Era de mañana en la plaza central de Gresit, un día nuevo en este lugar.
Todas las personas que podían hacer algo estaban preparando sus cosas para la actividad que realizarían hoy.
los comerciantes se preparaban para abrir sus negocios, los campesinos alistaban las cosas para salir a laborar en la tierra, los niños se preparaban para salir a recorrer los diferentes lugares de la ciudad… todo el mundo comenzaba con sus actividades diarias.
Pero una noticia realmente alarmante llenó a todos con un miedo matutino y una pesadez que agrió cualquier motivación que tuvieran para iniciar positivamente su día.
¡El obispo de la ciudad anunció que ayer por la noche, una serie de criaturas nocturnas había irrumpido en la casa de Dios para aniquilar a todos los clérigos, siendo el mismo el único sobreviviente!
Todo esto generó pánico en los pobladores, que estaban ansiosos por todos los ataques constantes que habían soportado desde hace medio año.
Las criaturas de la noche, fieles esbirros de Drácula, habían estado asechando constantemente la ciudad, acabando con varios animales y humanos por doquier.
¡Hace un par de días que no había un ataque nocturno, pero al parecer ayer se volvió a reiniciar el contador!
Esto era el pan de cada día.... esta era la ansiedad a la cual los humanos habían sido sometidos por la furia del Demonio vampiro en venganza por el asesinato de su esposa, sirviendo como una forma de catarsis del propio Drácula, quien no pararía hasta ver toda Valaquia arrasadas por sus hordas del infierno.
En medio de toda esta lúgubre plaza se encontraban los Oradores, quienes estaban tratando de ayudar a todos los que necesitaban apoyo, ya sea arreglando sus viviendas o planificando y organizando las cosas de la ciudad.
Para la sorpresa de estos, el obispo había decretado que todos los pobladores deben ayudarlos y escucharlos, ya que toda mano amiga es bienvenida en estas épocas de crisis, por lo que los Oradores se sintieron a gusto mientras compartían sus energías en este trabajo.
En especial Sypha, quien ayudaba a todo el que podía, sean acianos, mujeres, niños, tratando de no dejar a nadie fuera.
A ella le gustaba ser altruista, teniendo una convicción muy fuerte, incluso para los mismos Oradores.
Cualquiera pensaría que este tipo de trabajo sería muy pesado para una mujer como ella, pero nada estaba más alejado de la verdad, ya que ella no estaba sola.
Un apuesto joven bien costituido, de cabello largo y negro, bien vestido, la estaba apoyando en todas las actividades que resolvían: cargando material, trasladando enfermos, repartiendo comida, etc.
Este sujeto no era nadie mas que Robert
Claro que nuestro protagonista se veía apuesto, ya que se había bañado para dejar de parecer un pordiosero y se había cambiado de ropa a una ropa de aventurero muy conveniente.
Su rostro y cabellos sin suciedad encantaban a los niños y damas que recibían su ayuda, a quienes el playboy les regalaba una suave sonrisa.
Así, todo el día pasaron en esta actividad, solo descansando para las comidas, en las que todos los Oradores compartían las historias que habían aprendido en su labor.
......…..............
Ya era la hora de cena y todos estaban sentados en círculo, comiendo y charlando. No estaban muy cómodos, ya que aquí también estaba Robert, apartado del grupo, mirando a través de la ventana.
No era su presencia lo que les incomodaba, si no mas bien era que no sabían que hacer para que se integre al grupo.
En el almuerzo lo habían intentado, pero solo les dio una sonrisa y comió apartado, por ello ahora no sabían que hacer.
De repente, Sypha se puso de pie y caminó hacia la dirección de Robert, quien solo giró la cabeza y la miró con una pequeña sonrisa, luego volteó la mirada para seguir contemplando las estrellas.
"Robert ¿Estás bien?" – Preguntó la mujer.
"Lo estoy Sypha... solo estoy contemplando las estrellas"
Respondió de una manera nostálgica nuestro protagonista, dándole a la mujer muchas cosas en que pensar.
Ayer en la tarde él estaba todo sucio y harapiento, pero su estado de ánimo era gracioso; hoy sin embargo, parecía que se había convertido en otra persona.
