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9- Viaje

Luciel P.V

La luz del día empezó a iluminar los árboles, Eri todavía dormía tranquilamente.

Lo único que podíamos hacer ahora es ir al templo del clan Luciel.

Al ver el mapa pude observar que el templo está a un día de viaje, el único problema es que tendremos que pasar por el territorio de bestias mágicas de alto nivel.

Eri no tardo en despertarte.

Eri no dijo nada, solo se limitó a verme, poco después lágrimas empezaron a salir de sus ojos.

Intente consolarla, pero no tenía ni idea de que hacer.

Después de unos minutos de llanto se calmó.

Al final pude hablar con ella sobre el camino a seguir.

Primero comimos algo de comida que había dentro del anillo.

Una vez terminamos de desayunar, empezamos nuestro viaje al templo del clan.

Ninguno de los dos pronunciamos ninguna palabra, gracias al repelente de bestias mágicas pudimos seguir con relativa seguridad.

Cuando se acercó el mediodía buscamos un lugar para descansar y comer algo.

Después de tomar un descanso continuamos el viaje.

Entramos a una zona totalmente cubierta de árboles enormes, a lo lejos se podían oír rugidos de bestias mágicas.

El repelente de bestias mágicas ya no nos funcionaría como antes.

Al final tuvimos que ir lo más rápido posible, pero debido a mi físico no pude aguantar mucho tiempo a toda prisa.

El cielo empezó a oscurecerse, según el mapa ya estaríamos cerca.

Mientras tomábamos un respiro, cerca de nosotros, un oso demoníaco se acercó.

Cogí de la mano a Eri y empecé a correr, no me lo pensé mucho.

El oso empezó a perseguirnos, el oso no tardará mucho en alcanzarnos.

Sentía que mi cuerpo empezaría desmoronarse por el cansancio.

Justo cuando el oso iba a atraparnos, de la espalda de Eri salieron dos alas negras.

"¿Eri?"

Eri me sujeto y volamos, no pudo ascender mucho, el oso enfadado lanzó llamas por su boca a nuestra dirección.

Eri pudo esquivarlo, conseguimos alejarmos un poco pero al final Eri cayó de cansancio, la cogí en mi brazos y empecé a correr.

Aunque hice todo lo posible, el oso nos alcanzó, las garras del oso brillaron con una luz roja.

Su garra se dirigió hacia nosotros, salté en un intento de esquivar.

Al final tropecé, resignado a mi destino cerré los ojos.

Espere a que me quitaran la vida, pero ese momento no llegó.

Abrió los ojos y miré a mi espalda, no había nada detrás de nosotros.

Solté un suspiro de alivio, Eri también se sorprendió.

Me acerque a la zona de donde venimos en un intento de comprender lo que ha pasado.

Choque con algo al intentar salir, parecía una barrera.

Al final sólo podíamos seguir adelante.

Descansamos un poco y continuamos el viaje.

A medida que entrábamos más, una neblina nos rodeó.

Para no perdernos, nos cogimos de la mano.

No sabía ni siquiera si seguíamos por el camino correcto.

Al final la niebla se hizo tan densa que no veíamos más allá de nuestras narices.

Antes de que pudiera pensar en algo salimos de la niebla, al salir vimos un edificio enorme, pero estaba en ruinas.

Por alguna razón la niebla rodeaba totalmente el edificio.

Debido a que no teníamos otro camino, decidimos entrar al edificio.

La puerta era enorme y con forma de arco,

la puerta tenía decoración y textos muy antiguos.

Nos paramos en la entrada, todo dentro estaba muy oscuro, apreté la mano de Eri.

Nos miramos a los ojos, al final entramos.