Capítulo 233: Ojos vacíos

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Hace mucho tiempo, en mi vida pasada, solía desear algo… Era un deseo que pensé que jamás olvidaría, y es irónico teniendo en cuenta que mi memoria siempre ha sido buena, pero he olvidado lo que solía desear. 

Ya no recuerdo lo que solía desear en el pasado y esa sensación que genera el haber olvidado algo es lo que he estado sintiendo en todo el tiempo que he estado en este lugar.

Aunque ese sentimiento tiene una pequeña variación. También siento que me han arrancado algo del pecho, algo que también olvidé.

Y aun así, pienso que ya todo eso ya no tiene importancia…

En este vacío blanco se encuentra mi castigo por todos mis pecados, donde todo se ha tornado tan aburrido…

Y realmente no importa, ni siquiera si todo esto me está haciendo sufrir…

No vale la pena luchar por algo que sé que no voy a conseguir…

Ya ha pasado bastante tiempo y ya me he hecho la idea de que eso jamás va a pasar…

Así que no vale la pena, pues así estoy bien… todo está bien…

…

"A la luz de la luna en esa ventana en medio de la oscura noche,

el fantasma que detuvo mi corazón se presenta envuelto en misterio."

Repentinamente escuche la voz de una chica, una voz suave, dulce y amable, pero esto es obvio para mi. Se que es otro de esos fantasmas molestándome, suelen hacerlo muy seguido.

Pero lo he pensado hasta cierto punto. Hay algo extraño en las palabras que esa persona mencionó.

A la luz de la luna en esa ventana en medio de la oscura noche,

el fantasma que detuvo mi corazón se presenta envuelto en misterio.

Es como si esa voz me estuviera contando una historia, y esa historia es algo que de alguna manera me provoca esa sensación de pérdida tan extraña en mi…

"Elegante y amable; letal guerrero que se esconde detrás de la reliquia sagrada.

Escúchame, por favor…

Escuchame llamarte en las profundidades de esa oscura casa…"

¿Qué es esto…? Me pregunté… Cada palabra me hace sentir miserable, como si mi cerebro estuviera tratando de decirme algo, pero esa sensación de pérdida me impide saber qué es.

"Así, en medio de esa noche aterradora, aparece frente a mi ventana envuelto en tu extraño misterio.

Responde a mi llamado, oh, protector del equilibrio…

Vuelve a mi como siempre sueles hacer…"

Como siempre, eh… Eso me hace recordar la historia que he estado viendo los últimos años en este lugar…

Siempre regreso por alguien…

Siempre me sacrifico por alguien…

Siempre lloro por alguien…

Siempre estoy sufriendo para proteger a alguien…

Siempre estoy con alguien…

Siempre, siempre y siempre… Una y otra vez sin detenerme. Estoy cansado de eso, ¿sabes? Ahora me estás llamando, ¿acaso debería importarme eso? La respuesta es sencilla… haz lo que quieras, realmente tus palabras no tienen mucho peso para mi.

He perdido todo, así que ya no hay nada que pueda llamar mi atención. Estoy muy aburrido en este lugar, pero eso está bien para mi, ¿no crees? Así no tengo que volver a lidiar con mi vida. Así no tendré que volver a pasar por toda una estúpida historia que sé que en algún momento romperá más mi mente.

Huh… pero no importa lo que diga, pues con tus palabras, esta extraña y cálida luz me está levantando en el aire. Esta luz extraña… tan familiar que hace que me den ganas de reír porque realmente no recuerdo una sensación parecida, y aun así lo siento como un deja vu…

Y ahora todo lo que puedo decir es que este lugar siempre es muy cruel, pero hay que darle mérito. Me da lo que merezco. Me muestras a todas las personas que fueron importantes para mi, para luego matarlas frente a mis ojos.

Eres diabólico, vacío blanco, pero ya he pasado por esto tantas veces que al final…

Ya estoy acostumbrado…

-Por Sakura-

Él apareció delante de mí envuelto en el misterio de esta oscura habitación, rodeado por el denso vapor que lentamente comenzó a asentarse en el suelo. Su capucha que ocultaba su rostro junto a su capa negra, desgastada por la batalla, su vieja bufanda roja, ondeando al ritmo del suave vapor que se estaba disipando me hizo preguntarme si esto era un sueño.

Si es un sueño, realmente no quiero despertar.

Pensé que esto era igual que el día que nos conocimos. Esa persona misteriosa y de mirada triste que apareció en la ventana de mi casa envuelto en la tenue luz de la luna. Era un chico mucho mayor que yo, pero a pesar de eso quise saber más de él, más de lo que se oculta detrás de esos hermosos ojos multicolor.

Puedo saber más de ti, aunque realmente no sea necesario porque ahora estás delante de mí.