Aunque había hecho bromas a las personas para alegrarles el día, en sus ojos ella podía notar que la sonrisa solo estaba en su boca, no en su alma.
"Sabes, los Oradores somos muy buenos viendo las emociones que intentan ocultar las personas y tu, amigo mío, eres un pésimo mentiroso" – Sypha volvió a hablar en un tono gracioso, sacando una risa de Robert.
"jajaja, ¿tanto se me nota?" – El hombre respondió de manera amena.
"Je, muy evidente. Ven, siéntate con nosotros y conócemos. Luego, si no te gusta, puedes volver a tu ventana a contemplar la luna ¿de acuerdo?" – la mujer habló con una sonrisa mientras arrastraba a nuestro protagonista hacia el grupo, quienes tenían unas sonrisas en sus rostros.
Una vez que Robert se sentó todos comenzaron a comer mientras reanudaban sus platicas.
"Robert ¿en dónde está tu amigo Thomas?" – Preguntó el anciano en un momento.
"A él no le gustan las interacciones, menos con humanos que lo confunden con vampiros, por ello le gusta andar vagando por el bosque" – Esta respuesta hizo que todos pusieran una expresión avergonzada.
"Ejem.... bueno, sí, eso estuvo mal… ya no pasará nuevamente" – Sypha respondió torpemente mientras se rascaba la cabeza – "¿Dijiste bosque? ¿no correrá peligro si va solo?"
"No te preocupes por él, más me preocupa que destruya todo el lugar al golpear a tantas criaturas de la noche" – Robert respondió de manera simple, haciendo que todos queden con una expresión plana.
'¿Destruir el lugar? ¡¿qué clase de monstruo es ese elfo?!'
"Mas bien, como me dijeron que los conozca, cuéntenme de ustedes" – Robert sacó de sus pensamientos a todos, quienes comenzaron a hablar.
"Bueno, los Oradores somos un grupo nómada que memoriza historias orales y eventos en Valaquia, para luego transmitirlas a los diferentes lugares que visitamos" - Sypha respondió con entusiasmo.
"Además, hay muchas 'tribus' de Oradores que se extienden por todo el país. El motivo por el cual nosotros somos nómadas es para presenciar la historia en todas partes e intercambiar nuestros conocimientos con las personas en generalr, así como otras tribus de Oradores" – El anciano complementó lo dicho por la mujer.
"Umm, puedo ver que todos ustedes son un grupo de académicos, pero se me hace un poco raro que viajen sin protección, ya que no todos tienen las habilidades para protegerse" – Preguntó Robert mientras dirigía su mirada hacia Sypha.
"Es verdad que nosotros somos un grupo de conocimientos más que de batalla y es que nuestros principios altruistas nos dictan como debemos vivir. Nosotros aceptamos que siempre debemos ayudar a los necesitados, sin importar el peligro que les represente. Si los necesitados sufren una crisis grande, nos estableceremos temporalmente en la región y nos quedaremos hasta que dicha necesidad se haya superado"
Respondió otros de los miembros de ellos.
"Como has vistos hoy día, nuestra ayuda a menudo tomará la forma de asistencia médica, compartir recursos y ser útiles como podamos. Más allá de simplemente ofrecer ayuda, estamos dedicados a defender la decencia en Valaquia" – una mujer mayor que estaba en el grupo habló de manera calmada.
"Además, no es que no podamos defendernos siempre. Ya sabes que Sypha puede manejar la magia elemental, con lo que podemos defendernos de los diversos ataques e inconvenientes que se nos presente" – Volvió a hablar el anciano con una voz pausada.
Robert se quedó en silencio por un momento mientras parecía que 'reflexionaba' las palabras que había escuchado, hasta que volvió a hablar.
"Lo que puedo deducir es que ustedes son casi completamente pacifistas, incluso frente a la muerte ¿verdad?" – Los Oradores asintieron ante esta pregunta de nuestro protagonista.
"Sus ideales hacen que se enfrenten a las injusticias, como el abuso y la violencia... Pero también ustedes usan esta última, como al querer enfrentarme ¿Eso no implica una contradicción?" – Preguntó nuevamente Robert.
