' - el fastidio y cansancio era evidente en su voz, Myers entendió, el también tenía la curiosidad de conocer al infame Harry Potter, pero entendía que el chico se podría agobiar por tanta fama - Y es aún peor, cuando se enteraron de Thomas, los padres de los que fueron admitidos amenazaron con sacar a sus hijos de Hogwarts si incluimos al chico este años, aparentemente no quieren que sus hijos convivan con el descendiente de una familia maldita por la muerte  -

A diferencia de la reacción anterior, está vez Myers arrugó el entrecejo claramente descontento con lo que escucho, si bien era cierto que el mismo y Thomas eran los únicos magos del edificio, el pueblo donde se encontraba el orfanato estaba llenos de magos y cuando se enteraron sobre un niño llamado Peverell todo fue caos en el mundo mágico, pero sinceramente nunca creyó que este tipo de caos

- Me parece una estupidez de su parte - el tono rencoroso con el que fue dicha su respuesta le dejo en claro a Minerva que el niño se había ganado el cariño del viejo Jack Myers, algo difícil, y aunque ella no estubiera deacuerdo con el vocabulario del hombre, tenía que admitir que pensaba igual

- Yo también pienso que es una barbaridad, pero desgraciadamente no piensa igual - agrego en un tono decepcionado

- Y Dombuldore que piensa? - si había alguien en quien las personas confiaban y quién pudiera persuadir, ese era Albus Dombuldore

- El profesor Dombuldore decidió mantenerse al margen, no ha dicho nada en relación al tema, solo me pidió que viniera por el señor Peverell para hacer la compra de sus útiles - sinceramente ese sonaba a Albus Dombuldore, un hombre que encerraba sus pensamientos e intenciones y que solo los liberaba cuando todo era realmente necesario o sus planes estubieran completados

- Porsupuesto, eso suena exactamente igual que Albus Dombuldore, tal vez después hablé con el un poco, que le parece si la llevo a conocer a Thomas? - parándose de su asiento y ajustando sus pantalones, el anciano director del orfanato ofreció amablemente a la maestra frente a ella

- Me parece correcto - Minerva acepto e inicio a Myers

Tomando la delantera y caminando hacia la salida, el anciano abrió la puerta y le ofreció el pase a la maestra, quien agradeció amablemente y camino por lo largo del pasillo siendo guiada

.

La puerta frente a ellos era de color oscura, se veía prácticamente nueva y tenía un letrero colgado con las palabras

'Thomas Peverell " en ella indicando que el usuario de este cierto se llamaba así

- Antes de entrar le advierto que el chico es un poco reservado, si se quiere ganar su confianza tendrá que ser con pruebas - advirtió a Minerva, la cual asíntio y suspiro hondo antes de golpear la puerta un par de veces

- Adelante - Se escuchó desde el interior

Mirando una última vez a Jack, Minerva tomo el pomo plateado de la puerta y lo giro lentamente, con un corto chirrido la abrió lentamente y se sorprendió al ver el cierto del pequeño

El lugar no era nada de otro mundo, de echo le parecía algo pequeño para ser de una persona, una cama simple individual, un armario y un escritorio con una silla, lo que más llamo su atención fue la amplia colección de libros que había ordenados en una estantería colgada arriba del escritorio, porsupuesto lo más impresionante era el niño en si

Parado en medio de la habitación con un libro bastante grande entre manos, Minerva pudo apreciar al Thomas Peverell de 11 años, media aproximadamente 1.60mts de altura (bastante grande para su edad), complexión delgada pero no desnutrida, cabello negro como la noche con un corte algo extraño pues el cabello en los laterales de su cabeza eran mucho más cortos que el de la parte superior, pero sin duda alguna lo más cautivador de todo eran sus ojos, eran azules, pero no un azul normal, eran pálidos cómo el hielo o incluso el cielo, tan cautivadores que Mcgonagall sabía que eran hermosos

- Ho..hola? - dudoso de si hablar primero que la mujer mayor que tenía frente al, Thomas simplemente saludo sacando a Mcgonagall de su ligera observación sobre el niño frente a el

- Buenos días Thomas, cómo estás? - regalando una pequeña sonrisa con la intención de tranquilizar la confusión en el menor, Minerva regreso el saludo

