Hubo un sentimiento extraño que Toru tuvo al ver a esas dos chicas. El se encontraba tirado en el suelo, mirándolas con preocupación y confusión. El estaba cayendo a un abismo de oscuridad infinita, pero ellas aparecieron como un destello de luz en esa oscuridad.
Era extraño, muy extraño. Seguramente era por el alcohol en su sangre, pero…
Ellas tenían los mismos ojos que Toru. Ellas tenían… el Shigan.
-Días antes, en algún otro lugar muy, muy lejano… en el tiempo…-
Aquella chica, de cabello rubio y ojos plateados, camino un poco preocupada por los pasillos de aquella casa que parecía ser tan grande debido a sus numerosas habitaciones. Un clan grande como este necesita habitaciones grandes, de lo contrario, todos los niños que nacieron en este clan vivirían incómodos.
Ella rápidamente encontró la habitación de su hermana mayor. Así que, sin ningún tipo de vergüenza entro. Allí vio a una chica de cabello negro atado en dos coletas gemelas. Ella estaba buscando algo debajo de la cama, por lo que la chica de cabello dorado solo podía ver el trasero de su hermana moviéndose de lado a lado como si estuviera muy concentrada en ello.
"¿Onee-sama…?"
"¿Uh? ¡Ay!" Al escuchar la voz de su hermana menor, por accidente ella terminó golpeándose la cabeza contra la cama. Luego, se levanto del suelo frotándose la cabeza y vio a su hermanita. "¿Qué pasa, Eleanor? ¡Y no me asustes así!"
Eleanor es una hermosa niña de 11 años que es idéntica a su madre. Ella tenía el cabello dorado de su madre y los ojos plateados de su padre. Su cabello estaba atado hacia atrás con una cinta negra. Tenia una camisa de mangas largas blanca y una falda azul acompañada de largas medias negras que le llegaban más arriba de las rodillas.
"Bueno… uh… escuche lo que pasó con nuestro padre. ¿En serio le gritaste? No deberías haber hecho eso, Onee-sama…"
La hermana mayor, Koyomi, resopló y se cruzo de brazos. Sonrió con malicia y luego levantó lo que estaba debajo de la cama.
Koyomi tenía el cabello negro, igual que su padre y su madre. Uno de sus ojos era plateado, mientras que el otro estaba cubierto por un parche blanco. A la vez, llevaba un vestido negro bastante excéntrico, con muchos volantes y decoraciones con patrones de color negros y grises. También tenía grandes medias largas negras que cubrían sus piernas.
"Mira, mira. Le pedí prestado esto a nuestras tías" dijo Koyomi orgullosa de si misma. Allí mismo, sacó una capa grande de color negro que estaba bastante desgastada, a la vez que, después de dejar la capa sobre la cama, saco dos relucientes dagas con forma de espina.
Eleanor estaba confundida y, de hecho, pensó que Koyomi desvío el tema muy fácilmente.
Como la hermana más responsable, decidió que debía hablar con Koyomi. Aun si eso involucra alguna pequeña discusión.
"Onee-sama…"
"¿Si?"
Eleanor se cruzo de brazos y miró a su hermana con una cara inexpresiva. En respuesta a esto, Koyomi desvío la mirada y comenzó a reírse de forma extraña.
"Fufufu. Así que has descubierto mi secreto" Se dio la vuelta rápidamente cubriéndose el ojo izquierdo con una mano. "Así es, algo aterrador se oculta en mi ojo izquierdo. Un bestia que duerme plácidamente, esperando a que la profecía se cumpla y el Armagedón comience"
La reacción de Eleanor ante esto fue como si torciera los ojos hacia la derecha como diciendo "Aquí vamos de nuevo". Aunque logró reunir un poco de fuerza de voluntad para continuar con esta actuación. "Y dígame, señorita misteriosa. ¿Alguien que lleva una bestia encerrada en su ojo tiene derecho a gritarle a su propio padre?"
Koyomi cerró los ojos, a la vez que le temblaban las piernas. "¡Ya se! Tengo un nuevo jutsu que va a gustarte. Lo descubrí mientras entrenaba con Boruto-kun y Sarada-chan."
