"… Se que mi forma de actuar no cumple las tradiciones de mi clan, pero fueron ellos los que gustosamente me entregaron a Konoha como un objeto a utilizar, por ello hice lo necesario para sobrevivir, incluso si eso significaba seguir con el patético plan que esos viejos tenían para mí"
Kushina estaba sentada sobre sus piernas mientras conversaba con una sorprendida Shizune quien sostenía a Tonton entre sus manos y una Tsunade visiblemente molesta, ambas ubicadas al otro lado de una pequeña mesa circular, igualmente sentadas como la primera.
Las tres mujeres habían ingresado al complejo Uzumaki para conversar, siendo su ubicación actual.
Si bien Kushina ya no vivía aquí, cada semana venía para darle mantenimiento como un gesto de nostalgia.
Es por eso que el lugar estaba limpio y em buenas condiciones.
Aunque la conversación no fue la misma que tuvieron con Mikoto el día de ayer, el tema casi tenía la misma estructura.
Tanto Kushina como Mikoto habían sufrido uno destinos no elegidos, sin la posibilidad de tener voz para tomar sus propios caminos.
Esto caló en la mente de la joven Shizune, quien se preguntaba si es que tener una gran condición como ser una princesa como Mikoto y Kushina era mas bien una maldición que una bendición.
Ella había visto que el mundo era demasiado cruel y solo los fuertes podían sobrevivir en él, siendo su maestra Tsunade la única princesa que había podido elegir su propio camino… o al menos eso era lo que parecía.
También surgió una curiosidad extrema por ese dichoso hombre en la mente de la joven aprendiz médica.
Aunque ella aun era pura en los asuntos del amor, sabía que un sujeto con tal capacidad de romper corazones por doquier debía ser alguien extraordinario.
Si Tsunade supiera lo que su alumna estaba pensando en este momento… quizás quisiera matar a Yuuma.
Sin embargo, en la mente de la Senju, solo podías ver un pensamiento rabioso tratando de calmarse en estos momentos.
¡Y no era que la Sannin estuviera furiosa por el accionar de Kushina, sino más bien estaba airada porque eran esos malditos viejos, otra vez, quienes estaban involucrados!
"Las cosas que últimamente hice para nada son justificables, pero Yuuma y yo cargaremos con la culpa y las consecuencias. No pido que me perdones Tsunade-nesan, solo que me entiendas"
Kushina miró detenidamente a la rubia mientras pronunciaba esas palabras.
Si bien no estaba interesada en lo que el pueblo diría de ella cuando esa noticia se de a conocer, las opiniones de algunas personas, como la de Mikoto y Tsunade, si le interesaban.
Pero nada la haría cambiar de parecer, ya que por fin había encontrado una razón para no ocultarse más y mostrar sus verdaderos pensamientos al mundo.
"Haaa… maldita sea… perdón por exaltarme así. Quizás sea el estar de nuevo en Konoha y recordar algunas cosas que me puse muy sentimental… se que ya eres una mujer adulta y afrontarás las consecuencias de tus acciones, pero… ¿Por qué tenía que ser ese hombre? Sabes muy bien que ese tipo tiene muchas mujeres a su disposición"
Tsunade sabía que había exagerado anteriormente cuando se encontró con la pelirroja, por ello ahora estaba más calmada, al menos con lo que respecta a las acciones de la Uzumaki.
¡Sin embargo, lo que no comprendía era por que diablos era el mismo hombre siempre!
Bien, no había control mental o Genjutsu involucrado, pero entonces ¡¿Por qué?!
¿Es que todas las mujeres de Konoha se volvieron realmente estúpidas?
O en verdad… en verdad… ¿Ese tipo era realmente una bendición para las mujeres?
'¡Qué diablos estás pensando Tsunade Senju!' La ojimiel solo podia sacudir su cabeza para ahuyentar esas tontas ideas que la asaltaban.
Con una sonrisa suave y un sonrojo saludable en las mejillas, Kushina miró hacia una lado mientras respondía – "Bueno, que puedo decir, así de bueno eso el maldito desgraciado"
Ahora era en turno de la rubia y su alumna para tener un ligero rubor en la mejillas. Habían pasado esto cuando Mikoto narró casi explícitamente cuan 'capaz' era ese sujeto, por lo que las palabras de la pelirroja rebobinaron esa conversación.
*Rumble*Rumble*Rumble*
En ese momento, un ligero temblor fue sentido por las cuatro mujeres, quienes se pusieron en alerta.
"¿Humh? ¿Un temblor?" – Se preguntó Shizune.
"No… esto parece ser producido por algo… ya que es algo repetido, como si fueran golpes" – Respondió Tsunade.
Este movimiento telúrico, aunque fue leve, era algo que se seguía produciendo, como si a la distancia algo estuviera provocándolos.