Él entonces levantó suavemente su mano derecha, como si fuera a tomar un poco de aire en la palma de su mano. Al hacer eso, el vapor que lo rodeaba se disipó por completo. Asi sentí una fuerte presencia mágica, pesada y agobiante, pero que en el fondo podía sentirse como una suave caricia en mi cerebro, pasando por mi cráneo y por mi columna vertebral, para luego extenderse por el resto de mi cuerpo.

Aguanté la respiración por un segundo al sentir todo esa agobiante sensación y, cuando deje que el aire salga de mis pulmones, escuche un susurro quebradizo.

Él se acercó a mí y me dio su mano para ayudarme a levantarme del suelo, mientras lo hacía, volvió a susurrar.

"¿Eres mi Master?"

Abrí mis ojos incrédula.

"¿Qué quieres decir?"

Le respondí con otra pregunta. Fue allí que pude ver el rostro que anteriormente no podía ver debido a la oscuridad y la capucha.

Una parte de su flequillo cayó delante de su ojo derecho, un ojo que brillaba tenuemente en la oscuridad acompañado de la leve luz de un arcoiris extraño, donde una X orgánica como pupila parecía querer enfocar mi rostro como si fuera una cámara digital.

Me quedé muda al verlo. La expresión en su rostro era muy diferente a la que recuerdo. El ya no tenía su rostro inexpresivo de siempre. Sus ojos ahora lucían adormecidos junto al resto de la expresión en su rostro que solo podía describirse como triste.

El volvió a susurrarme con su quebradiza y débil voz que apenas pude escuchar.

"¿Eres mi Master?"

Nuevamente me quedé callada ante su pregunta.

"¿No me recuerdas…?"

Le pregunté con un susurro…

"Esta es la primera vez que te veo…"

Y él me respondió de igual manera.

Lo único que quería decir en ese momento era que esto no tenía sentido.

Me mantuve confundida por unos segundos, pero cuando me di cuenta que este chico me miraba como si acabara de conocerme, mi mirada se ensombreció y junto a todos los maravillosos recuerdos que tuve con él, apreté mis puños con fuerza y cerré los ojos.

Su suave sonrisa que pude ver muy pocas veces…

Su amabilidad…

La forma en la que hablaba…

Todo eso… ¿ya no está?

Con esos pesados pensamientos, deje salir mis palabras en forma de un susurro quebradizo.

"Me abandonaste… lo hiciste…"

Él me miró sin entender a lo que me refería.

"Me abandonaste…"

Le dije otra vez. Esta vez él me respondió susurrando un poco más fuerte.

"No puedo abandonar algo con lo que nunca tuve nada que ver"

Una respuesta tan fría que congeló mi corazón.

Eso me hizo enojar, así que le grité:

"¡¿Qué significa eso?! ¡¿Acaso no fui nada?! ¡¿Así es como ves las cosas?!"

Bajo su capucha, él suspiró. Antes de responderme se quitó la capucha y extendió su mano.

"Mi nombre es Asahi Toru. Asahi se escribe como 'sol del amanecer o sol naciente' y Toru se escribe como 'transparente', ¿puedo saber tu nombre?"

Al escuchar los susurros de Toru, recordé una escena similar, solo que aquella vez él me dijo que solo lo llamara Assassin porque eso es lo que eras, un asesino…

Realmente pensé que eras alguien muy raro en aquella época, pero eras la primera persona con la que no tuve miedo de hablar. Ahora, después de tantos años, ¿me tiendes tu mano y te presentas con tu nombre cuando nos costó mucho a Rin y a mi hacer que nos dijeras ese nombre que tanto ocultabas?

"Sakura…"

Le respondí vacilante, intentando que las lágrimas no se me caigan del rostro. ¿Me duele saber que no me recuerdas? Si… duele demasiado porque es como si realmente me hubieras abandonado esa noche. Y aun así, a pesar de que deje salir mi ira y te grite, sigues hablando con susurros débiles y tristes, como si estuvieras aguantando las ganas de llorar y gritar.

¿Quién eres Asahi Toru? Me doy cuenta de que en el pasado no profundicé mucho eso. Me enamoré de aquel chico genial y misterioso, pero nunca supe que ocultabas en el fondo de tu corazón.

Al final terminé de decirle:

"Sakura Velvet"

Mi nombre y el apellido del padre que me cuidó cuando más lo necesitaba.

Él me miró por un largo segundo antes de asentir con la cabeza. Se dio la vuelta mirando a la pared y, con un tono frío y deprimente, susurro mi nombre…

"Sakura-sama…"

¿Qué? ¿"sama"?

No… no…

No me llames así…

"Aún faltan tres o cuatro meses más para la guerra"

El cuerpo de Toru fue envuelto en tenues partículas negras a la vez que este mismo se desvanecía en el aire como polvo.