"No cambies el tema, Onee-sama"
"Pero yo-"
"Dije que no…"
Koyomi miró al suelo y luego se sentó allí. Se abrazo las rodillas y escondió la cara en ellas. Se mantuvo así durante unos segundos y luego levantó la mirada. "Eres como una vieja amargada"
12 y 11 años. La hermana menor actuaba como si fuera la mayor y, la hermana mayor actuaba de una forma más infantil y narcisista.
"Dime, Onee-sama. ¿No piensas disculparte?"
"Hm…" Koyomi se levantó del suelo y cruzo los brazos. "Nop. Alguien como yo no debería pedir disculpas. Es el quien tiene que arrodillarse ante su adorable hija y pedir perdón"
"Eso es demasiado…"
"Bueno, como te iba diciendo. Tengo un jutsu muy genial que descubrí hace poco. ¿Quieres probarlo?"
"Onee-sama..." Eleanor se canso de que su hermana ignorase el tema fácilmente. Aunque, conociéndola, pronto revelara la verdad, solo hace falta presionarla un poco y seguirle el juego. "Ha~ esta bien. Enséñame ese jutsu"
Koyomi sonrió de oreja a oreja y entonces… "¡Zafkiel!" Un gigantesco reloj mecánico apareció detrás de ella y su ropa, bueno… no cambio mucho. Los patrones grises en la tela cambiaron a patrones carmesíes, mientras que, como no tenia zapatos puestos, ya que todas viven en una casa japonesa, un par de botas de cuero negras cubrieron sus pies. En su mano derecha apareció una Flintlock de color negro y el parche blanco en su ojo izquierdo se incinero y despareció, dejando paso a un extraño ojo que ocultaba un reloj de apariencia inorgánica. "Elohim…" dijo después de que su ropa cambiará.
Eleanor vio el reloj aparecer detrás de su hermana y no se sorprendió. Ya había visto ese tipo de poder en su hermana mayor desde hace mucho tiempo. La madre de Koyomi lo tenía y ahora está niña excéntrica también.
"Prepárate…" Koyomi sonrió y cerró los ojos. Imagino la capa y las dagas de su padre y, entonces, levantó el brazo donde sostenía el arma de chispa, apuntando al número 12 en el reloj. Claro, el reloj era mecánico, de apariencia antigua y con números en romano. "Oculto en lo más oscuro del océano del Caos, se despierta envuelto en sangre carmesí" Un extraño círculo mágico apareció debajo de los pies de ambas hermanas, el cual brillaba en color rojo y giraba lentamente.
Eleanor no se inmutó por esto, así que se cruzo de brazos y espero.
"Brilla, desaparece, renace y muere" Abrió sus ojos, mostrando que el color de su ojo derecho había cambiado, ahora mostrando una pigmentación azul como el cielo, con dos pequeñas manecillas que giraban dentro de su pupila. "Soy aquella que corromperá al mismo caos, soy quien destruirá todo lo que se ponga en mi camino" Las manecillas del reloj mecánico comenzaron a girar a gran velocidad. El círculo mágico hizo lo mismo.
Eleanor comenzó a sentirse preocupada, ya que Koyomi suele ir muy lejos cuando usa sus poderes. "Onee-sama. Creo que ya he visto suficiente, deberíamos ir a-"
"Bala Cero: Nura" Las manecillas del reloj se detuvieron abruptamente al igual que el círculo mágico.
Eleanor miró esto como la finalizaron de la técnica de su hermana. Observó los alrededores, pero nada había cambiado. Ella suspiro y frunció el ceño. "Onee-sama, ahora si tendrás que darme una explicación"
"Ya está…" Ignorando a Eleanor y sosteniendo el arma de chispa en su mano, Koyomi camino hacia la puerta y la abrió. Allí, la mirada de Eleanor se aclaro, al ver que el exterior estaba bastante deteriorado, como si los pasillos no hubiesen sido cuidados durante mucho tiempo.
"¿Onee-sama…?" Miró a su hermana mayor con dudas.
"Fufufu…" Koyomi bajo la mirada y apretó suavemente su arma. "¡Kihihihi!" Y comenzó a reírse sacando el pecho con orgullo.
Eleanor ya no podía entender nada, aún así, trato de buscar una respuesta rápida. Sin embargo, no pudo al ver que su hermana desactivo su Vestido Astral y la tomó de la mano.
