Las hojas de los árboles se desprendieron de las ramas al sentir la fuerte brisa de la mañana. Los brazos de una hermosa mujer sostenían a un pequeño y saludable infante, el cual dormía plácidamente.
"Siempre duerme tanto... me pregunto si eso es normal"
La mujer sintió preocupación al ver a su hijo, en cierto modo era algo raro que un bebé duerma por más de dos días, bueno, aún respira así que no hay problema.
"Si tan solo él estuviera aquí, podría ver crecer a su sobrino"
Los ojos de la mujer apuntaron al cielo, mientras una mirada nostálgica y triste se presentaba en su rostro. Los amargos recuerdos de la muerte de su hermano durante el ataque de la bestia de las nueve colas le provocaban ganas de llorar.
"Parece que ya despertaste"
La mujer regresó su mirada al niño en sus brazos, este había abierto los ojos, extraños ojos de color gris brillante.
"Nunca me canso de verlo, es muy lindo. Eres muy lindo Toru-chan"
El niño sólo miro a su madre con una expresión somnolienta, algo que hizo que la mujer sonría. Ya habían pasado algunas semanas desde el nacimiento de Toru y el ataque del Kyubi, pero todo en Konohagakure se veía extrañamente pacífico, no había ninguna disputa entre clanes, ningún grupo de ninjas queriendo atacar la aldea, todo era muy... tranquilo.
"Oh, Kenji"
Lo mujer vio a su esposo pasar por la puerta de entrada, sin embargo, este la ignoró por completo. Ella pensó que Kenji solo estaba cansado, así que fue a darle la bienvenida con Toru en sus brazos.
No tardó mucho en llegar a la puerta, lugar donde vio a Kenji quitándose las sandalias.
"Bienvenido, cariño. ¿Cómo te fue?"
Kenji solo miró al suelo con una expresión de decepción antes de responder.
"Nada importante, solo... necesito estar solo. Puedes hacer eso por mí, ¿Kyoko?"
Kenji levantó la mirada para ver a su esposa a los ojos. Al ver este gesto Kyoko solo respondió un ligero movimiento de cabeza, acto seguido Kenji se dirigió a su habitación.
"Él nunca se ha comportado así, tal vez si está cansado..."
Kyoko miró a Toru y recordó a su hermano una vez más. El hermano que se sacrificó para salvar a su hermana y a su cuñado. El nombre del hermano de Kyoko era Asahi Kouta, este hombre fue el líder del clan Asahi durante cinco años.
Kouta se sacrificó en nombre de Konohagakure durante la batalla contra el zorro de las nueve colas.
-Hace dos meses-
Las colas de la bestia azotaron contra el suelo, matando a una gran cantidad de ninjas que intentaron detenerlo. La sangre de todas esas personas estaba manchada en cada lugar donde llegaba la vista.
"¡Tenemos que detenerlo! ¡De otro modo el monstruo destruirá la aldea"
Uno de los ninjas gritó mientras intentaba buscar una forma de frenar a la bestia, la cual se estaba acercando cada vez más a Konohagakure, pero no pudo pensar en nada, lo único que estaba presente en su mente era el hecho de que iba a morir en las garras del zorro.
"Por favor, Kouta. Debe haber otra solución"
La voz de una mujer se escuchó entre las personas que habían sido rescatadas, esa mujer era Kyoko, quien en ese momento tenía a Toru dentro de su vientre.
"Es el trabajo de un ninja proteger su aldea, también lo hago para protegerte a ti y a Kenji"
Kouta miró a Kyoko con tristeza, era obvio que iba a morir, pero aún así no tenía miedo, ya que esto lo hacía por la felicidad de su hermana y la de su mejor amigo.
"Pero... sí tu mueres..."
"¿No habrá quién lidere el clan? ¿Esa es tu excusa? Para eso está Kenji, yo le confío el clan a él"
Después de decir eso el cuerpo de Kouta parpadeo por un segundo antes de desaparecer, dejando a su hermana con los refugiados.
No habían pasado ni dos minutos cuando Kouta apareció en el frente de batalla junto a algunos de los miembros más fuertes del clan Asahi.
