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Capítulo 20 – ¡Tiene Que Ser Ella!

編集者: Nyoi-Bo Studio

En el momento en el que Fang Zhenyi habló, ella vio la cabecita de Xiao Liuliu asomarse automáticamente en la cama.

Su carita estaba ruborizada y parecía arder por el efecto de la fiebre.

Al girar su cabeza, ella vio directamente a Fang Zhenyi…

Todos estaban sorprendidos con esta escena. Incluso Fang Zhenyi, quien pensó que el éxito estaba a la vuelta de la esquina.

De inmediato, sus pequeños labios se arrugaron. —Buah-buah…

En instantes, un llanto conmovedor invadió la habitación.

Fang Zhenyi quiso decir algo, pero antes de tener la oportunidad de acercarse, Xiao Luliu se lanzó a los brazos de Yu Yuehan, chillando a todo volumen mientras lo abrazaba como una criatura abandonada.

—Da miedo… No la quiero, sólo quiero a la Hermana Bonita… Me voy a morir sin la Hermana Bonita…

—¡Tonterías! —El corazón de Yu Yuehan se arrugó, y apretó la mano con que la sostenía —Con Papi cerca de ti, vas a estar bien.

—Voy a morir de tristeza sin la Hermana Bonita…—sollozó; Xiao Liuliu levantó sus tiernas manos y se limpió las lágrimas con dolor.

Las lágrimas comenzaron a derramarse luego de un par de sollozos.

Yu Yuehan: —…¿Por qué sigues parado allí? ¡Ve y busca a Nian Xiaomu ahora!

—Joven, Joven Amo, ¿Usted quiere decir, que permitirá que Nian Xiaomu regrese y cuide a la Pequeña Señorita? —Preguntó el mayordomo con la mirada perdida, asombrado por los gritos.

Yu Yuehan lo observó de refilón: —¡¿Qué otra alternativa tengo?!

De lo contrario ¿Permitiría que su princesita muriera de tristeza?

—¡Sí, sí, sí, la invitaré inmediatamente! —Al recibir la orden, el mayordomo giró sobre sus talones y se marchó apresuradamente.

El ambiente dentro de la habitación pareció relajarse una vez que el mayordomo salió.

Al enterarse de que Nian Xiaomu regresaría, las lágrimas de Xiao Liuliu se detuvieron inmediatamente. Cesó de llorar en segundos. Tenía lágrimas en sus ojos que se derramaban hacia sus mejillas.

Ella se precipitó a los brazos de Yu Yuehan y fue arrullada suavemente: —Papi, cárgame.

Yu Yuehan observó a su niñita, cuyo humor era como el de un clima soleado después de una tormenta. Él se inclinó y acarició el centro de sus cejas.

—Toma la medicina primero.

—No, quiero a Hermana Bonita, que ella me la de —Xiao Liuliu le enterró la cara en el pecho descaradamente, rechazando su solicitud con una voz tenue.

Ella no tomaría la medicina si no veía a la Hermana Bonita. ¿Qué pasaría si papi no le permitía a la Hermana Bonita regresar después de tomar su medicina?

El corazón de Yu Yuehan estaba sofocado después de cargar a la niñita. Además, ella sentía recelo de él.

—Llama al mayordomo. ¡Dile que traiga a Nian Xiaomu lo antes posible!

En un apartamento tipo estudio.

La rabia de Nian Xiaomu se convirtió en cansancio apenas llegó a su casa, y luego de lavarse se fue a dormir.

No obstante, no pudo conciliar el sueño. Dando vueltas en la cama. No estaba segura de si estaba demasiado enojada o si estaba verdaderamente preocupada por Xiao Liuliu.

No fue sino hasta la media noche cuando finalmente comenzó a sentir sueño.

*Ring-Ring*

*Ring-Ring*

*Ring-Ring* *Ring-Ring*

El timbre sonó con persistencia una y otra vez.

—¿Ahora qué hora es? Créanme cuando digo que me voy a quejar de todos ustedes por molestar…—Nian Xiaomu abrió bruscamente la puerta.

Dejó de murmurar inmediatamente cuando vio a las personas en su entrada.

Estaban el mayordomo con un traje ejecutivo blanco y negro, además de algunos guardaespaldas apostados en la puerta como si fuesen dioses en un portal.

La manera como la observaban era tan intensa y candente, como una papa recién horneada. Ella no pudo evitar dar un paso atrás y temblar.

¿Estaba soñando o estaba en presencia de algo fantasmal?

—Srta. Nian, esta es la situación: nos enteramos de su dirección de domicilio por medio del currículum vitae que obtuvimos en su entrevista. Por consiguiente, hicimos el viaje hasta aquí con la esperanza de que usted pueda retornar a la residencia Yu y hacerse cargo de nuestra Pequeña Señorita —, El mayordomo hizo un gesto de reverencia y le habló muy educadamente, como nunca antes.

—…¿Invitarme a regresar? —Nian Xiaomu apuntó hacia su nariz y repitió con duda.