Han pasado unas horas desde que bajaron del tren y ahora se encuentran caminando por un extenso bosque de camino a ese enigmático castillo.
A la cabeza iban Gray y Sakura, quienes hablaban de cosas triviales mientras el único adulto aquí, Waver Velvet, se arrastraba por el suelo pidiendo clemencia.
El hombre se cansó bastante rápido de este largo paseo por el bosque iluminado por los fuertes rayos del sol.
"Un descanzo… solo eso quiero… solo serán 5 minutos"
Gimió el hombre tirado en el suelo. Su ropa se había ensuciado por este patético acto, pero ni Gray ni Sakura querían detenerse aquí.
Aún así, ambas se miraron entre sí y suspiraron.
"Solo 3 minutos"
Ambas dijeron al unísono, perfectamente sincronizadas, tan sincronizadas que Waver sintió que por un momento el pulmón derecho se le saldría por la boca de lo repentino que fue eso.
***
Los tres se sentaron a la sombra de un árbol con la espalda apoyada a este mismo. Waver miró el cielo despejado, perfectamente azul y brillante, con nubes blancas puras que se movían lentamente en lo alto.
"El viaje en tren fue muy difícil"
Dijo Sakura para romper el hielo, a lo que Gray dijo:
"Puedo imaginar cómo te sentiste"
"Si… Me mareo en los transportes durante largos viajes. Si es tan solo unos minutos puedo soportarlo, pero cuando pasa de la hora se vuelve un infierno"
De pie al lado de Sakura, Toru se cruzó de brazos escuchando la conversación. Era obvio que lo traerían a este viaje, pero el camino fue muy largo. Aún así, eso no le molesta.
Esperó así hasta que los tres minutos de descanso se cumplieron.
Todos se pusieron de pie y avanzaron por el camino.
Después de eso, nada interesante pasó.
***
[Hay tipo raro dormido sobre una piedra. Siento que es peligroso. Mantente alerta.]
La voz monótonamente aburrida de Toru hizo eco dentro de la mente de Sakura.
Ella miró en la dirección donde la presencia de Toru era más fuerte y, sobre una alta piedra de más o menos dos metros y medio de altura, un hombre con túnica blanca parecía descansar.
Al sentir la presencia de las tres personas que lo observaban en silencio, despertó y miró a todos.
"Haa… al fin alguien aquí. ¿Qué es esto? Dos señoritas y un hombre sombrío. Qué combinación tan extraña. Las dos señoritas no encajan con la imagen de este lugar remoto. ¿Será que estoy viendo algo que no debo"
El hombre bajó de la piedra de un salto. Su voz era bastante animada para su apariencia levemente corpulenta, su mirada afilada y su bigote y barba que mostraban bastante bien de dónde venía.
"¿Quién demonios eres?"
Preguntó Waver. A lo que el hombre, con su tono animado, se acomodó la gruesa bufanda negra que cubría su cuello y respondió.
"Flue. Así me llamo"
"Es un nombre bastante adorable para alguien como tú"
"Bueno, mi nombre realmente es Flueger, pero no me gusta como suena. Si lo dejas en Flue, suena mejor, ¿no crees?"
Diciendo eso, se acercó a Sakura y luego a Gray.
"Hm… ¿Por qué usas capucha? Eres una chica hermosa, no tiene caso que ocultes tu rostro. Y usted, señorita de cabello violeta. Ni eres siquiera de este continente, puede verse fácilmente"
"Apreciaría que dejes a mi hija y a mi aprendiz en paz"
"¿Tu hija? Pero no sé parecen en nada"
Sakura suspiró.
"Mi padre me adoptó hace mucho tiempo"
"Bueno, eso explica todo. Aún así, muchachita. Ocultas algo… ¿por qué usas guantes? ¿Qué no se puede ver de las hermosas manos de una dama? ¿Tienes alguna cicatriz que ocultar?"