"¡Vamos!"
"¿Qué? Espera. ¡No!"
Koyomi corrió junto a su hermana por los pasillos, mientras reía llena de libertad, como si realmente ese momento fuera tan feliz. Ella guio a su hermana pequeña a la salida de la casa y, cuando salieron, pudieron darse cuenta que la casa estaba casi en ruinas.
"¿Qué es esto, Koyomi-onee-sama?" Eleanor miro a su hermana, sin embargo, ella solo le sonrió.
"Rebobinado de tiempo, en todo el multiverso"
Eleanor tardo unos cuantos segundos en entender lo que sus oídos habían escuchado. Se cruzo de brazos, lo pensó por un momento y luego suspiro. Camino en círculos por otros tres segundos mientras Koyomi la miraba confundida y entonces se detuvo en seco. En su mente, decenas de situaciones en donde son castigadas por su madre aparecieron. Asintió con la cabeza y entonces llego a una conclusión.
"Eres idiota"
Simplemente era eso. Para Eleanor, ser castigada por su madre era peor que ir al infierno. Así que esto le dio dolor de cabeza, a la vez que hizo temblar su cuerpo.
"¡No soy idiota! Además, ¿qué tiene de malo? Solamente vinimos a visitar a los dinosaurios un rato" Se cruzo de brazos y asintió con la cabeza, aprobando sus propias palabras. "Incluso si tu madre nos descubre, puedes echarme la culpa, te salvaré el trasero como siempre"
Eleanor negó con la cabeza y suspiro. "Es mejor devolvernos a nuestra época antes que alguien se de cuenta. Si eso sucede, sólo significará problemas. Espera… ¿Onee-sama?"
Ella ya no estaba. Esto hizo que una pequeña vena se hinchase en la frente de Eleanor. Apretó los puños con fuerza, con pequeñas lágrimas asomándose por las comisuras de sus ojos, pues tan solo pensar en el castigo que recibirán si alguien se entera la hacía sentir inútil.
Bueno, aunque… ya que están en el pasado…
'No es que quiera involucrarme en esto, pero solo Onee-sama tiene el poder de regresarnos. Si le sigo el juego un rato, se cansará y regresaremos. Solo espero que eso pase rápido' Ella cerro los ojos y sintió la energía de su hermana. Estaba cerca, pero parecía estar escondida.
***
Después de unos pocos segundos de rastreo, Eleanor vio que Koyomi estaba escondida detrás de una casa.
[Eleanor-chan, ¿me escuchas? Mira allí, adivina quien es] Koyomi vio algo interesante y hablo con su hermana dentro de su mente.
[No puede ser… ese es…]
Eleanor abrió los ojos al ver a esa persona. De cabello rubio y ojos azules, junto a aquel ninja perezoso de cabello plateado. También estaba acompañado de otros ninjas conocidos.
[Si. Es el Nanadaime (Séptimo Hokage) Mira lo joven que se ve. Tal vez tiene cuatro o cinco años más que nosotras]
[Entonces, ¿estamos en el pasado de verdad?]
[Fufufu. Aprecia mi poder, el poder de la futura Emperadora del Tiempo]
Eleanor, al escuchar a su hermana, se agacho y se cubrió la cabeza con las manos. 'Ha~ mi mamá me va a matar…' La madre de Eleanor es muy estricta, demasiado. Tan solo pensar en el castigo que recibirá por milésima vez la hizo temblar.
"Ahora me pregunto, ¿quién era el Hokage en esta época?" Koyomi miró la estatua y vio a aquella mujer de grandes pechos. Sonrió al recordar a esa anciana y tomó a Eleanor de la mano. "Vamos a la oficina del Hokage, será divertido. Usaré mi sigilo para ocultar nuestras presencias"
"Ha~ tu en serio que eres temeraria" Resignándose a su penoso destino, Eleanor dejo que su hermana mayor la guiará y, en un solo segundo, aparecieron dentro de la oficina de la actual Hokage.
-Oficina del Hokage-
Allí, en medio de una gran pila de documentos, se encontraba esa mujer, trabajando con todo ese estrés en sus hombros.