"Mi servicio no será necesario hasta entonces"

¿Qué quieres decir con eso? Me pregunté confundida. 

Mientras la voz aburrida y lenta de Toru se desvanecía junto a su cuerpo, me abalance sobre él y lo abrace con toda mi fuerza.

"Nos veremos en la guerra. No es necesario que yo esté junto a usted"

"Espera, ¡no!"

Cuando quise refutar lo que me había dicho antes, se desvaneció en mis brazos y dejé de escucharlo.

Me quedé abrazándome a mi misma por unos largos quince segundos, pensando en lo que acababa de pasar. 

Confundida, con la mirada apagada, caí de rodillas mirando a la nada.

"No te vayas…"

Hubiera querido decirle eso en aquel momento que me subí a ese avión, pero era demasiado tarde, pues no sabía que el día en que lo volvería a ver, él ya no sería la misma persona…

"No me dejes sola…"

No quiero estar sola… no quiero que todos me abandonen y me dejen sin nada.

Incluso tu, a quien más amé, también me has abandonado…

Todo se trata de eso, ¿no es así? ¿Todo siempre será de esta forma?

Todos siempre se van a alejar de mi lado…

Todos siempre me abandonan…

***

El Servant miro a la chica que estaba de rodillas en el suelo. Ella sufre y él pudo darse cuenta de eso, sin embargo, eso poco le importaba. Aun en su forma de fantasma, atravesó las paredes y salió al pasillo al otro lado de la puerta. Allí volvió a materializar su cuerpo. 

Se tocó la oreja y se percató de que el arete que traía en la oreja izquierda era una réplica de plata y cobre. Con eso en mente, se agacho tocándose los tobillos y saco las dagas. Estas estaban en perfecto estado, lo que lo desconcertó haciéndole suspirar cansado.

Regresó las dagas a su lugar y se tocó el cuello, pero se dio cuenta que el anillo de compromiso de su madre ya no estaba.

"No entiendo…"

Se dijo a sí mismo. Aun así, cerró los ojos y borró las emociones que estaban surgiendo en ese momento.

Entonces volvió a desmaterializarse para recorrer la casa y memorizar el lugar en el que se encuentra.

-Más tarde-

Después de tomar un baño y calmarse con respecto a lo que pasó hace un par de horas, Sakura se recostó en la cama y se acurrucó dentro de las sabanas. Cerró los ojos para pensar en lo que debía hacer.

'Lo invoqué… puedo sentirlo cerca de mi…'

Y no era una simple superstición. Toru realmente estaba allí. Él está en una esquina de la habitación, sentado y en silencio, mirando la tenue luz de la lámpara de noche sobre la mesita que está al lado de la cama de la chica que lo invoco. Esa era la razón por la que Sakura podía sentir que él estaba cerca.

'Padre… yo… ¿cómo voy a explicarte esto?'

Siendo el deseo de Waver participar en la Guerra por el Santo Grial, ella no sabía cómo decirle que ahora ella fue elegida para pelear en la guerra.

Al pensar en eso, solo pudo enterrar la cara en la almohada pensando en cualquier excusa que se le venga a la mente.

Toru es un Servant que el mismo Waver conoció durante la guerra. ¿Cuál sería su reacción al ver que su propia hija invocó ese Espíritu Heroico?

"¿...?"

Una suave brisa de viento pasó a su lado. Sakura miró hacia la lámpara que estaba al lado de su cama y sintió la presencia de Toru aún más cerca.

"Toru…"

Parecía que, aunque ella no podía verlo, Toru estaba observando una foto enmarcada que estaba al lado de la lámpara. En esa foto se encontraban Waver y Melvin junto a Sakura y Reines.

Sakura miro la foto y recordó el día en que la tomaron. Fue hace seis años, cuando Melvin vino a visitar a Waver y por casualidad trajo una cámara para tomarse algunas fotos con su "mejor amigo". Para su mala suerte, Reines también estaba allí. Ese día fue bastante extraño y animado porque esa foto es el producto de ese extraño día.

"Gracias…"

Dijo ella, pues de no haber sido por él, en este momento se encontraría sufriendo en esa casa sombría. Si no fuera por él, estos últimos diez años no habrían sido como fueron…

Así que volvió a apoyar la cabeza en la almohada y lentamente cerró los ojos.

Toru la vio dormir con sus ojos vacíos preguntándose…

'¿Por qué me siento así?'

Una sensación desgarradora en el fondo de su corazón. Esa misma sensación que tuvo que sentir en el Trono de Héroes estos últimos diez años.

Al final, bajo su capucha incorpórea, sus ojos vacíos se cerraron esperando pacientes a que el tiempo avance…

'Supongo que no importa…'

Continuará…