"Preparen nuestras armas, y no desperdicien el chakra, lo necesitaremos más que nunca"
Kouta miró a la gran bestia con molestia, había estado cuidando de su hermana durante siete meses para poder ver a su sobrino nacer, pero ahora todo eso se había ido a la basura por culpa de la rata con colas frente a él.
"Llegó la hora de empezar con esto"
Kouta se detuvo por un segundo para pensar en sus seres queridos por última vez antes de lanzarse a la batalla. Estaba decidido a morir por su aldea, después de todo los miembros de clan Asahi, además de ser prodigios en el oficio del ninja eran grandes protectores de Konohagakure.
"Perdóname pequeño sobrino, no podré estar ahí para ti. No podremos entrenar juntos, tampoco podré verte crecer, pero... por favor, protege a Kyoko, sé que lo harás bien"
Una sonrisa se formó en la cara de Kouta antes de que sus manos comenzaran a hacer los sellos manuales. En menos de cinco segundos los sellos estaban terminados, y para cuando terminó, unas palabras salieron de su boca.
"Shakuton: Noboru Taiyi no Seirei [Liberación de quemar: Espíritus del sol naciente]"
Al decir eso tres bolas de fuego aparecieron frente a él, para segundos después orbitar alrededor de Kouta. Una vez terminado el jutsu, entre sus manos sostuvo dos kunai, los cuales parecían tener hilos de acero atados.
"¿Seré yo quien deba disciplinar a este perro malo?"
Un mal chiste salió de los labios de Kouta, seguramente fue para calmar sus nervios, o tal vez ya se había vuelto loco, pero una cosa es segura, él quería luchar con todas sus fuerzas contra la bestia. Pero la bestia lo miraba como una hormiga, por lo que con una de sus colas intento aplastar a Kouta, pero la velocidad de este era muy grande, no por nada era un ninja de rango Jounin.
"Aunque yo muera, te arrancare una de tus colas"
Kouta lanzó uno de los kunai contra uno de los árboles, el cual se adhirió al mismo. Usando el kunai con el hilo de acero atado que estaba pegado en el árbol, Kouta se impulsó usando la fuerza de sus brazos, llegando rápidamente a la cabeza del zorro.
"Aquí tienes un regalo de mi parte"
Las bolas de fuego que orbitan alrededor de Kouta comenzaron a lanzar espinas hechas del mismo elemento de las bolas de fuego. Cada espina de fuego impactó en la bestia, pero estas no lograron hacerle ningún daño al zorro, y entonces, mientras Kouta estaba en el aire, una de las colas del zorro logró alcanzarlo, llevándolo directamente al suelo con una velocidad aterradora.
En el instante en que Kouta tocó el suelo, ya había perdido la vida.
-Un año después-
El pequeño Toru estaba por cumplir su primer año de vida, por lo que su madre trató de hacer una pequeña celebración en familia junto a Kenji.
"Bien, todo está listo"
Los platos ya estaban en la mesa, y los diferentes tipos de comida le provocarían hambre a cualquiera. Kyoko miró todo esto con orgullo, a pesar de que en el pasado fue una gran kunoichi, en el presente era una gran madre y ama de casa.
"Solo falta Kenji, espero que no llegue tarde otra vez"
Kyoko tomó asiento con su hijo en brazos, no había día en que estuviera alejada del pequeño Toru, siempre tenía al pequeño niño cerca de ella, pero el que esté con su hijo todo el tiempo tenía una explicación, y es que su hijo era extrañamente inteligente mucho más que cualquier niño del clan. La inteligencia del pequeño Toru la preocupaba un poco a Kyoko, el pequeño niño casi siempre se mantenía en silencio, no mostraba ninguna expresión facial y la mayor parte del día se la pasaba durmiendo.
"Parece que tu padre está tardando"
Kyoko puso su vista en el pasillo que conectaba la habitación con el camino a la salida, segundos después una expresión de tristeza se formó en su rostro.
(¿Cuándo fue la última vez que hablamos?)