Koyomi miró esto y se sorprendió. Tsunade no había cambiado nada en todos estos años, seguía siendo la misma en el pasado que en el futuro. Bueno, teniendo en cuenta de quien se está hablando, Tsunade seguro que sigue usando ese jutsu para verse tan joven.
[Es sorprendente, Eleanor-chan…]
[¿A que te refieres, Onee-sama? Se que se sigue viendo igual, pero era de esperarse]
Koyomi negó con la cabeza.
[No me refiero a eso. Mira esas cosas… son armas de destrucción masiva…] Como si se dibujara una línea invisible entre sus ojos y los pechos de Tsunade, Koyomi frunció el ceño.
En respuesta a esto, Eleanor también se dio cuenta de esto.
Sin embargo, su agradable visita fue interrumpida por la repentina visita de un hombre de cabello albino.
Era Jiraiya, quien por un segundo sintió la presencia de alguien y miró los alrededores. Aunque no encontró nada extraño, así que continuo a lo que iba.
[Creo que hemos visto demasiado, Onee-sama. ¿Qué tal si regresamos ahora?]
Koyomi negó con la cabeza. [No haré eso] Eleanor se decepciono un poco por esto. Parecía que su plan tardaría un poco más. [¿Recuerdas que la Líder de Amegakure nos dijo que nuestro padre estuvo allí durante dos años?]
[Yo no sabia nada de eso. Tu eres la única que se la pasa visitando a todo el mundo sin avisar]
[Bueno, todos necesitan un poco de la hermosa y divertida Koyomi en sus vidas. De lo contrario el mundo sería bastante aburrido, ¿no lo crees?]
[Solo tu piensas ese tipo de cosas] Ya que estaba siendo arrastrada a esto, juntas salieron de la oficina del Hokage y aparecieron un segundo después sobre la cabeza del primer Hokage.
"Todo se ve muy antiguo, nada comparado a nuestro presente…" Eleanor ya lo sabía, estaban en el pasado. Si el Nanadaime tenía entre 15-17 años, obviamente su padre también. Además, Koyomi mencionó que su padre estuvo en Amegakure en esta épocas.
"Lo mismo digo yo. Seguramente aún no tienen internet, eso es bastante triste" Se cruzo de brazos y negó con la cabeza. Luego se miró los pies y se dio cuenta que estaba descalza. Así que, aprovechando lo que dijo sobre su padre en Amegakure, activo su Vestido Astral e imagino aquella aldea. Luego, tomó a su hermana de la cintura con el brazo derecho y la acerco a su pecho.
"¡¿Qué haces, Onee-san?!"
"Vayamos a ver el mundo un rato. Esto es muy divertido, si me lo preguntas, claro esta" Ella sonrió, se veía a simple vista que ella se estaba divirtiendo demasiado con esta situación. A diferencia de Eleanor, que estaba sufriendo pensando en lo que les pasara cuando regresen.
"Ya suéltame. Tenemos que regresar a casa. Seguramente tu mamá se dio cuenta que rebobinaste el tiempo. Ustedes dos tienen el mismo poder, después de todo."
"Aun no. Quiero ver mas cosas. Esto me tiene muy emocionada" Koyomi sonrió, mientras la luz de la muerte se mostró en su ojo derecho, a la vez que un reloj de apariencia inorgánica se mostró en su ojo izquierdo. La Flintlock apareció en su mano derecha y entonces la apunto a su propia cabeza.
¡Bang!
-Amegakure-
Eleanor vio como en un parpadeo apareció en medio de un lugar lluvioso, con mucha gente usando paraguas. Las nubes eran grises, llenas de agua que caía con fuerza en este lugar.
Koyomi miró esto y desactivó su Vestido Astral, luego, se cubrió el ojo izquierdo y enseguida apareció un parche blanco. "Tal vez a la gente de esta época le parezca extraño mi ojo" Bueno, esto no era algo que Koyomi pensaba realmente. En realidad ella… 'Así me voy a ver muy genial…' Si. Exactamente eso.
"Ahora estamos frente a todos" Eleanor se sintió abrumada. Ahora todas las personas cercanas podían verlas. Aun así, a pesar de su extraña apariencia, nadie les presto atención y siguieron con lo suyo.