- Bien, ehm, puedo preguntar quién es usted? - la educación en sus palabras era algo que la maestra de transforciones aprecio mucho, Jack tenía razón, el chico era educado

- Porsupuesto, me llamo Minerva Mcgonagall y soy maestra en Hogwarts, una escuela - explico detenidamente, los ojos del joven Peverell se abrieron ligeramente al entender el por qué de esta visita

- Una...escuela - La maestra asíntio en confirmación mientras disfrutaba del leve brillo de emoción que los ojos de Thomas delataban, aparentemente era un entusiasmado del aprendizaje - Wow..yo.., por favor, tome asiento - moviéndose nerviosamente sin saber que hacer a ciencia cierta, tomo la silla de madera que usaba junto al escritorio y con movimientos torpes la colocó a un lado de la mujer mayor mientras ofrecía el asiento

- Gracias - Minerva agradeció disfrutando de la educación del infante, por su parte Thomas tomo asiento en el extremo de su cama mientras juntaba sus manos tratando de calmar el temblor de sus extremidades

- Disculpe..., Dijo que usted era profesora de un colegio, ¿Por qué está aquí? - la pregunta de oro, hasta donde sabía las escuelas no hiban de Orfanato en orfanato ofreciendo sus servicios, más que nada por qué el orfanato no solía pagar estudios más halla de los básicos, Mcgonagall entendió la pregunta y con una sonrisa contesto

- Hogwarts no es un colegio normal, es una escuela especial para personas especiales - explico pacientemente, pero el entrecejo de Thomas se arrugó, ¿especiales?, Acaso le estaba diciendo retrasado?, No dijo nada y mantuvo sus comentarios para sí mismo, la dejo continuar - Hogwarts es una escuela de magia -

La bomba explotó, lo que antes era una expresión ofendida cambio a una de incredulidad, normalmente el consideraría la posibilidad de que la mujer frente a el estubiera bromeando, pero inmediatamente a si mente llegaron recuerdos de cosas inexplicables que sucedían cuando su estado de ánimo se veía afectado, Minerva vio esto y se alegro al darse cuenta de que Thomas le creyó, esto ahorraría tiempo

- Pruébelo -

Tomando por sorpresa a la mujer, está vez Thomas dijo groseramente y su expresión cambio a ser una de total seriedad, Minerva dejo pasar el tono exigente en el que Thomas le pidió pruebas, estaba calor que, aunque estaba convencido, se veía en conflicto al aceptar el echo de que, en realidad, el era un mago y ella misma era una bruja maestra en una escuela para más personas con magia

- Deacuerdo - aceptó el desafío, de entre sus bolsas saco una barita de madera y la movió en círculo apuntando a la estantería ubicada arriba del escritorio

Abriendo los ojos como platos y casi babeando por lo que veía, Thomas aprecio como su colección de libros comenzó a levitar y cambiaban de orden antes de volver a colocarse en su lugar, el silencio se hizo presente y Minerva vio complacida con una sonrisa de suficiencia cómo el joven Peverell se ponía de pie y se hacerca a la repisa, al mencionado casi le da un infarto al ver que ahora sus libros estaban acomodados en orden alfabética, forma en la que no estaban

- Increíble~ - Murmuró para su mismo

- Gracias, joven - acepto el halago y dejo al niño apreciar un segundo más el nuevo orden de sus libros - Como dije, Hogwarts es una escuela de magia y hechicera, y tengo el placer de informarte que fuiste admitido -

La segunda bomba fue soltada, no solo se enteraba que el era un mago y que la mujer frente a el era una bruja, no, acaba de describir que había cientos y cientos de personas igual a el aparte de que había una maldita escuela para magos, una escuela!, Pero no, no contentos con eso acababa de recibí una noticia tan emocionante como desconcertante, el fue admitido

- Pero...¿Por qué? - balbuceo, Minerva se confundió por la reacción del niño, ella esperaba algo más alegre y jocoso en lugar de un '¿Por qué?' tan deprimente