Después de la muerte de Kouta, muchas cosas en el clan Asahi habían cambiado, Kenji se volvió el líder del clan, se estableció una alianza con el clan Uchiha, se aumentó la productividad de los fabricantes de armas, los investigadores científicos del clan Asahi comenzaron a enfocarse en desarrollar nuevos tipos de jutsu que usen tecnología, que para la época era revolucionaria, y por último, el heredero del clan Asahi ya había sido decidido, y ese heredero era el pequeño Toru.
Después de pensar tanto, Kyoko llegó a la conclusión de que Toru no debía convertirse en ninja, después de todo ella no quería ver morir a otro ser querido frente a sus ojos, pero si Toru escogía ser ninja, ella no podría negarse.
El sonido de la puerta sacó a Kyoko de sus pensamientos, esto hizo que se levantará de su asiento y se encaminará a la entrada de la casa para recibir a Kenji, quien en ese momento había regresado de estar trabajando junto al clan Uchiha.
"Bienvenido, cariño. Preparé la cena, me preguntaba si ya habías..."
Kyoko se quedó callada por un momento al ver que su esposo pasó al lado de ella sin siquiera mirarla.
"Kenji... ¿Qué ocurre?"
Kenji no respondió y entró a su habitación sin siquiera mirar a Kyoko a los ojos. En respuesta a esto, Kyoko solo miró al suelo sin poder hacer nada.
(Kenji... ya no puedo entenderte, ¿Por qué me haces esto?)
Kyoko regresó lentamente a la mesa donde había colocado toda la comida que preparó. La colocó en diferentes cajas de madera y la dejó aún lado.
"Yo... en serio ya no puedo entenderte"
-Tres años después-
Como si fuera un muñeco de trapo, Toru fue lanzado contra el suelo. Se podía ver claramente los moretones que tenía en el cuerpo.
"Levántate, si eres tan débil no podrás ser el líder de nuestro clan"
El hombre que habló era Kenji, quien en este momento estaba dándole unas clases de defensa a Toru, si es que a eso se le pueden llamar clases, ya que Kenji solo estaba golpeando a Toru sin tener compasión alguna.
(Me duele mucho... ya no quiero hacer esto, me duele)
Toru trató de levantarse del suelo. Él mismo sujetaba uno de sus brazos con dolor, además de la sangre que se salía de uno de sus labios.
"Demasiado débil, no podrás heredar el clan si sigues así"
Kenji agarro a Toru del cabello y lo levantó en el aire, para segundos después darle un golpe con la rodilla en el estómago. Toru cayó al suelo, vomitando lo que había comido hace unas horas.
(Me duele... ya no quiero pelear...)
Toru miró al suelo con una expresión neutral, todas las partes de su cuerpo dolían, no podía moverse, ya habían pasado dos horas de lo mismo, una y otra vez fue golpeado por su padre.
"Ya... no puedo más..."
Kenji frunció el ceño ante las palabras de Toru e intentó golpearlo una vez más, pero una mujer lo interrumpió.
"Ya no lo lastimes más"
Kyoko se puso frente a Toru, quien aún trataba de recuperarse después de la tortura que había recibido.
"No te metas, esto es necesario para..."
Un fuerte golpe se oyó en la habitación de entrenamiento. La cara de Kenji estaba mirando hacia la derecha, y la mano de Kyoko estaba levantada frente a la cara de Kenji.
"Kyoko, ¿Qué crees que estás haciendo?"
Sin mirar a su esposa a los ojos, Kenji preguntó, pero su pregunta no fue respondida, en vez de eso los sollozos de la mujer se escucharon mientras las lágrimas recorrían sus mejillas.
Al escuchar a su esposa llorar, un suspiro salió de los labios de Kenji, quien segundos después dejó la habitación.
(Okaa-sama...) Toru puso sus manos en su estómago, en ese momento era el lugar en que más sentía dolor.
"Perdóname, Toru..."
Kyoko habló mientras miraba a su hijo con una sonrisa radiante en el rostro. Era como si lo que acababa de pasar nunca hubiera pasado.
"No... importa..."
Toru miró la sonrisa de su madre, en su mente se preguntaba ¿Como puede sonreír después de lo que paso?