Esto impresionó a Koyomi. Además, sintió que alguien observaba cada rincón de esta aldea, así que su sigilo podría eliminar ese problema. "No creo que eso sea tan malo, Eleanor-chan. Deberías dejarte llevar y entonces- ¡Ay!" De repente, Koyomi sintió que algo duro le golpeó el hombro, lo que la hizo caer sobre su trasero. "Ay… no duele, pero... ¡¿?!"
Eleanor la vio y se acercó rápido a ella. "¿Estas bien, Onee-sama?" A ella le pareció extraño que su hermana se quedase viendo a la nada con una expresión en estado de shock.
"¿Estas bien? No llevan paraguas, además, ustedes dos no parecen ser de aquí" La voz grave de un chico se escuchó, por lo que Eleanor miro al responsable de esto y sus ojos se abrieron en estado de shock.
Debido a que estaba agachada dándole la mano a su hermana mayor, giro su mirada hacia arriba y vio a un chico. Llevaba una túnica negra con nubes rojas bordadas y un sombrero cónico con tiras de tela que cubrían su rostro, pero aún así ella lo reconoció…
El era…
'Otou-sama…' Eleanor supo quien era por aquella mirada apagada y sin emociones. Ese joven de 16 años era su padre, era Asahi Toru.
Debido al shock de ver a su padre de joven, comenzó a tartamudear tratando de buscar una solución a esto. Así que, apretó la mano de Koyomi tan fuerte como pudo, se puso de pie junto a su hermana mayor, quien seguía en estado de shock, e hizo una reverencia obligando a Koyomi. "Lo sentimos mucho, oto-… quiero decir, onii-san…"
Después de eso, Eleanor huyó del lugar junto a su hermana de alguna u otra forma.
-Bosque cercano a Amegakure-
"Hah… hah… hah…" Eleanor respiro cansada, ya que después de salir de Amegakure, uso todo lo que tenía para aparecer lejos del lugar.
Las dos tardaron unos minutos en calmarse. Ahora Eleanor pensó mejor las cosas y decidió que era hora de irse, ella ya había visto demasiado. Aun así, esa mirada tan vacía que tenía Toru, su padre, era muy diferente a la mirada que el tenía en el futuro.
"Onee-sama… esto fue una mala idea. Tenemos que volver a casa"
Koyomi tardo unos segundos en responder. "Otou-chan… se veía muy genial, ¿no?" Ella sonrió emocionada. "Esa túnica tan genial junto con el sombrero. ¡Se veía tan misterioso y peligroso!" Sus ojos brillaron de emoción. En el futuro ella no tenía una buena relación con su padre. "Ha~ quien diría que ese viejo amargado sería así en su juventud. Además, había alguien junto a él. Creo que de alguna manera se parecía al tío Sasuke"
Eleanor también lo pensó cuando lo vio. El hombre que acompañaba a Toru se parecía mucho a Sasuke, pero en realidad era todo lo contrario. Sasuke se parece a ese hombre, después de todo el es el hermano mayor, Itachi. Solo que ellas no sabían mucho de eso.
"También hay algo que me pareció extraño…" Koyomi se cruzo de brazos y asintió con la cabeza. "Otou-chan tenía los dos ojos iguales, plateados… eso es raro. Siempre pensé que el tenia un ojo carmesí y un ojo plateado desde que nació…" Esa duda surgió repentinamente. En el futuro, los ojos de Toru son completamente diferentes. Uno es plateado y el otro carmesí. Sin embargo, ni Koyomi ni Eleanor sabían como es esto posible.
"Bueno, esta época es muy diferente a la que vivimos en la actualidad. Tal vez Otou-sama paso por algo que hizo que su ojo cambiase de color" Era lo más lógico. Eleanor sabía, por qué su madre habla de vez en cuando de Toru, que en su juventud, pasaron por muchas dificultades. Sin embargo, ella solo se limita a decir eso.
"Si lo piensas de esa forma tiene sentido. Ahora, ¿tienes hambre, Eleanor-chan? Tenemos todo el Tiempo del Mundo"
Eleanor suspiro cansada otra vez. "En serio, esto ya me tiene con las neuronas quemadas. Es mejor que volvamos a casa, ya vimos demasiado."
"No quiero. Veamos un poco más y luego vamos a casa. Pero primero comamos algo. Adelantaré el tiempo hasta mañana luego de eso"
'Al menos ya se decidió…' En su mente, deseo que esto terminara. Si la situación se sale de control, seguramente esa Organización aparecería para regresarlas a casa a la fuerza.