Kushina solo miro hacia la ventana de la habitación, mientras observaba las plantas moviéndose tranquilamente.
Luego, regresó la mirada hacia la mesa y sacó de entre sus ropas una piedra en forma extraña, pero bellamente pulida, como si fuera un pequeño jade
Esta acción atrajo la atención de las otras dos mujeres.
La pelirroja no se distrajo y mandó un pulso de chakra dentro de esa piedra, la cual se iluminó tenuemente, tal y como se lo había dicho Yuuma.
"Yuuma ¿Puedes oírme?"
La Uzumaki preguntó de manera dubitativa mientras sentía la mirada de Tsunade y Shizune sobre ella, generándole algo de incomodidad.
Aunque no dudaba de lo dicho por su hombre, no quería quedar como una loca en frente de estas dos mujeres si es que no obtenía respuesta.
<Kushina ¿solo llevamos un par de horas separados y ya me extrañas?>
Sin embargo, desde la piedra resonó la tranquilizadora voz de Yuuma, lo cual sacó una sonrisa de la pelirroja.
"¡¿Qué diablos?!"
Tsunade exclamó las mismas palabras que estaban pasando por la mente de su alumna.
Esa extraña piedra parecía un aparato de comunicación, pero no se parecían en nada a lo que ella conocía.
"¡Humh! ¿Quién te extrañaría? Solo te hablo para preguntarte algo" – Respondió la Uzumaki mientras hacía un lindo puchero.
Quería jugarle una broma a Yuuma haciéndose la difícil, ya que había sido 'intimidada' después de haber desayunado.
<¿Oh? Y aquí pensé que me llamabas por ese motivo, como temprano en la mañana gritabas tan fuerte y melodiosamente mi nombre mientras sacudías tu…>
"¡B-Basta, ya entendí, no digas nada más que la gente pesará raro!"
Antes de que nuestro protagonista siga hablando, fue detenido por una muy ruborizada Kushina, quien quiso tirar por la ventana esa piedra y enterrarse viva ahora mismo.
¡Tanto Tsunade como Shizune ahora estaban visiblemente incomodas y sonrojadas a mas no poder!
¡Ambas vírgenes habían sufrido un impacto en sus mente desde que comenzaron a relacionarse con cualquier cosa que tenga que ver con este libidinoso sujeto!
<¿Puede ser que no estas sola?> – Preguntó curiosamente Yuuma.
"S-Si, ahora estoy con una visita en el complejo Uzumaki" – Respondió Kushina mientras trataba de echarse aire con la una mano. No estaba mirando para nada a las dos visitantes ya que aún tenía mucha vergüenza.
<Oh ¿acaso podría ser Tsunade Senju?> – Preguntó Kushina mientras que se olvidaba de la vergüenza momentáneamente, lo mismo para ambas mujeres.
"¿Cómo sabes de Tsunade-nesan?" – Preguntó la pelirroja ahora mucho más curiosa que antes.
<Es una historia curiosa, pero ella y yo ya nos habíamos conocido hace unos días, Mikoto me contó que ayer que había llegado a la aldea, por lo que hoy tendríamos una reunión en donde discutiremos algunos asuntos importantes, por ello te dije que fueras a mi casa a la hora del almuerzo... ya que esto también te incluye>
Las palabras de Yuuma hicieron que la pelirroja mirara a la rubia con unos ojos entrecerrados, mientras esta ultima era la que ahora quería evitar conectar las miradas.
Aunque no sabía por qué diablos se sonrojaba si nada malo había pasado en ese encuentro, Tsunade no dijo algo para aclarar ese malentendido.
"Bueno, supongo que hoy conversaremos sobre como fue ese encuentro entre ustedes dos, quizás haya una buena historia ahí" – Dijo la pelirroja sin dejar de mirar casi acusadoramente a la Tsunade – "Pero basta de esto, te llamaba por que desde hace unos momentos se han sentido unos temblores extraños y quería saber si sabes algo de ello"
<¿Se están sintiendo hasta Konoha? bueno, estos Mocoso sí que son algo. No te preocupes, esos temblores son a causa de una lucha que se está llevando a las afueras de Amegakure, pero terminará pronto> – Respondió tranquilamente Yuuma.
"¿En Amegakure? ¿Sabes a que distancia esta eso? ¿Acaso se están destruyendo montañas?" – Exclamó Tsunade al sentir que lo que estaba diciendo este tipo era mentira.
Aunque Mikoto ya le había dicho algo sobre la verdadera naturaleza de Yuuma, no es que pudiera creerlo tan fácilmente.