- Podría explicarse? - Mienrva pregunto

- Me refiero a...¿Por qué yo?, Seguramente hay más personas con magia halla afuera - apunto por la ventana - Soy huérfano, no tengo dinero ni nada realmente valioso, por qué una escuela de magia se interesaría en mi? - las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos azules en este punto

Mcgonagall se sintió desconcertada por la pregunta tan profunda que un niño de 11 años acaba de formular, pero entendía y podía ver mas halla de esa simple cuestión que, en el fondo, realmente solo expresaba sus inseguridades, el miedo de no lograr pertenecer a verdadero miedo, Minerva, sacando un lado más maternal, cambio se asiento junto a Thomas y lo miro con una sonrisa cálida

- Entendió tus inseguridades, tienes miedo de no demostrar tu valía en Hogwarts y el mundo mágico en general - supo que dió en el clavo cuento el niño Peverell bajo la mirada - Ahora la pregunta es, ¿Te esconderlas debajo de ese miedo, o te esforzarse por demostrar tu valía? -

Lo pensó por unos segundos, realmente estaba nervioso y asustado, sería tonto no estarlo pues literalmente se enfrentaría a todo un mundo nuevo pero...Fracasar no era algo que le gustará, y esconderse en el miedo era fracasar, con miedo no se conseguía nada en la vida, levantó su mirada ahora mostrando determinación y miro a Minerva

- Quiero ir a Hogwarts - dió su ultimátum

Minerva asíntio contenta al escuchar la respuesta y con emoción prácticamente salto de la cama

- Me parece la mejor decisión Thomas, ahora, como a toda escuela hay requisitos que se necesita para entrar, el más importante es contar con todos los materiales para los cursos - toma do una postura más profesional, Mienrva le informo al chico - Que te parece si vamos a conseguirlos - le ofreció la mano

- Deacuerdo! - En su emoción, Thomas salto de la cama y tomo la mano de Mienrva

Lo que pasó después fue totalmente inesperado para el, todo el mundo se distorsionó y pareció ser succionado por un agujero negro y cuando menos se dió cuenta, ahora estaba parado en una calle que no reconocía justo afuera de un edificio llamado "El caldero chorreante"

- Dónde...estamos? -

El aturdido Thomas pregunto a en voz alta demostrando la confusión en su voz, hace un segundo estaban hablado en su habitación y de un momento a otro Puf, ahora estaba en medio de...algún lugar que no conocía

- Londres - respondió

- Aquí compraremos todo? - Thomas nunca había estado en Londres, el lugar más lejano que visito fueron algunas cuadras a lo lejos del orfanato, incluso la primera vez se prendió y la señorita Lyla tuvo que buscarlo durante un buen rato

- Exactamente, pero no en cualquier lugar claro está, el callejón Diagon es nuestro destino, el caldero chorreante es una de las entradas varias - explico Minerva - Es una taberna exclusiva para magos escondida a plena vista de los Muggles -

- Muggle? - pregunto, nunca había escuchado ese término antes

- Personas sin magia -

- Deacuerdo...pero, como llegamos aquí? - la pregunta más importante

- Usamos una aparición, un método de tranporte muy útil si lo dominas - los ojos de Thomas volvieron a brillar, no habían pasado si 5 minutos y ya amaba el mundo mágico - De echo me sorprende que no tuvieras náusea -

- Aprenderé eso en Hogwarts? - Minerva rio ante el entusiasmo y hambre de aprendiste que Thomas mostraba

- Porsupuesto, a su debido tiempo - no quiso decir más, tenerle que informar que solo los mayores de edad recibían permiso para aparecerse sería un golpe a su emoción - Pero por ahora, entremos -  

El lugar al que Minerva camino no se vai para nada mágico, un edificio viejo y descuidado con un cartel afuera de la astillada puerta de madera, sinceramente la biblioteca que había en la misma calle se veía mil veces más interesante, incluso la tienda de música enfrente era más llamativa, y eso que Thomas mi acá mostró interés alguno en este tipo de arte

