A la mañana siguiente, Li Xiyi se despertó temprano. Llamó a la puerta de Lu Qingyi, pero no recibió respuesta. Llamó varias veces, pero aún así, no hubo respuesta.
El sueño de Lu Qingyi nunca fue profundo y solía despertarse temprano. Aunque no se hubiera levantado aún, Lu Qingyi ya debería estar despierta.
Li Xiyi intentó abrir la puerta, solo para descubrir que estaba cerrada con llave. Recordó que Lu Qingyi había bebido vino la noche anterior, y se sintió ansiosa.
¿Podría haberle pasado algo a Lu Qingyi?
Tomó un trozo de alambre de su habitación y logró abrir la puerta después de unos minutos.
Dentro de la habitación, la cama estaba vacía. Lu Qingyi estaba acostada en el suelo, enroscada en una bola, su cara cubierta por una capa de sudor fino, y su expresión era de dolor.
—Qingyi.
Li Xiyi se agachó y le dio palmaditas suaves en la cara a Lu Qingyi.
Lu Qingyi no respondió.
Li Xiyi sabía que esto era malo y rápidamente marcó el 120. Lu Qingyi parecía haberse desmayado.
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