<Oh, Tsunade, que gusto escucharte, en una horas podremos conversar mejor sobre esto y varias cosas más, espero verte ahí> – Se escuchó a nuestro protagonista hablar de manera juguetona, lo que sacó una mirada graciosa por parte de la pelirroja – <Bueno, si no hay mas problemas, me despido, tengo que ver como estos niños siguen jugando>
Así, la conversación de larga distancia se cortó, dejando casi en silencio la habitación, solo sintiéndose esos pequeños temblores.
"Bueno Tsunade-nesan, parece que hoy tendremos un almuerzo muy interesante" – Kushina habló mientras miraba a la incómoda rubia.
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"Madre, estos no parecen temblores normales" – Un relajado Itachi habló mientras tenía en brazos a su hermano pequeño, quien dormía tranquilamente.
"Umm, eso parece, pero no te preocupes, estoy segura que si fuera algo malo, Yuuma ya nos habría informado" – Respondió Mikoto mientras seguía alistando las cosas para el almuerzo.
Tenía que preparar comida diversa, ya que no solo comerían Tsunade y su discípula, sino también estaría aquí su amiga y nueva 'hermana' Kushina, para quien prepararía su plato preferido, el ramen sin sal.
"Madre" – El pequeño Uchiha, después de colocar a su hermano en una especie de carrito, volvió a hablar.
"Dime querido" – Preguntó la pelinegra mientras estaba concentrada en lavar las verduras.
"Puedo… ¿Puedo preguntarte algo sin que te molestes?" – Preguntó tímidamente el niño, quien tenía la mirada agachada mientras sujetaba firmemente sus mangas.
Mikoto, sabiendo que el comportamiento de su hijo mayor era fuera de lo común, dejó de hacer lo que estaba haciendo, se secó las manos en el delantal y se giró para mirar a su hijo.
Podía ver que el pequeño Itachi no tenía la confianza y tranquilidad que siempre lo caracterizaba, preocupando a la pelinegra. Por ello se agachó para tomar a su hijo por los hombros suavemente y acariciarle el cabello.
"Dime Hijo ¿Qué sucede? ¿algo anda mal?" – Preguntó dulcemente Mikoto, queriendo hacer sentir tranquilo a su hijo.
Itachi, quien aun no levantaba la mirada, trataba de mirar haca varios lugares, como si buscara una forma de decir las palabras que, en su mente, no molestarían a su madre.
"Querido, puedes decirme lo que sucede, soy tu madre y nunca te juzgaré, así que dime lo que te tiene preocupado" – Volvió a preguntar Mikoto mientras la ansiedad aumentaba dentro de ella.
Itachi era un niño que había crecido solitariamente desde que pudo caminar y hablar, algo por lo que ella había sentido mucho pesar por no haber podido comprenderlo.
Desde muy temprana edad fue un niño sumamente tranquilo y sereno, el cual decía las cosas que quería, con la curiosidad escueta que lo caracterizaba.
Incluso cuando Fugaku decidió ignorar al pequeño Itachi para centrarse en su trabajo… y su mujerzuela, ella trató de estar ahí para su hijo, aunque no sentía poder ayudarlo en lo que en verdad necesitaba.
Sin embargo, Mikoto encontró la respuesta para esto cuando Yuuma entró en sus vidas, cambiando poco a poco el mundo del pequeño Uchiha.
Fue él quien le dio un nuevo propósito al niño, quien comenzó a comprenderlo, a preocuparse pro su integridad, a quererlo como si fuera… su hijo.
El era el hombre que tanto ella como su pequeño Itachi necesitaban en sus vidas. Gracias a esto, el pequeño comenzó a ser más sociable, mas expresivo, a relacionarse mas con el resto de niños.
Incluso fue Yuuma quien comenzó a enseñarle a Mikoto como es que tenía que conversar con su hijo, que cosas debía saber de él y que cosas debía tener en cuenta para la vida del pequeño, cambiando la forma en como la pelinegra veía y comprendía a su hijo.
Y no es que fuera algo del otro mundo, sino que Mikoto, en la historia original, tuvo que ser diseñada como un personaje plano, ya que solo fue relevante para darle más carga dramática a las acciones de Itachi, a quien nuca pudo comprender y solo pudo acetar su muerte.
Por ello es que, en este mundo, Mikoto estaba enteramente agradecida con su hombre por ayudarla a tener una buena relación con su pequeño Itachi.
Por ello es que ella estaba tratando de conversar con él en estos momentos, porque esto era algo nuevo, algo que no había pasado antes con su hijo.
"Madre… tu me dijiste que, aunque ya no vivamos con mi padre por todo lo que hizo, el nunca dejaría de ser mi padre… que debía tener eso presente ¿verdad?" – Itachi dijo mientras seguía mirando al suelo.
Mikoto se sorprendió ante las declaraciones de su hijo, ya que no entendía por qué le diría esas palabras ahora mismo.