"Si bien nosotros creemos en la no violencia, individualmente podemos tener nuestra propia interpretación sobre esta virtud. Yo acepto que la violencia se puede usar para el bien, aunque nunca cometería violencia, ya que la considero innecesaria. Otros Oradores creen que la violencia nunca se justifica y les disgustan aquellos que la cometen. Sypha no dañará a los humanos, solo usará su magia defensivamente a su alrededor, pero matará demonios en defensa de los humanos" – El anciano dijo mientras sus ojos apacibles miraban a todos los de su grupo.
"No somo un grupo de inocentes que solo creen en la bondad y amor al prójimo. Hemos visto muchas cosas para saber como es el mundo, pero esta es nuestra misión, nuestra forma de vida" – Terminó hablando Sypha mientras miraba directamente a nuestro protagonista.
Robert solo dio una mirada a todos antes de dar una sonrisa y volver a comer, cosa que sacó sonrisas en el resto de ellos y reanudaron su cena.
Los oradores creían que el muchacho había iniciado la solución del problema de integrarse… si supieran que Robert estaba solo de joda en estos momentos...
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Por debajo de la lúgubre ciudad podíamos encontrar una serie de pasadizos intrincados, túneles inconclusos, zonas en donde existían centros ceremoniales… todos estos lugares formaban parte de la ciudad antigua de Gresit, eran las catacumbas.
Una serie de construcciones de antaño que la ciudad había escogido olvidar en parte, un lugar en donde la historia se reunía con el mistisismo. No ha habido nadie en cientos de años que haya estado aquí, no un humano al menos.
Por estos pasillos llenos de telarañas, moho y humedad, encontrábamos caminando a nuestro elfo, quien se había limpiado y cambiado de ropa, por lo que su apariencia era completamente diferente a la que tuvo cuando llegaron a la ciudad.
Recién se había despertado, después de dormir como un tronco casi un día entero.
No se había sentido así desde hace tiempo, pero le pareció algo interesante sentirse 'mortal' nuevamente.
Al alistarse y salir, contactó a su compañero para ver el plan de acción, pero al ver lo que hacia, hizo que temblara su ceja.
El tipo estaba como siempre, perdiendo el tiempo con este grupo de 'personas' compartiendo sus anécdotas.
A Giru no le importan mucho, pero no quería quedarse en este lugar mucho tiempo. Sabia que Robert estaba en plan de diversión y no podía pedirle algo ya que necesitaban al reencarnador para 'hackear' a la conciencia universal y poder absorber la energía de este mundo.
Sin embargo, nuestro amigo estaba aburrido, así que decidió hacerle una visita al vampiro bisexual que se encontraba en el fondo de este lugar.
Giru había visto toda la serie de Castlevania cuando estuvo de servicio con un tipo que reencarnó en la tierra, por lo que conocía la trama de este mundo.
Así que iría y estiraría sus músculos tensos dándole una paliza, digo, un entrenamiento a ese tipo.
El elfo siguió caminando hasta las profundidades de los túneles, sin detenerse.
Había pasado por varios lugares, matando con simples golpes cualquier cosa que se encontrara presente, las cuales se convirtieron en una triste obra de tripas y sangre.
Había muchas tuercas y engranajes que activaban diversos sistemas mecánicos clásicos, pero nada de esto despertó interés en el elfo.
Al final del camino, saltó dentro de la profundidad de una fosa, llegando hasta el fondo con un estruendoso golpe. El piso a donde había llegado no pudo soportar la inercia del impacto, por lo que se rompió, dando acceso hacia un nuevo nivel.
En el fondo de todo, el elfo caminó hasta una cámara muy elegante, completamente diferente a todo el ambiente de afuera.
Luces tenues estaban encendidas, mecanismos debidamente mantenidos, varias cosas que simulaban un laboratorio… este parecía el estudio de ciencias de un erudito.
En la parte final y central de este salón, se podía ver un altar, en el cual descansaba un ataúd de piedra, negro, con enchapes de oro y bellamente decorado.
