Ren Feifan finalmente llegó al lado del Viejo Zheng.
El Viejo Zheng, que una vez estuvo lleno de espíritu, ahora parecía completamente diferente, con un rostro pálido como la muerte, y su ropa hecha jirones por la fuerza de la reciente batalla. Ni una sola pieza estaba intacta. Su pecho tenía una profunda hendidura, llena de un lío casi indistinguible de sangre y carne. ¡Era evidente que la batalla le había causado un daño severo! En este momento, ya había sufrido lesiones graves. El Viejo Zheng no había sufrido tales lesiones en muchos años. La última vez que fue herido fue hace décadas. En aquel entonces, todavía estaba en la Puerta Oculta, herido por un anciano de la puerta. Fue rescatado y escapó al mundo secular.
Desde entonces, custodió su pequeño territorio y nunca se metió en los asuntos de la Puerta Oculta. Ahora, después de tantos años, su fuerza había crecido, pero había retrocedido, ahora para ser vencido por un mero Rango Celestial. No podría estar más avergonzado.
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