Acercándose demasiado a Sakura, Flue observó las manos de esta chica. Esto alertó a Toru, quien se preparó para aparecer si algo extraño pasaba.
Afortunadamente, Waver se interpuso otra vez.
"Ya te dije antes, deja en paz a mi hija"
"Está bien, está bien. Vaya padre sobreprotector que eres"
"En fin. ¿También te invitaron?"
"Por supuesto"
Flue sacó una carta de su túnica y se la mostró a Waver como prueba de que no iba a hacer nada raro por ahora. Waver aceptó esto.
"Entonces, si vamos al mismo lugar, ¿no sería mejor ir juntos?"
Waver miró a Gray por la repentina sugerencia.
Flue de inmediato aceptó.
"No tienes que preguntar dos veces. Acepto. Nuevamente, soy Flue. Es un placer conocerlos"
"Soy el Lord El-Melloi II"
"Gray"
"Sakura Velvet"
Flue asintió.
"Qué personajes tan interesantes me he encontrado hoy. El famoso Lord que apareció de la nada hace nueve años, su estudiante y su hija adoptiva. Aunque… ¿no crees que traer a tu propia hija a este lugar fue una mala decisión?"
Sakura interrumpió.
"Fui yo la que decidió venir. Mi padre no tiene nada que ver. Ahora, parece que estamos un poco tarde, vayamos rápido"
"Tienes razón"
Waver miró a Gray.
"Vámonos rápido. Y tú, Flue o lo que sea, si eres lento te dejaremos atrás"
"No te preocupes, Lord. Confío en mi resistencia y velocidad"
"Si tienes tiempo para hacer chistes con doble sentido, eso quiere decir que tienes tiempo para caminar"
***
Así estos cuatro personajes se encaminaron entre los árboles del extenso bosque alrededor del castillo. En ocasiones Gray y Sakura hablaban de cualquier cosa para distraerse. A Flue le gustaba molestar a Waver con preguntas demasiado personales, mientras que el Servant, Assassin, caminó en silencio al lado de su Master.
Observó cada movimiento del misterioso hombre que explicó algunas cosas de sí mismo que guardó en lo profundo de su memoria en caso de poder usarlo a su favor.
Así, durante unos minutos más, incluso si era aburrido y estresante, observó todo en silencio.
Cuando pudieron salir del bosque, en el campo de visión de todos, entre los árboles y el extenso bosque, entró un monstruoso y gigantesco castillo blanco, con tres grandes e imponentes estatuas de ángeles con grandes alas emplumadas talladas en mármol sobre el techo. Los ángeles tenían las manos juntas mirando hacia el cielo, como si estuvieran rezando. A su vez, los grandes muros que se levantaron desde el suelo, los cuales parecían querer rasgar el cielo, tenían extraños patrones parecidos a intestinos blancos retorcidos en las paredes. En general, el castillo tenía la forma de un colosal arco con árboles y flores en su interior.
Este lugar de alguna forma evocó un extraño sentimiento en Toru, quien miró los ángeles tallados sobre el techo pensando cómo alguien pudo construir algo tan monstruoso y enfermizo.
Sakura pensaba lo mismo. Este lugar de alguna forma la hizo sentir incómoda, lo que la llevó a preguntarse sobre el creador de este castillo "divino".
Mientras Sakura y Toru se distraen con el castillo, Waver y Flue hablaron sobre algunos escritos de la biblia. Gray admiró los extensos conocimientos de su mentor.
Al final, Flue, viendo el castillo, recordó todo lo que conocía de este.
"El creador del Castillo de la Separación es conocido como el Magus de los Ashbourne. No habrás venido hasta aquí sin saber eso, ¿no?"
"Huh… Qué molestia. Parece que estoy metido en otro de esos lugares problemáticos"
Waver negó con la cabeza.
"En fin. Hay algo que nosotros no sabemos aún. ¿Quién eres? Y no me refiero a tu nombre"
Flue sonrió y respondió con sinceridad. No había caso en esconder su identidad sabiendo que, de todos modos, este hombre es uno de los Lords de la Torre del Reloj.
