capítulo 1 (Alía)

El sol matutino se asomaba por la colina. Aquel era por mucho su momento favorito del día; era perfecto. Todos los días recorría el mismo sendero, llegaba a la cima sudorosa y cansada mientras su respiración agitada y el viento helado hacían arder su garganta.

- "valdrá la pena" -se repetía una y otra vez. 

Aquel era el único momento reconfortante de su día. Lo único que el mundo hostil y salvaje no podía cubrir de obscuridad. Aún recordaba con cariño la primera noche a su llegada. El general Diallo la había convencido de escalar la colina. Al llegar a la cima habría jurado que se encontraba en el paraíso, aquella majestuosidad le recordaba el valor de todo aquello que la había obligado a desafiarse a sí misma y salir del reino Ignis. Desde entonces, aquel se convertiría en su lugar favorito, el único lugar dentro de su mente en el que se podría mostrar debilidad y tristeza, ese lugar en el que la libertad estaba permitida, lejos de aquel mundo frío e insensible que la acechaba y podía herirla.