Minerva no espero respuesta y comenzó a caminar, al acercarse el cartel oscuro arriba de la puerta comenzó a cambiar de color y en el aprecio un la imagen de un caldero desbordante de algún tipo de sustancia con el nombre del bar, ya emocionado por ver un bar para magos por primera vez avanzo rápidamente siguiendo a la mujer mayor, al cruzar la puerta quedó un poco decepcionado, el lugar era sucio, viejo y no había tantas personas como imagino, aunque el ambiente era sumamente encantador, las pocas mesas llenas estaban animadas con los magos y brujas ganando entre si, sus tasas te café siendo removidas por una cuchara flotante, carteles por todas partes con imágenes que se movían 'genial' fue todo lo que pudo pensar

- Profesora McGonagall!, Que gusto verla por aquí, le sirvo lo de siempre? - un viejo hombre al otro lado de lo que parecía ser el mostrador noto a la vieja bruja entrar

- Es un gusto igualmente, Tom, y si puedes traerme dos platos te lo agradecería - respondió comercialmente la bruja antes de caminar y tomar asiento

Thomas, que en este punto no sabía que hacer o decir, se limito a seguir a la que sería su futura maestra y vio como está saludaba y hablaba brevemente con todo el mundo antes de tomar haciendo frente a ella en una de las muchas mesas vacías

- Que te parece el lugar?, Thomas - curiosa por la primera impresión del chico ante su visita al local, Minerva pregunto

- Es...inusual - seguía mirando por todas partes, el lugar era 'común' por decirlo de alguna manera, pero solo tenía que ver ciertos lugares para ver la magia literal que había en el

- Suele ser la primera impresión de este lugar - comentó conforme con la reacción - Que te parece si repasamos la lista de útiles mientras esperamos el desayuno? - sugirió y antes de recibir una respuesta comenzó a buscar la carta por los bolsillos de su túnica

Thomas estaba intrigado, que clase de útiles se necesitaban en una escuela para magos, pociones?, Artilugios mágicos?, Amuletos encantados?, Quizá habría alguna clase que requiriera de piezas de cadáveres o incluso una de esas varias que lograba ver en las manos de otros clientes y la misma Minerva

- Aquí está - saco y entrego la carta al joven, Thomas la tomo y comenzó a leer

Thomas lo tomo y miro el sobre con cuidado, el típico colo blanco solo que tenía el escudo de la escuela y en la cera una el mismo impreso, con cuidado rompió el sello que lo mantenía cerrado y saco la carta para comenzar a leer;

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore

Querido señor: Thomas Peverell

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 22 de Junio.

Muy cordialmente,

Minerva McGonnagall

Subdirectora

Uniforme: Los alumnos de primer año necesitarán:

Tres Túnicas sencillas de trabajo.

Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.

Un par de guantes protectores.

Una capa de invierno.

Libros

Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

El Libro Reglamentario de Hechizos Miranda Goshawk

Una Historia de la Magia, Bathilda Bagshot

Teoría Mágica, Adalbert Waffling

Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch

Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore

Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger

Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newt Scamander

Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble.

Elementos Básicos

Una varita.

Un caldero.

Un telescopio.

Una balanza de latón.

Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS.

Mientras leía el contenido, el hombre conocido como Tom llego a la mesa con un par de cuencos a la Meza y los sirvió enfrente de ambos

- Dos especiales - Anuncio

- Gracias, Tom - Mienrva agradeció y rápidamente tomo una cuchara de madera para dar el primer sorbo a su comida, aunque se detuvo al no escuchar el agradecimiento de su acompañante, levantó la vista y no se sorprdio al verlo tan sumergido en la carta - Thomas? -

El mencionado salto ante el llamado severo de la mujer, su mente había estado tan absorta en las especificaciones que por un segundo había perdido el interés en otra cosa que no fuera sus propios pensamientos

- Oh..Gracias, señor - balbuceo y dejo la carta a un lado del cuenco antes de tomar si propia cuchara y mirar el plato, no se veía mal, de echo se veía común y apetitoso, literalmente era un estofado con trozos de carne y verdura

- No se preocupe joven, veo que está emocionado, primer años en Hogwarts? - el hombre pregunto animadamente dejando en claro que no se sentía ofendido ante la falta de atención del chico, en cambio pregunto contento de ver a un nuevo joven mago ingresando en el tan famoso colegio