"Soy un mercenario. Trabajo principalmente en el medio oriente jugandome la vida en lo que sea que involucre magecraft. A veces la Torre del Reloj pide mis servicios"
[Un mercenario. Master, me mantendré lo más cerca que pueda de ti.]
Sakura asintió ante las palabras de su Servant. Al mismo tiempo, después de ese intercambio de palabras entre estos dos hombres, todos avanzaron para adentrarse en el castillo.
Mientras caminaban, Sakura admiraba las flores amarillas que yacían en el jardín principal del castillo. Aún sin poder quitarse esa sensación de incomodidad, sintió que Toru estaba bastante cerca de ella.
Se sintió feliz al pensar que este chico la está protegiendo. Aunque más que eso, Toru veía como una molestia dejar morir a su Master ya que después de eso solo le quedarían dos opciones. La primera es desaparecer y regresar al Trono de Héroes, y la segunda buscar otro Master. Cualquiera de esos dos caminos es un fastidio, por lo que vio factible proteger a Sakura.
Por supuesto, Sakura no sabía esto. Ella pensaba que el Toru del pasado estaba renaciendo en este nuevo Toru, pero eso estaba muy alejado de la realidad.
Entre todos esos pensamientos y conversaciones que terminaban en silencios incómodos, llegaron a la entrada principal del castillo, una gran puerta de madera reluciente, tan reluciente que podrías ver tu cara reflejada en ella.
Frente a esa puerta, un hombre vestido de mayordomo esperaba. Al verlos, el mayordomo se hizo a un lado y abrió la puerta.
"Por favor, pasen"
Dijo el. Así que el grupo entró al castillo.
…
…
[Algo como esto…]
"Es enfermizo…"
Al ver el interior, Sakura y Toru tuvieron la misma reacción. Ángeles por todos lados. En las paredes, en el techo, como estatuas esculpidas perfectamente. Todo tan blanco y brillante, tan brillante que cegaba a cualquiera que tuviera astigmatismo.
Esto no podría describirse como una simple colección de ángeles como Waver le explicó a Sakura hace unos años durante sus clases de Magecraft. Esto era más que eso. Era como si la misma persona, el dueño de este castillo, se hubiera entregado por completo a una obsesión enfermiza. Si ese fuera el caso, las plumas de los ángeles, sus miradas radiantes, todo esto…
[Es como haber entrado en la cabeza de esa persona]
Toru susurró, y casi al instante, Gray cayó agarrándose el brazo con fuerza.
La capucha se le cayó, revelando su rostro y sus ojos verdes como esmeraldas. Toru la vio sufrir y dedujo que ella está pasando por lo mismo que él.
En el momento que entró a este lugar tuvo una sensación extraña que le susurraba al oído. Cientos de voces susurrando, induciendo una extraña alucinación en su cabeza.
Un extenso pasillo con paredes blancas, con decenas de puertas que se extienden a lo largo. Hay ojos en las paredes y el polvo del lugar parecía convertirse en cientos de plumas que llenaban el suelo.
Las voces susurraban palabras ilegibles, pero Toru solo suspiró y activó el Shigan en su forma desmaterializada. Al hacer eso, la ilusión se dispersó y todo regresó a la normalidad.
Aún así, a pesar de que Toru pudo salir muy fácil de esta, parecía que Gray no tuvo el mismo destino. Ella se estaba agarrando la cabeza con dolor, sufriendo las consecuencias de ver cientos de pequeños ángeles acercándose a ella.
Viéndola sufrir de esa manera, Sakura tomó a Gray entre sus brazos y, sin apartar la mirada del rostro de esta chica, ella se metió el dedo a la boca. Así sacó un poco de saliva con su dedo y se lo metió en la boca a Gray. Al hacer eso, ella cerró los ojos y comenzó a meditar.