Giru pisó el mecanismo activador y el féretro comenzó a moverse, luego la tapa se movió y cayó pesadamente a un lado.
Desde dentro salió un tipo alto y un poco afeminado, con piel pálida y cabello rubio y largo. La mitad superior de su cuerpo estaba desnuda, mostrando un cuerpo delgado, con una gran cicatriz en todo su torso.
"Vamos muchacho, es hora de despertar, llegarás tarde a la escuela" – Giru habló con un tono burlón, lo que hizo que el sujeto recién despierto abriera los ojos y lo mirara con detenimiento.
"¿Quién eres tú?" – Preguntó secamente el recién despierto.
"Quien soy no importa, lo que importa es que haces aquí Adrian Tepes, mejor conocido como Alucard, hijo de Vlad y Lisa de Lupu"
El tono despreocupado de Giru hizo que Alucard se tensara.
Él había venido a este lugar no hace más de un año, justo después de no poder enfrentar a su padre y ser derrotado, dejándole esa cicatriz en el pecho.
Se había instaurado en la profundidad de la ciudad para recuperarse, instalando una serie de mecanismos para enfrentar la amenaza de cualquiera de los sirvientes de su padre.
Pero parece que no habían sido efectivos.
El sujeto que no se identificó estaba inusualmente tranquilo. Claramente sabía quién era, por lo que debería ser de la corte de su padre.
El problema era que no sentía ningún poder vampírico en él, y más aún podía decir que no era humano, su fisonomía lo delataba.
Sin esperar mucho, Alucard convocó su espada mágica y adoptó una posición de batalla, listo para enfrentar a este sujeto.
"Te lo preguntaré una vez más ¿Quién eres tú?" – Alucard estaba analizando todas las posibles rutas de ataque de este sujeto, que solo lo vio por un momento y habló:
"Venga ya muchacho, no quiero perder tiempo con juegos, tengo que irme de este mundo y tú te encargarás de todos los problemas, te 'entrenaré' bien para que todo se dé de la mejor manera, je"
Justo cuando Giru habló, toda el aura que contenía su cuerpo se liberó.
¡No era poder mágico ni otro tipo de energía, solo era la solidificación de la presencia de uno mismo!
'Mierda'
Eso fue lo único que se le cruzó por lamente de Alucard antes de que todo se obscureciera.
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(POV Sypha)
Mi vida ha sido simple, pero de ninguna manera aburrida.
Desde niña he viajado con mi grupo, aprendiendo muchas cosas y ayudando a los que más la necesitan.
Cuando tuve unos ocho años, me di cuenta que podía ver una cierta bruma en el ambiente, muy colorida y hechizante.
Cuando le conté a los mayores sobre esto, se sorprendieron y me dijeron que eso era la energía elemental de nuestro mundo y que había sido bendecida por poder verla.
¡Fue algo que cambió mi vida!
Desde entonces mis días pasaron ayudando a mi grupo, aprendiendo diferentes historias del nuestro pais y manipulando la energía a través de la magia elemental.
Los ancianos me enseñaron que se debe estudian la magia no contaminada y nunca debería usar magia basada en demonios ni servir a demonios si eso significara adquirir poder.
Aprendí que mi control era muy bueno, con lo que puede tener el control sobre el fuego, el agua y los rayos.
Pero mientras dejaba de ser una niña, mis pesamientos fuern cambiando al darme cuenta de la verdadera forma de la realidad.
Aprendí que el mundo era un lugar muy caótico, un lugar que necesita ayuda de todo tipo. Guerras, peleas, conspiraciones, matanzas, hambre… todo tipo de historias que escuchaba siempre me dejaban con la misma pregunta:
¿Es así como el Dios cristiano nos quiere dar la idea de una creación perfecta? ¿Está justufucada la violencia y el sufrimiento que vivimos solo por una promesa de salvación en el más allá?
Los humanos, como especie, no era diferente de las criaturas de la noche a las cuales enfrentaban… incluso yo había sufrido la perdida de mis padres por este tipo de enfrentamientos.
Conocí el dolor de la perdida, el sufrimiento por la ausencia de mi familia. Pero conocí también la bondad de mi grupo y la vida que practicábamos tomó sentido para mí.
