Ning Xi miró a Yan Ruyi y Lu Chongshan. Ella sabía que a ellos también les importaba el estado de Tesorito, así que señaló el jarrón que estaba junto a su cama y preguntó suavemente:
— Tesorito, ¿qué es esto?
Tesorito miró hacia la dirección que Ning Xi señaló, y luego dijo con perfecta dicción: —Flor.
—¿Qué tal esto? —Ning Xi suprimió su emoción y levantó una manzana.
—Manzana.
—¿Esto? —Ning Xi agarró el control remoto del aire acondicionado.
—Control remoto.
[…]
Ning Xi continuó señalando bastantes cosas y el pequeño contestó todas. Aunque no había hablado durante mucho tiempo, su pronunciación era impecable.
—¡Mi bebé es tan inteligente! —Ning Xi le alabó emocionalmente.
El panecillo tímidamente frunció los labios mientras era elogiado por su madre, indicando que estaba muy contento. Luego trajo su bento y dijo:
—Mami, come.
—Está bien…¡Gracias, cariño! ¡Mamá se lo terminará todo!
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