"¿Quieres comer ramen? Ayer encontré un restaurante que vende un ramen delicioso"
Con la misma sonrisa de hace un momento, Kyoko tomó de la mano a su hijo y lo ayudó a levantarse.
"Gracias..."
Las manos de Kyoko eran cálidas y gentiles ¿Quién pensaría que alguna vez ella fue capaz de matar a otras personas?
-Solo unos años después-
El tiempo pasaba rápido, para ese entonces Toru había desarrollado una extraña obsesión con las investigaciones científicas y el trabajo de los shinobi. Casi siempre dedicaba una gran parte de su tiempo para crear armas y artefactos que ayuden a los shinobi en su trabajo.
"Aún tengo que conseguir el reloj de manecillas para construir el cronómetro..."
Toru miró al techo de su casa un poco cansado, no había dormido nada por culpa de las ideas que llenaban su mente. Cada idea que llegaba a Toru era anotada en un pequeño libro, el cual fue un regalo de su madre.
"Aún sigo sin poder construir nada al 100%. El dinero que Okaa-sama me da cada fin de semana no es suficiente... ¿eh?"
Toru escuchó unos gritos provenientes de la habitación de sus padres, así que fue directo a ellos para saber qué es lo que estaba pasando. Unos segundos después Toru ya se encontraba en la puerta de la habitación de sus padres.
"¡No puedes hacer eso! ¡Estarás en contra de nuestra aldea!"
"Ya he tomado mi decisión como el líder de nuestro clan. Es necesario para avanzar, necesitamos más poder"
"¡¿Como puedes decir eso?! ¡No puedo permitir que hagas algo como..."
Un golpe se escuchó en la habitación, haciendo que la mirada de Toru se ponga sombría. Segundos después de eso, Kenji salió de la habitación, ignorando por completo a su hijo quién estaba espiando al otro lado de la puerta.
Un silencio profundo se formó mientras Toru solo se había quedado parado frente a la habitación, y tan solo unos instantes después se escucharon los sollozos de la mujer dentro de la habitación.
Sin pensarlo dos veces Toru entro a la habitación.
"Okaa-sama..."
Kyoko rápidamente secó sus lágrimas y miro a su hijo con una sonrisa.
"¿Qué ocurre Toru-chan?"
Toru se sentía extraño, la habilidad de su madre para fingir emociones era aterradora y deprimente a la vez. Unos segundos de silencio después Toru decide hablar.
"Okaa-sama..."
Kyoko espero las palabras de Toru con paciencia
"Quiero ser ninja"
"¿Qué...?"
Las imágenes de Kouta siendo asesinado por la bestia de las nueve colas regresaron a la mente de Kyoko como una tormenta.
"¿Por qué? Eres muy bueno creando cosas, podrías unirte a nuestro equipo de investigación"
Kyoko se acercó un poco y trató de convencer a Toru, pero eso no funcionó.
"No, quiero ser un ninja"
La mirada fría de Toru hizo que Kyoko se sintiera patética, una vez más uno de sus seres queridos tomaba el camino de la muerte, el camino del ninja.
"Bueno... un tienes tres años para decidir lo que quieres ser... así que... supongo que por ahora está bien"
Kyoko abrazó a Toru mientras intentaba retener sus verdaderos sentimientos, pero no pudo, así que hizo algo que era muy difícil para cualquier persona, ella transformó sus sentimientos en palabras sinceras.
"Toru..."
"¿Qué es Okaa-sama?"
"No importa cuánto sufrimiento estés pasando, al final... siempre podrás ver el nacimiento del sol en el horizonte con una sonrisa"
Mientras las palabras salían de la boca de Kyoko, Toru solo miró a la mujer frente a el... la mujer que sonreía de forma radiante, más radiante que el mismo sol.
Y esas palabras... fueron más que Toru recordó al ver tal escena deprimente...
Porque la sangre se derramaba en el suelo, las lágrimas de la mujer aún se miraban en su rostro. Tenía un gran corte en la espalda, seguramente causado por una katana.
"¿Por qué...?"
Toru miró el cuerpo sin vida frente a él, mientras una lagrima se escapaba de sus lagrimales.