***
"No puedo creer que hayan venido a este lugar. Onee-sama… Nee-chan…" Aquel niño rubio entrecerró los ojos mientras se escondía en los arbustos. 'Simplemente vi una luz en el cuarto de Onee-sama y entre para ver que era y de repente me trae a la antigua Konoha…' El niño, de 10 años, sonrió imaginando los problemas en los que se han metido sus hermanas mayores. 'Cuando le diga a Otou-chan esto… no, el no se enoja, es difícil hacerlo enojar. Tal vez debería decirle a la mamá de Nee-chan o… puedo decidir ocultarlo a cambio de unos favores especiales'
Sonrió con un brillo avaricioso en sus ojos. Usando su sigilo de ninja, podía ocultarse de sus hermanas, es lo que mejor se le daba, huir y esconderse, para luego aprovecharse de las personas. Así es Haru, quien, cuando es descubierto, hace lo que mejor se le da, huir.
'Bueno, dejando eso de lado. Tal vez pueda pedir algo de dinero a Onee-sama a cambio de guardar el secreto. Pero primero tendré que seguir observando'
Después de eso, él cuerpo del niño se volvió traslúcido, hasta desparecer por completo.
***
Al mismo tiempo, aquel reloj mecánico apareció detrás de Koyomi, cuyas manecillas giraron en sentido horario. La noche termino en un segundo y el sol salió por el horizonte. Aunque para aquella ciudad lluviosa, los rayos del sol son casi inexistentes, ya que las nubes lluviosas cubrían todo el cielo.
"Veamos que pude pasar en este día" Koyomi sonrió e invocó su Vestido Astral. Luego, miró a su hermana y la tomó de la mano. "Vamos, no te quedes esperando"
Eleanor, por supuesto, intento negarse, pero con alguien como Koyomi la situación ya se estaba volviendo casi imposible. Como la hermana más responsable, intentaba guiar a todos sus hermanos, pero Koyomi era un caso especial.
"Ya ni siquiera me voy a molestar" Se resigno a aceptar todo y despareció junto a su hermana.
-Amegakure-
Aparecieron en medio del lago. El día en esta aldea parecía ser igual que cualquier otro, pero cuando Koyomi miró al cielo, sus ojos se abrieron al ver a la versión joven de su padre saltar del edificio.
"¡Kuchiyose no Jutsu!"
La voz grave de aquel chico hizo eco en los oídos de Koyomi, quien miró con atención a ese chico.
Eleanor también estaba sorprendida. De repente, una gigantesca bestia con la apariencia de un lobo apareció, pero repentinamente, ambos, Toru y el Lobo, se detuvieron en el aire como si el tiempo se hubiese detenido.
"¿Quién es ese tipo? Parece que tiene un Rinnegan" Gracias a su excelente visión, pudo ver a detalle los ojos de aquel hombre que detuvo a Toru.
"¡Onee-sama, mira allí! ¡Ella es la tía Konan!"
"Es cierto. Entonces en este lugar Otou-chan conoció a Konan-san"
Koyomi y Eleanor no tuvieron tiempo de reaccionar, ya que un clon de Toru pasó al lado de ellas a grandes velocidades, aparentemente dirigiéndose al país del fuego.
Luego de eso, la situación pareció calmarse, ya que Toru regreso al edificio junto a Pain y Konan. Lo que dejo a estas niñas pensando. Incluso Eleanor sintió curiosidad por esto, también sintió que ya no debía importarle nada. Si su hermana mayor toma la responsabilidad, pues aceptar un poco la situación no esta mal.
"Entremos al edificio, Eleanor-chan. Se que también tienes ganas de saber que pasa con nuestro padre" Koyomi se sintió emocionada por esto. Estaba viendo un lado de su padre que ella nunca había visto, y le gustaba mucho.
Toru, al menos a los ojos de Koyomi, se veía extremadamente genial y peligroso. Tenía ese aire de misterio y agresividad que de alguna forma la hicieron feliz.
Aunque no se podía decir lo mismo de Eleanor, ya que, a pesar de que sentía curiosidad, sentía que estaba invadiendo los secretos de su padre.