Para un niño, por muy inteligente que sea, hay que tratar de explicarle las cosas cuando se atraviesa un proceso de separación, ya que la ausencia repentina de uno de los padres acarrearía problemas para su psique y desarrollo a futuro.
Mikoto pensó que esto sería algo no tan difícil para su pequeño hijo, ya que el tenía una relación complicada con Fugaku, quien no demostraba mucho cariño o apego por él.
Y como Yuuma había tenido una excelente química con Itachi, pensó que eso lo ayudaría a olvidar y desarrollarse sin problemas.
¿Acaso esto fue un error? ¿Itachi no estaba feliz con todo lo que había ocurrido?
Esto era lo que más temía Mikoto, ya que ella apostó su felicidad y la de su hijo en esta nueva relación. No podía ser feliz su hijo no lo era, por más que quiera a su pareja.
Tratando de calmarse internamente, le levantó el mentón a su hijo y le sonrió.
"Claro que si hijo, es por que nunca debes olvidar eso, por mas cosas malas que hayan pasado, debes recordar quien es tu padre ¿Por qué lo preguntas?"
Itachi la vio detenidamente mientras unas lagrimas se formaban en sus ojos – "Crees que… soy un mal hijo si es que en mi mente… quisiera llamar a Yuuma… ¿Papá? ¿estaré olvidando quien es mi verdadero papá?"
"¡¡!!"
Mikoto se quedó en shock ya que lo que su mente escuchó fue algo que no esperaba suceder… no al menos en tan corto tiempo.
El corazón de la pelinegra comenzó a latir fuerte mientras que la blanca piel de su pecho y rostro comenzaban a enrojecerse por la emoción que estaba sintiendo.
Por ello abrazó a su hijo mientras las lagrimas del niño mojaban su hombro.
"Por qué… sniff… ¿por qué lo preguntas hijo?" – Mikoto trataba de controlarse ante la creciente felicidad que su cuerpo sentía.
"Dime madre… ¿estoy mal?"
Pregunto el niño mientras ya no podia soportar sus lágrimas.
"Todos los demás niños… hablan bien de como es que pueden tener una padre y una madre, incluso… incluso los que perdieron a sus padres hablan de los buenos que fueron con ellos. P-Pero yo, que tuve un padre, nunca me demostró cariño como al resto… sniff… entiendo que esto fue porque yo era diferente, pero ¿Es esa una razón suficiente para no hacerlo?"
Mikoto solo acariciaba el cabello de su hijo mientras escuchaba esto.
Toda la felicidad que estaba sintiendo comenzó a enturbiarse con una sensación de odio desenfrenado dirigido hacia Fugaku, a quien juró matar si lo volvía a ver por haberle causado esta idea en su hijo.
"Y ahora que Yuuma está con nosotros… el es a quien yo considero como un padre para mi… sniff…dime… ¿no puedo… llamarlo padre a él?"
El pequeño cuerpo de Itachi comenzó a temblar mientras decía estas palabras.
Había pasado un buen tiempo relacionándose con nuestro protagonista, quien comenzó a tratarlo de una manera tal que grabó en el pequeño Uchiha una huella tan importante que fue calando más y más, reemplazando la poca importancia que Fugaku tenía en el corazón del niño.
Y es que el decidir matar a tus padres y no a tu hermano, debido a que lo quieres mucho, te decía que el amor que sentías por ello valía pura mierda, por eso n oes de sorprender que Yuuma sea considerado en el corazón y mente del pequeño niño como una de las figuras más importantes en su vida.
Gracias a esto y a que su madre había comenzado a relacionarse mejor con él, es que ella también adquirió la importancia que debería tener, junto a la del pequeño Sasuke.
"¡No hijo, no estás mal… puede llamarlo así si quieres, el será un verdadero padre para ti y seremos una gran familia!"
Mikoto no pudo más y comenzó a llorar de felicidad mientras su hijo hacia lo mismo, ya que parecía haber sido liberado de una carga muy pesada.
Aunque el niño sea un prodigio, seguía siendo un niño, quien necesitaba de afecto y calor familiar….
"Cuando venga Yuuma… no" – Mikoto se separó y miró a su hijo a los ojos mientras le sonreía – "Cuando venga tu padre, le daremos esa excelente noticia ¿de acuerdo?"
"¡Humh! Ya quero que vuelva… Papá"
Respondió el pequeño niño mientras se formaba la sonrisa más honesta que jamás había tenido en su vida… una de la cual se acordaría toda su vida, como el gesto de amor que le dio su padre por primera vez y que duró para siempre…
Vaya, salí de guardia hace un par de horas y este capítulo me tomó poco tiempo en crear. Quise escribirlo por que algo así me ha tocado ver hoy en la emergencia, donde una niña le preguntó a su madre algo similar, dándome la idea para cimentar la relación que tiene el MC con el pequeño Itachi, espero les guste (^_^)