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Extra; Yoongi

—No ha habido avances, Yoongi. Necesito que me digas que estás por terminar, no que debo esperar— los regaños de mi jefe no son nada nuevo. Sin embargo, no es como si le hiciera mucho caso. Hago las cosas a mi ritmo.

—Ya dije que el caso se ha infiltrado a la base de datos— repetí por tercera vez—. Solo debo asegurarme que le será dado al equipo donde me ubicaron. Ya torcí todo para que la información no sea sospechosa ni fácil de entender. Solo queda esperar.

—¡Por una mierda!— rugió furioso—. La LOA me hizo la vida de cuadritos y son quienes han estado tras nosotros por años. Has estado aquí desde que te recogí de aquel cochino orfanato. No me hagas volver a lanzarte a la calle. Tienes seis meses como máximo, si no hay resultados tampoco habrá un lugar donde estés a salvo.

—¿Ya terminó tu berrinche?— pregunté bufando. Puede parecer que me revelo ante él, pero no. Lo respeto, es solo que adopté esta actitud por la gente quien me rodea. Es mejor lucir despreocupado.

—Lárgate— apuntó a la puerta detrás de mí.

Me levanté de mi asiento y salí por la puerta. Cuando salía del establecimiento mi celular vibró. "Oficina del presidente". Rodé los ojos. Debería estar acostumbrado a que me llamen a ir, pero esta vez es diferente. Al parecer nos van a presentar formalmente con la nueva recluta. No la he visto, ni sé su nombre. Supe que combatió con el presidente para poder entrar y lo logró. Luego cuando hubo una cena en su nombre no fui, preferí quedarme en mi habitación dormido o haciendo cualquier otra cosa.

Subí a mi auto. Por la radio sonaba música clásica. No soy del tipo que escuchan música pesada ni nada por el estilo, aunque todos joden con que lo aparento. Estacioné frente al único edificio donde se encontraba la oficina del presidente. Yo le dije que era más conveniente tener varias, pero el hombre es terco y dijo que con una le era suficiente porque así los agentes podrían encontrarlo fácilmente. Lo que no le beneficia es que yo lo sé, y eso lo va a llevar a la ruina.

La misión que se me dio no es fácil. Lleva años. Entré a la LOA cuando todos llevaban ahí varios años. Afortunadamente, me las ingenié para que no hablaran sobre mí como un bicho raro. No hablé de mi familia ni del lugar donde vengo. No es como si lo supiera. Solo sé que nací en Daegu y mi fecha de nacimiento. Lo demás es borroso hasta que Liam Oliver me sacó del orfanato.

En fin, la misión comenzó desde que entré aquí. Al principio no se me dieron tantos detalles por ser solo un mocoso. Lo entendí. Me volví en el favorito de Oliver, cosa que me favorece. Era de rango alto dentro de los agentes de la LOA. Habíamos pocos en el mismo rango. Entre ellos Jung Daehyun, Jeon Jungkook y Jung Hoseok. Son de quienes recuerdo los nombres. Los demás me dan igual. Daehyun fue mi amigo, pero comenzó a sospechar sobre mí y lo hice a un lado, aunque esto solo hizo que sospechara más; y, para mi mala suerte, el maldito es bueno para encontrar información. Jungkook es como mi hermano menor, planeo llevarlo conmigo cuando todo esto acabe...es eso o dejarlo morir. En cuanto a Hoseok, nos asignaron en el mismo equipo y he hablado con él pocas veces. Nuestras personalidades se repelen y no entablamos conversaciones ni una amistad.

"Vienes tarde". De nuevo Namjoon. No es como si nunca llegara tarde. Debería acostumbrarse, pero no. Don Perfecto, siempre quiere que esté puntual para todo. Sin excepciones.

Entré al edificio. Mientras subía al elevador para ir a la oficina, tomé una paleta de mi bolsillo, quité la envoltura y la metí en mi boca. Ya no me dan ganas de fumar, pero el hábito de las paletas ya no desaparece. Todas las mañanas echo paletas a mis bolsillos y las consumo todo el día. Son mi vicio.

Fuera de la oficina escuché que hablaban sobre mí. Qué oportuno. Abrí la puerta. Lo primero que veo es la espalda de una chica. La nueva. Una persona a quien no tenía en mente para la misión, pero aún así no es un gran cambio. Sean muchas o pocas las personas a quienes debo dejar en la ruina, el plan funciona.

Su cabello negro estaba atado en una coleta . Llevaba puestos unos pantalones de mezclilla, botines negros sin tacón, una chaqueta de cuero y sus manos estaban dentro de los bolsillos de esta. Al pasar junto a ella, su aroma a vainilla me inundó las fosas nasales. Si hay un olor dulce que no detesto es el de la vainilla. Entonces me posicioné frente a ella.

—Ah, ha llegado. Él es el último miembro, Min Yoongi— habló Justin.

Miré su rostro. Ojos grandes café, labios de un color rojo natural, piel suave, y una mirada que me hechizó al instante. Mierda. Si bien ella no será un obstáculo, será una gran distracción. No debería acercarme mucho a ella.

Que idiota, Yoongi. Son del mismo equipo, pasarán la mayor parte del tiempo juntos. Entonces bastará con mantener mi distancia. Ella irradia la palabra peligro en todo su esplendor. Y al volverse un problema para mí, se vuelve un problema para el plan. Tengo un sentimiento que no había tenido antes. Ni siquiera con Hyomi, ¿qué es esto? No puedo dejar de verla, siento la necesidad de quedarme así con ella un rato, pero eso se esfuma en cuanto ella aparta la mirada para ser acompañada por Park Jimin hasta su dormitorio.

—¿Me dejan a solas con Justin?— pregunté a los chicos que seguían en la oficina.

Sin decir nada, todos salieron del lugar.

—¿Quién es?— pregunté directo mientras Justin se sentaba detrás de su escritorio.

—Parker— juntó sus manos.

—Apellidos— pedí.

—¿Interesado?— levantó una de sus cejas. Para el tipo de cosas emocionales, me lee rápido. Para lo demás es lento, pues no sabe lo que hago aquí en realidad.

—No me hagas decirlo— miré hacia otro lado.

—Vaya, es la primera vez que te veo así. Ni siquiera eras así con...ya sabes.

—Solo deme la información y me voy— insistí.

—¿Qué harás cuando te la de?— seguía dandole vueltas al asunto.

—Investigarla— dije por lo bajo, ¿qué demonios me pasa?

Rió—. Bien, te lo diré. Pero no te sorprendas— avisó burlón—. Su nombre es Parker Turner, mi hija.

Estoy jodido. De entre tantas chicas en el mundo, ¿tiene que ser su hija? Tendré que ser cuidadoso. Aquí no está prohibido salir entre agentes, pero aún así la veo prohibida. Ja ja, ¿desde cuando pienso así? Tomo lo que quiero, y, ahora, ella está en la mira.

No estoy enamorado. Solo es morbo.

El amor lo he dejado atrás.

—Me retiro— dije al hombre frente a mí.

Di media vuelta y salí de su oficina.

Parker Turner, mantente al margen o ambos nos iremos a la mierda cuando esto termine.