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Enamorándome de mi Esposo CEO por Accidente

``` Despertar de un coma era lo de menos para Serena cuando descubre que está casada. No puede recordar quién es. Sus padres están tramando matarla. ¿Qué hace una joven en semejante situación? Atrapar a su guapo y rico esposo por supuesto. Serena no lo dejará ir hasta que descubra la verdad. Aiden Hawk se casó por conveniencia. Chantajeado por su abuela, ideó el plan perfecto. Casarse con una mujer en su lecho de muerte y jugar el papel de su amante afligido. Cuando ella muriera, él sería libre de hacer lo que quisiera. ¡Pero para sorpresa de todos, ella volvió a la vida! Además, se está pegando a él como si fuera pegamento. ¿Funcionará su matrimonio accidental o serán separados para siempre? *Créditos de la imagen: Queenfrieza Fragmento: Sus ojos se abrieron de par en par de la sorpresa cuando él se acercó a cerrar la puerta de la habitación del hospital con un clic. —¿Qué estás haciendo? —preguntó ella temblorosa. No le gustaba la expresión de su cara. Él levantó una ceja y sonrió con suficiencia, levantando la comisura de su boca. —¿Qué crees que estoy haciendo? —¿Por... por qué cerraste la puerta? —preguntó ella. —Mi esposa... Te has despertado después de tanto tiempo. Por supuesto, tengo que pasar algún tiempo contigo sin interrupciones... —le dijo él, y una sonrisa ladeada se dibujó en su rostro. Serena lo observaba mientras él se acercaba, su presencia parecía llenar la habitación. Su corazón casi amenazaba con salirse de su pecho... Quería saltar de la cama pero sus piernas eran inútiles y ella no tenía fuerzas... ```

har_k · 都市
レビュー数が足りません
306 Chs
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Déjame Ayudar

—¿Qué crees que estás haciendo, Aiden Hawk? —siseó Serena, su voz baja pero cortante mientras sujetaba el corpiño de su vestido con una mano. La otra la tenía firmemente plantada en su pecho, intentando desesperadamente empujarlo fuera del pequeño y cerrado probador.

Aiden, que había tenido la audacia de entrar sin ser invitado, solo sonrió con una expresión traviesa en sus ojos. —Te estoy ayudando a vestirte, querida —dijo él con tono burlón, su voz goteando una mezcla de juguetón y arrogante.

Serena entrecerró los ojos. —Sal de esta habitación, Aiden, y busca a un asistente de inmediato. O te juro, voy a gritar —advirtió—. Voy a contar hasta tres.

Cuando él simplemente se encogió de hombros y levantó una ceja hacia ella, —Tres —Serena abrió la boca para dejar escapar un grito cuando él le puso una mano sobre ella, atrayéndola hacia sí—. ¿Quién empieza a contar desde tres! Idiota.