Cuando menos se lo esperó, Gray se calmó y abrió los ojos.
La voz calmada de Waver resonó después de eso.
"Parece que debí anticipar tu entrenamiento sobre meditación defensiva. Tendré que agregarlo a tus tareas cuando regresemos. Gracias, Sakura"
"No fue nada. Esto es algo que me enseñaste hace mucho"
"Lo hice para que nadie se aprovechara de ti. Ahora, Gray, ¿qué fue lo que viste?"
Levantándose del suelo con dificultad, Gray sintió un sabor dulce entre sus labios y su lengua. Decidió no preguntar la razón por la que su boca se sentía tan dulce y poniéndose la capucha otra vez, miró a Waver.
"Vi un pantando de materia cerebral y muchos ojos mirándome"
"Entiendo"
Él tomó esto como una referencia a lo que va a pasar. De hecho, Waver también sabía que Toru está aquí ahora mismo. Con esto, él pensó que todo lo que pase aquí sería muy fácil.
De repente, los pasos de unos elegantes zapatos hicieron eco en el vacío del castillo acercándose sobre el blanco y reluciente suelo de lujosa cerámica.
Sakura miró en la dirección de dónde los pasos se escucharon y reconoció al hombre que acababa de entrar en escena.
"Parece que no fuimos los únicos en superar esa ilusión"
Al ver al hombre, Waver lo reconoció al instante. Un muchacho de cabello rubio y ojos azules. Él usaba un traje blanco impecable con un pañuelo rojo en su bolsillo derecho del mismo color que la camisa que lleva debajo del saco.
Se trataba del caballero Heine Istari, obviamente de la familia de Magus Istari.
"Ha pasado mucho tiempo, Lord El-Melloi"
"Lord El-Melloi II, por favor. Si me llamas sin el II es un nombre demasiado pesado para mis débiles hombros"
"Que humilde eres. He escuchado tus hazañas como Lord de la Torre del Reloj"
[¿Todo el tiempo es así con los Magus?]
Toru, al ver la cordialidad con la que estos dos comenzaron a hablar, se sintió un poco incómodo. Bueno, él venía de una cultura donde el respeto es algo que se tiene como una insignia, pero… él ya se había olvidado de eso después de tantas cosas.
Por su lado, Sakura sí que estaba acostumbrada a eso. Ella ya conocía a Heine Istari por palabra de su propio padre.
"Aunque no te guste, si"
Esa era la verdad. Era tan solo la cordialidad que un Magus le tiene a otro; la máscara que oculta las intenciones de cualquiera que la use. La cordialidad también es un arma poderosa y tanto Heine como Waver lo sabían.
Así él miró entre las sombras en su forma de fantasma, analizando con sus ojos malditos todo lo que se mueve dentro de este lugar.
Tan repentino como la entrada de Heine en escena, una niña muy parecida a este último apareció.
A su vez, en las sombras del lobby, tres personas más esperaban para hacer su aparición. Con esto, los ojos de Toru brillaron peligrosamente observando todo. Se cruzó de brazos y esperó junto a su Master.
[Dejando todo eso de lado. Las personas en este lugar son muy sospechosas. ¿Tengo permiso para matarlos en caso de que la situación se salga de control?]
Sakura le susurró su respuesta.
"No hace falta que los mates. Toma esa opción como nuestro último recurso. Además, pensar en matar a todos apenas los conoces es un poco grosero, ¿no crees?"
[Solo pienso en lo que es necesario para la supervivencia. Ahora mismo hay algunas personas que están escondidas cerca de nosotros. Lo que sea que vaya a pasar en este castillo, no me agrada mucho que digamos…]
Porque desde hace unos minutos esas voces que resonaron dentro de esa ilusión han estado hablándole al oído.
'Ya se dieron cuenta que soy el único que puede escucharlos…'
Los cientos de almas encerradas en las paredes de este castillo…
Continuará…