Sin embargo, ella ya no tuvo tiempo de pensar, porque, como siempre, Koyomi la tomó de la mano y la arrastro a los problemas.
-En la Actualidad-
Toru camino en medio de la lluvia. Ya no tenía su sombrero, pues ya no hacía falta si su identidad fue descubierta hace poco. Aún así, continuo caminando en silencio, con la mirada en el suelo, una mirada perdida en sus pensamientos.
En el interior de su mente, en su corazón, se sintió destrozado. Toru muy pocas veces se sentía de esta forma. El aún recordaba como en su vida pasada perdió su capacidad para sentir emociones después de aquel suceso. El pensaba que esa incapacidad debió haber regresado cuando sus recuerdos se desbloquearon, pero no fue así.
Ahora sentía aquel sentimiento desgarrador en su pecho, otra vez, como esa noche en la que perdió lo poco que tenía.
"… ¿?" El vio algo que parecía interesante en medio de este día lluvioso.
Era una taberna que se llamaba La Cola del Gato, y parecía estar llena en este momento.
Toru no entendió que paso por su cabeza en ese momento, pero no lo pensó y entró enseguida.
Cuando las puertas se abrieron, todos los bebedores miraron al chico que entró y lo reconocieron al instante. Obviamente Toru ignoró todas esas miradas y se sentó frente a la barra esperando en silencio.
Una chica con una diadema que simulaba las orejas de un gato apareció y miró a Toru. Ella por un momento se sintió nerviosa, pero luego tomó un respiro y se dispuso a atender a su cliente.
"Bienvenido a La Cola del Gato. ¿En que puedo ayudarte, Shi no Tenshi-sama?"
Toru se toco la cabeza con dolor. Su ropa estaba mojada, pero no sentía frío. Levantó la mirada y vio a la chica, luego vio detrás de ella y encontró una botella con aquel liquido ligeramente traslúcido.
Nuevamente, Toru no entendió sus propias acciones, ya que tímidamente apunto a la botella. "Me llevo esa…"
La chica abrió los ojos un poco sorprendida. La taberna no tenia permitido vender botellas enteras, solo pequeños tragos para evitar problemas, pero quien estaba frente a ella era el mismísimo Ángel de la Muerte, el era una excepción.
Así que, se resigno y tomó la botella, para ponerla en la barra un segundo después.
Toru miró esto y sacó todo el dinero que tenía guardado en su pergamino. Se lo entregó a la chica, tomó la botella y luego salió.
La chica vio que el dinero era demasiado, así que intento darle el cambio a Toru, pero él ya se había ido.
***
Había un callejón cerca. Era solitario, silencioso y extrañamente frío.
Se encontró a sí mismo en ese lugar mientras la lluvia caía. Se acercó a una pila de cajas de madera que estaban frente a el y se sentó allí.
Miró la botella en silencio…
…
Miró durante algunos minutos sin saber que hacer.
Esa botella, de alguna forma le trajo recuerdos de su vida pasada.
Habían imágenes que pasaban frente a sus ojos como flashbacks dolorosos. Aquella mujer que bebía en exceso, aquella mujer que lo maltrato durante tanto tiempo.
…
…
Era un niño, un niño inocente que quería hacer feliz a su madre. ¿Qué fue lo que hizo mal? El no tenía idea. Y esa botella frente a sus ojos le estaba mostrando cosas que no quería recordar.
Sangre…
Soledad…
Miseria…
Lo tenía todo y a la vez nada…
Toru abrió la botella con manos temblorosas y la acerco a sus labios.
El olor del sake era bastante fuerte y lo hizo sentir mareado. Ese olor era exactamente el mismo olor que esa mujer tenía.
Sus manos temblaron, Toru dudo…
Pero luego, aquellas personas que ya no están, en aquel lugar tan brillante aparecieron.
La luz en sus ojos se perdió y entonces…
*glup*
Tomo una gran bocanada de sake y la mandó al fondo de su sistema. Allí mismo, dejo salir un gran suspiro por que sentía que el alcohol le quemaba la garganta, pero luego de eso, una sensación extraña de satisfacción invadió su corazón.
Miró al cielo nocturno y sintió como sus lágrimas se mezclaban con la lluvia.
"¿Por qué hago esto…?"
Continuará…