- Si, estoy emocionado, todo esto de la magia es nuevo para mi - apesar de la forma tan Natural de contarlo, el hombre se sorprdio ante lo que escucho, pero esa sorpresa duro poco al recordar que no todos los niños magos nacían sabiendo de este maravilloso mundo, en algunas ocasiones nisiquera los padres se enteraban hasta que la carta de algún colegio de magia llegaba junto a un profesor dispuesto a explicar la situación

- Me alegro, mi nombre es Tom, dueño de esta taberna, y tú eres? - bajando la cuchara y limpiando su boca con la servilleta antes de contestar, Thomas hablo antes de que Mcgonagall tuviera oportunidad

- Soy Thomas, Thomas Peverell, un gusto - se presentó amablemente y extendió la mano esperando un apretón del hombre mayor, cosa que nunca llegó

El ambiente alegre que inundaba al viejo pub se había esfumado en cuanto Thomas dijo su nombre completo al presentarse con el dueño, de alguna forma todos en el lugar habían escuchado y el silencio se había adueñado, pronto los susurros comenzaron

"Es el, el niño Peverell"

"El olor a muerte llega hasta aquí"

"Creo que es hora de irnos"

"Comenzó a hacer más frío?"

"Hay que mantenerlos alejados"

Más y más comentarios en susurros sin sentido llegaban a oídos de Thomas y Minerva, rápidamente la maestra tomo el control y se levantó empujando la silla atrás

- Estubo delicioso Tom, pero creo que es hora de irnos, Thomas - justamente lo que acababa de pasar era lo que menos quería

Dombuldore le había advertido cómo reaccionaria la gente si se enteraba de quién era Thomas Peverell, claro, la gente sabía que existia un niño de apellido Peverell más no sabían cómo se veía, o eso fue hasta hace unos momentos, dejando un par de monedas en la Meza Mienrva extendió su mano hacia el chico, quien desconcertado del por qué se había vuelto el centro de las miradas, confundido tomo la carta antes de tomar la mano de la maestra

- Fue un gusto verte Tom - se despidió y camino directo a la puerta trasera, Tom, por su parte nunca dejo de mirar a Thomas

Al cruzar llegaron a un pequeño espacio digno de la parte trasera de un bar, las cuatro paredes envolvían un pequeño espacio donde solo había un par de botes de basura y unas cuantas bolsas negras más, Minerva mantuvo la mirada enfrente y espero pasientemente a la primera pregunta que sabía llegaría

Thomas, justo a su lado aún estaba confundido, no solo fue la reacción de Tom, todos en el Pub parecían conocerlo, o más concretamente si apellido pues cuando entro nadie le puso más atención de la necesaria, pero en cuanto se presentó todo el mundo se dió cuenta de quien era

- Todas esas personas parecían conocerme... ¿Cómo? - la pregunta cayo y Mienrva se giro para verlo directamente

- Tu familia, Thomas, la gente conoce tu apellido y las historias detrás de el - escogiendo sus palabras con cuidado, la maestra de transforciones contesto antes de girarse y sacar su varita - Pero no es mi lugar contarte de ellos -

- Mi familia?, Cómo ellos conocen a mi familia, y que clase de historia hay de ella? - la confusión e impotencia se hacían presentes en su tono de voz, el nunca supo nada de sus padres o cualquier familiar

El Sr.Myers siempre dijo que fue rescatado de un accidente que termino con la vida de sus padres y nada más, por más preguntas que hacía la respuesta siempre era la misma, y ahora justo cuando se enteraba de su verdadera descendencia mágica, parecía que todo el mundo conocía a su familia, todos menos el, por qué no sabía nada?, El de entre todos era el que más derecho tenía de saber pero las personas a las que le podía preguntar siempre daban rodeos al tema, primero Jack y ahora Mcgonagall, no sabía por que, pero eso no le gustaba

Mirando a la bruja, Thomas vio con curiosidad como la mujer levantaba su varita y con ella tocaba algunos ladridos que rodeaban un huevo en la pared frente a la puerta, su frustración y enojo se desvanecieron instantáneamente cuando sus ojos se abrieron como platos mientras veía a todos y cada uno de los ladrillos moverse y comenzar a abrir un camino mientras giraban en su lugar y se  colocaban nuevamente, lo que vio era digno de ser llamado un lugar mágico.