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Eternamente Juntos

Kate Morgan es una chica a la que el mundo llamaría “monstruo”, pues su familia es una de los primeros vampiros y casters (hechiceros) del mundo. Siendo una mezcla de estas dos razas al llegar a cierta edad, tenían el poder de elegir ser parte de cualquiera de esas dos razas, pero Kate es diferente, ella es el primer vampiro de nacimiento de la historia, para su familia considerada la más poderosa y especial, para ella solo era una más de la especie. Tras uno de los eventos que marco su vida se ve obligada a salir de su ciudad natal Firewood por el bien de todos sus habitantes, tanto humanos como sobrenaturales. Aun fuera de la ciudad sin importar los años que habían pasado, el causante de ese escape la sigue atormentando en su mente por lo que decide regresar para cobrar venganza sobre lo que le hicieron pasar. Pero con lo que Kate no contaba era con Ethan Collins un Caster novato que aun no sabía lo poderoso que podía llegar a ser, ellos se sienten extrañamente atraídos el uno por el otro. Poco a poco esa atracción se va convirtiendo en amor, haciendo así que Kate se olvide del propósito de su regreso y se dedique a disfrutar su vida junto a Ethan. Pero como todo tiene su lado bueno también tiene su parte mala, esa voz en la cabeza de Kate vuelve a aparecer, esta vez más intensa y más fuerte haciendo que por el bien de su recién formada familia, ejecute un plan para ponerle fin a la persona que está detrás de todo eso, de una vez por todas.

Anshii · ファンタジー
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18 Chs

Josué

-Desde ese entonces revivo ese trauma una y otra, y otra vez hasta que me hicieron un tratamiento, y ahora ya deje de responder a ello, ahora tengo que vivir reviviendo una y otra vez como si estuviera pasando en ese mismo instante- dijo yo estaba súper sorprendido, no sabía que la historia era tan así de profunda.

-Kate...yo...- me interrumpió.

-No tienes que decir nada, se que lo superare algún día- proseguí a abrazarla, por lo menos sabía que ella necesitaba eso, y nos quedamos mirando el lago unos minutos.

-¿Cuando volverás a la escuela?- dije para romper el ambiente de tristeza y ella me sonrió.

-Iré mañana, creo que ya es hora de volver- dijo y eso me hizo sentir bien.

(~~~)

Ya han pasado 5 semanas, desde que paso lo sucedido, he tenido ataques, pero hasta ahora son menores, Sarah aun sigue buscando una solución a estos ataques, aunque si soy sincera ya me estoy acostumbrando a tenerlos. Ethan no me ha dejado sola desde que volví a la escuela, él se considera a sí mismo como " mi guardián", es algo lindo, pero hay veces me agobia tener tanta atención de su parte.

Me encontraba en mi habitación, leyendo un libro, la verdad no tenía nada interesante que hacer, todas mis tareas estaban hechas, mamá salió a hacer algunas cosas con la mamá de Ethan y así. El timbre de mi casa sonó y eso era raro, ya que no esperaba a nadie, así que me dedique a bajar las escaleras y abrir la puerta.

-Hola Kate-

-Josué, ¿que haces aquí?- dije algo sorprendida de ver a aquel chico de ojos oscuros, pelo negro, un poco más alto que yo y tez clara.

-5 años sin ver a tu primo y esa es tu reacción- dijo mi primo muy sonriente como lo recordaba y abriendo sus brazos para que lo abrazara.

-Te extrañe- lo abrace muy fuerte.

-Lo sé enana, pero te recuerdo que eres más fuerte que yo- dijo con falta de aire.

-Lo siento- dije divertida y soltándolo a la vez- ¿que haces aquí?- dije apartándome de la puerta para que entrara y se sentara en el sofá.

-Estoy aquí por la misma razón que volviste, Kate- dijo poniéndose serio- vine a ayudarte- suspire.

-¿Quien te dijo que necesito ayuda?- dije con el mismo tono de seriedad que mi primo.

-Eso no importa Kate, sabes que necesitas mi ayuda para lo que se aproxima- dijo mientras me sentaba frustrada en el sofá- Kate, tienes que decir la verdad, a tu mamá y a todos.-

-¿como sabes que no se lo he dicho a nadie?- dije sorprendida

-Por Dios, Kate sabes que soy Caster- dijo alzando un poco la voz

-Te dije que no usaras tus poderes conmigo- dije recordando todas las bromas que me hizo cuando estaba aprendiendo a usar la magia.

-Sólo te recordé que soy Caster, no que usé magia contigo- dijo mientras lo miraba fijamente- de acuerdo, antes de venir hice un hechizo para tener más información- lo mire mal.

-No lo digo porque no es tiempo de decirlo, te prometo decirlo pero dame tiempo sí- Josué sólo se dedico a asentir y abrazarme.

-Sabes que te apoyaré en lo que decidas-

Josué y yo nos pasamos la tarde hablando sobre todo lo que había pasado durante estos 5 años, pensé decirle sobre mis ataques, pero estaba tan emocionada de volverlo a ver que no quería preocuparlo, no por el momento.

Ya eran las 7 de la mañana, así que empecé a cambiarme, Josué seguía durmiendo, ya que mi mamá no permitió que se quedará en un hotel.

Josué es un Caster, uno de los más poderosos por así decirlo, nuestra familia desciende de los primeros vampiros y Caster, también la familia más respetada, cuando cumplimos cierta edad, podemos elegir convertirnos entre vampiros o Caster, pero en mi caso soy vampira de nacimiento, soy la primera vampira de nacimiento, todos dicen que soy una criatura especial y poderosa, pero no me siento así...

-Hey primita, ¿que tanto piensas?- dijo Josué, entrando a mi habitación.