La vida no era justa, pero no podía vivir quejándome de todo lo que pasaba.
Aprendí que, si no actuaba por mi cuenta, nada me sería otorgado… si no luchaba por lo que quería, no vería resultados.
Por ello, me determiné a trabajar en este aspecto, en cambiar algo del mundo con mis acciones… en ser útil para los demás… esto se convirtió en mi camino.
Así fueron pasando los años, yendo de pueblo en pueblo dando nuestro conocimiento para solucionar los problemas de las personas, a la vez que nosotros aprendíamos de ellos.
Todo fue una lucha, pero los resultados eran visibles, los pueblos iban mejorando, iban avanzado, iban aprendiendo… hasta que ocurrió la desgracia.
Hace un año, la principal ciudad de Valaquia, Targoviste, fue completamente aniquilada por el poder de Drácula, el vampiro principal, lanzando una ola de criaturas nocturnas hacia toda nuestra tierra, generando muerte y destrucción.
Un año antes de la destrucción, los principales dirigentes de la ciudad habían sentenciado a su esposa Lisa Lupu a morir en la hoguera por 'practicar brujería' una excusa que utilizan los cristianos religiosos para imponer su poder sobre las personas que tratan de dar una explicación razonable a los diferentes eventos que ocurren en nuestro mundo.
Por ello Drácula lanzó una amenaza contra todos los humanos, presagiando nuestra muerte.
En ese momento supe que nuestro deber como Oradores era buscar una forma de evitar esta tragedia.
Sabía que no había perdón en lo que hicieron los religiosos de Targoviste, pero el que se quiera eliminar a todos los humanos en venganza…
¡Eso no tenía nombre!
Yo se de muchas personas que he conocido durante toda mi vida, quienes odian la violencia y prefieren arreglar las cosas de otra manera, sin que se derrame sangre o se siembre dolor... ellos eran seres humanos que valían la pena proteger.
¡Por ello tengo la convicción de buscar todo tipo de ayuda para afrontar esta calamidad!
Pero la realidad me iba dar la contra... de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, fuimos viajando, tratando de encontrar una solución a la vez que ayudábamos a las personas… pero lo que encontrábamos era dolor y sufrimiento…
La guerra había comenzado y se nos había adelantado... las criaturas nocturnas se extendían por todos lados sin aparente freno.
Necesitábamos ayuda urgente… yo necesitaba ayuda urgente, ya que incluso nosotros sufrimos el ataque de los seres nocturnos, perdiendo a varios de nosotros y como soy la única usuaria de magia del grupo, el peso sobre mis hombros era mayor.
Todo pasó igual… la angustia crecía…. el dolor aumentaba… las esperanzas se reducían…. hasta que una tarde crepuscular.
Nuestro grupo conoció a un par de tipos a quienes confundimos con criaturas de la noche por sus ropas andrajosas y sus cuerpos cubiertos de suciedad y sangre.
Uno de ellos, Robert, parecía divertirse al imitar un comportamiento gracioso mientras que el otro, Thomas, era el serio de entre ellos dos.
El que los dos actúen de esa manera parecía la actuación típica de los vampiros, a eso súmale el hecho de que Thomas tenía una fisonomía similar a la de ellos, hizo que mi mente cansada no razonara y los atacara con magia de fuego.
¡Grande fue mi sorpresa al ver que aquel ataque no les causó ningún rasguño… ni su ropa 'andrajosa' sufrió por mi acción!
Eso me hizo despertar rápidamente y procesar la información.
Sabía, por las enseñanzas de una oradora que también era usuaria de magia, que solo los seres mágicos pueden soportar los ataques elementales y solo los extremadamente fuertes de entre ellos pueden quedarse de pie, sin necesidad de hacer algo, ante tales actos…. como esos dos.
Y esa idea se corroboró por el hecho de que tenían una fuerza anormal al poder levantar una pesada carreta que se nos había averiado… eso me hizo tomar la convicción de pedirles ayuda para que podamos enfrentar al mal que aquejaba a toda Valaquia… ¡algo en mi me decía que podíamos hacerlo!