El Marqués Xuanping sostenía en sus manos el calentador de manos de piel de zorro, subiendo despreocupadamente al carruaje.
Los observadores hallarían difícil asociar a este hombre sereno y elegante con un señor de guerra de primera categoría que orquesta estrategias desde la retaguardia, ganando batallas a miles de millas de distancia.
—A la residencia —ordenó.
El carruaje comenzó a moverse.
Los caballos de la residencia del Marqués Xuanping tenían fama de cubrir mil li en un día, y su mera presencia a menudo intimidaba a otros caballos en el camino hasta hacerlos retroceder.
El viento frío mordía con dureza, agitando las cortinas ricamente bordadas del carruaje.
El Marqués Xuanping se sentó en el carruaje con los ojos cerrados, aparentemente sumido en profundos pensamientos.
Sin embargo, al percibir algo, abrió los ojos y dijo —Detén el carruaje.
El carruaje se detuvo.
webnovel.com で好きな作者や翻訳者を応援してください