-Que deberías aprender a tocar antes de entrar a mi habitación- dije molesta, odiaba cuando me hacían eso, se encogió de brazos- y ¿que quieres?

-Te buscan abajo- lo mire confusa- un tal Jack, Ette- me relaje mas

-Es Ethan, tarado- rodé los ojos.

-Como sea, ¿es tu novio?- dijo con cara pervertida.

-Claro que no- dije a la defensiva.

-Y ¿porque te pones a la defensiva?- dijo Josué riéndose, mientras me moría de la vergüenza.

-Ethan es solo mi amigo- dije apartándolo de la puerta para bajar la escalera.

-Hola Ethan- dije dándole un beso en la mejilla

-Hola, m...me- se aclaró la garganta- ¿me preguntaba si quieres que te lleve a la universidad?- estaba nervioso, lo podía oler a kilómetros

-Si, claro no tengo problemas, solo tengo que ir por mi bolso- dije mientras subía las escaleras, al bajar le avise a mi mamá que me iba con Ethan a la escuela y nos dirigimos a su mustang hubo un momento de silencio, hasta que Ethan lo rompió.

-Ese chico, ¿ese chico es tu novio?- dijo parando en el semáforo que está en rojo y mirándome.

-¿Quién? ¿Josué?- él asintió- no, Josué es mi primo- dije mirando su expresión de alivio, mientras una sonrisa se le formaba en el rostro- ya está en verde- él miró hacia adelante y continuó el rumbo hacia la universidad, íbamos hablando de todo lo que nos venía a la mente, hasta que llegamos- gracias por traerme- dije mientras él estacionaba el carro

-No hay problemas, ¿si quieres te puedo traer todos los días?- dijo animado

-Eso me encantaría- dije saliendo del auto, pero al salir mi vista se dirigió a una Harley que estaba estacionándose a nuestro lado- ¿ qué haces aquí?-

-Te lo dije, no quiero que me vuelvas a ocasionar problemas y quiero asegurarme de que lo hagas- dijo Harry.

-¿De qué problemas habla, Kate?-mire a Ethan.

-Nada de importancia, solo fue un mal entendido hace algunos años cuando vivía aquí, ¿cierto Kate?- respondió Harry robándome la palabra.

-Exacto, solo fue un mal entendido- dije fulminando a Harry con la mirada.

-Bueno en ese caso los dejo, tengo que ir a clases- cuando Ethan iba a una distancia favorable, di media vuelta y mire con un rostro de odio a Harry.

-Nueva víctima, Kate-

-Te dije, que eso fue un mal entendido y tú me provocaste, hiciste que por poco la ciudad se enterara de lo que soy- dije furiosa, odiaba que me echará la culpa por algo que no fue mi intención.

-Pequeña, no soy culpable de tus errores- dijo Harry y se fue caminando hacia la entrada, suspire y me dedique a ir a mi próxima clase.

El día paso lento, evitar a Harry era algo imposible, aparentemente él se inscribió en casi todas mis clases, no paraba de observarme y es algo que me incomodaba mucho. Ethan se ofreció a llevarme comprarme un helado y luego llevarme a mi casa, me divertí mucho eso era lo que me hacía falta, tenía tiempo que no pasaba un buen rato.

Al llegar a casa, me di un baño y luego me tele transporté al lugar donde entrenaba cuando era pequeña, era un gimnasio que estaba abandonado desde hace 150 años según me había dicho mi padre, aunque parezca extraño en parte me gustaba este lugar tuve mucho recuerdos desde que mi padre me enseño este lugar, veníamos cada fin de semana, nada en el mundo me impidió venir a este lugar, por alguna extraña razón algo me atrae de este lugar, y no es el polvo o lo abandonado que parece, es más una atracción magnética, no sé como describirlo, por alguna razón pienso que es debido a la conexión que tengo con mi padre. Empecé a entrenar, empecé por las artes marciales, daba patadas, volteretas y un sin número de movimientos mas, luego practique mis poderes de vampiros, tenía tiempo que no lo hacía, al mirar la hora me sorprendí, ya era hora de prepararme para volver a la universidad, el tiempo vuela.

Me tele transporté de nuevo a mi habitación y no podía creer lo que mis ojos estaban observando, mi habitación estaba desordenada, todo estaba tirado en el piso, las lámparas rotas, al ver esto corrí directo al closet, busque un pequeño jarrón donde guardaba un pequeño diario, ahí contenía todos y cada uno de mis secretos y los secretos de la familia, mi abuela antes de morir me lo dio me dijo que lo leyera cuando este lista, al leerlo fue donde toda mi vida como la conocía cambio. Por suerte ahí estaba, quien hizo esto lo estaba buscando, pero es imposible nadie más sabia que yo tenía el diario, lo volví a esconder antes de que alguien entrara y lo viera, luego me dedique a organizar todo, me prepare para la universidad y me fui. -¡Hey! ¿Donde estabas?, te fui a buscar ayer y tu mamá me dijo que saliste- dijo Ethan acercándose a mi

-Emmm... Fui a un lugar que tenía tiempo que no visitaba-

-Mmmm... ¿Toda la noche?-

-Collins ¿me estas acosando?- dije un poco asustada, no porque lo hiciera sino por que pueda descubrir que soy, Ethan es mi único amigo aquí y tengo miedo de que se aleje como todo el mundo.

Claro que no- dijo algo nervioso- solo estaba en mi escritorio terminando una tarea y note cuando encendiste la luz.

-Bueno, hablamos luego, tengo que ir a clases- el asintió, su rostro se notaba arrepentido de haberme hecho tantas preguntas, no le di más vueltas al asunto y yo entre a mi aula.