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Dawn Architect-esp

"¿Por qué luchar, te preguntas? ¿Qué impulsa a las personas a avanzar, qué es lo suficientemente valioso como para que la voluntad de uno prevalezca? ¿Te has detenido alguna vez a reflexionar sobre el peso de tus decisiones, sobre el momento exacto en que las cosas empezaron a desmoronarse? Quizás nunca sepas dónde fue que erraste, o si alguna vez hubo un camino correcto. Pero aquí estás, el último vestigio de humanidad, moviéndote no por esperanza ni por redención, sino impulsado por la obstinada voluntad de desafiar a aquellos que destruyeron tu mundo. Así que lucharás, lucharás solo para contrariar a esos seres que arruinaron todo lo que amabas. ¿Es suficiente? ¿Es esa chispa de desafío un propósito digno para cargar hasta el final? En un mundo al borde de la destrucción, Lucien, el último superviviente de la humanidad, se enfrenta a su fin rodeado solo por las ruinas de lo que alguna vez fue una civilización próspera. Habiendo perdido todo y consumido por la desesperación, un giro del destino lo lleva de regreso al pasado inmediatamente después de su muerte. Armado con el misterioso sistema Gaia, Lucien se niega a repetir los errores del pasado y a asumir una vez más el manto de héroe. En su nuevo comienzo, decide operar desde las sombras, convirtiéndose en la variable inesperada que podría alterar la línea de tiempo y salvar a la humanidad de su trágico destino. Con poderes renovados y una determinación de acero, Lucien busca cambiar el futuro y buscar las respuesta que no pudo obtener en su vida anterior, enfrentando desafíos que prueban no solo su fuerza sino también su voluntad de permanecer oculto en un mundo que constantemente lo empuja hacia el heroísmo."

elizz_lv0 · ファンタジー
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86 Chs

Capítulo 80: Desesperación

Desde que el mundo recibió el maná y las grietas comenzaron a aparecer, se sabe que siempre han existido los humanos demoníacos, aquellos que hacen tratos con los demonios a cambio de poder.

Estos individuos están presentes en todas partes y, siempre que existen, causan caos a su paso. Ese es el precio que pagar por sus poderes: la destrucción y la traición.

Desde que detuve el ritual de sacrificio en las catacumbas, pude notar que este y tal vez el resto de los reinos tienen humanos demoníacos arraigados profundamente en sus estructuras y en este momento, en medio de una lucha , son los más peligrosos a enfrentar.

Lo peor de una traición es que nunca viene del enemigo, sino de aquellos que consideras aliados. Es difícil juzgar si la persona que ha estado a tu lado es un humano demoníaco, a menos que, como yo, tengas una habilidad especial para detectarlos. Pero esta no es una habilidad común.

Los humanos demoníacos se infiltran en la humanidad y la destruyen desde adentro, a veces sin que nadie se diesé cuenta. Se puede decir que, a lo largo de la historia, han causado más daño que las bestias, monstruos y demonios.

Sabía que en este escenario no sería la excepción. Por eso, cuando escuché lo que los miembros de la Luna de Sangre que ingresaron al laberinto con nosotros tenían planeado, no los maté de inmediato. Esos tipos no eran tontos; por más que siguieran a los demonios, sabían que, en el laberinto, tenían que estar en lado correcto para despejarlo.

El problema era cómo hacerlo. Con sus rangos reducidos, algo que jamás había pasado, tuvieron sus problemas, pero supieron aprovechar lo que tenían. En el momento en que lograron localizar a un humano demoníaco en este escenario, comenzaron su propia forma de despejar el laberinto.

Lo que pude averiguar fue que el noble que seguían era un humano demoníaco, el mismo que luchaba con Hayato por el puesto de líder. Y quien había influenciado esto era la sacerdotisa que detuvimos antes, una humana demoníaca también.

Se podría decir que obviamente el noble estaba confabulado, pero no había ninguna prueba, y el interrogatorio de la sacerdotisa no dio ningún resultado.

Además, tenía mucha influencia en el reino para arrestarlo sin ninguna prueba, es por eso por lo que siempre Hayato lo mantenía cerca, como dicen ten a tu aliado cerca y a tus enemigos más cerca así podía vigilarlo.

al demostrar que eran humanos demoniacos los sujetos de la luna de sangre, se convirtieron en subordinados de alguien poderoso compartiendo su conocimiento y más cosas para ganarse su confianza, pero no tenían planes de trabajar con él hasta el final.

Ellos Sabían que nunca podrían despejar el laberinto haciendo esto y que podrían morir si fallaban. La razón es que, en otros laberintos, la muerte es una realidad, pero también existe la posibilidad de rendirse, algo que no existe aquí.

Así que planearon ganarse la confianza demostrando que ellos mismos eran humanos demoníacos y traicionarlos cuando fuera el momento, ganando más logros y aumentando sus posibilidades de despejar el laberinto.

No era un mal plan y al escucharlo lo aprobé eso ahorraría localizar a los humanos demoniacos restantes, gracias a Lili, que los vigilaba, estaba un paso adelante de ellos. Y planeaba permitir que lo completaran incluso si tenía que apoyarlos

Me encontraba en lo alto del primer muro, observando lo que estaba a punto de suceder.

******

La noche era cerrada, la oscuridad se cernía sobre el campo de batalla como un manto de calma, en medio del paisaje en caos, se podían ver varias figuras de los tres campamentos moviéndose sigilosamente en la parte trasera del campamento enemigo. El aire estaba cargado de tensión, que presentían el final de esta calma temporal.

De repente, sin previo aviso, alrededor del primer muro, algunas runas que habían pasado desapercibidas comenzaron a resplandecer con una luz siniestra. El resplandor era de un púrpura oscuro, intercalado con destellos de rojo sangre, y crecía en intensidad con cada segundo que pasaba y conectándose entre si. La atmósfera se volvía opresiva, como si la misma noche se hubiera vuelto consciente y hostil.

La sangre y los cuerpos ya fueran de demonios, monstruos o soldados, comenzaron a ser succionados por el ahora gigantesco circulo mágico que acumula grandes masas de energía oscura en la parte trasera de los tres campamentos.

Cada segundo que pasaba, la energía se hacía más amenazante, como una tormenta a punto de estallar. El hedor a carne quemada y sangre coagulada impregnaba el aire, haciéndolo casi irrespirable.

"¡kekeeke...!"

"¡Jajaja!"

Las risas de los demonios resonaban en los muros, disfrutando del espectáculo macabro. Sus voces eran ásperas, cargadas de malicia y crueldad. Mientras se reían, la energía continuaba acumulándose, y los soldados de los tres ejércitos, junto con los mercenarios, ahora bien, despiertos, corrían desesperados en un intento de huir.

El pánico era palpable, se podían ver los rostros contorsionados por el miedo, los ojos abiertos de par en par, reflejando la luz siniestra de las runas.

Los más valientes corrían en dirección a la energía, con la esperanza de detenerla, pero todos sus esfuerzos eran en vano. La energía ya alcanzó un nivel tan alto que solo estar cerca de ella podría causar daño. el mana irradiaba con tal intensidad que quemaba la piel y el simple acto de respirar se volvía una tortura.

La risa de los demonios resonaba aún más fuerte, despojando a los soldados de cualquier esperanza que les quedara. Las colosales bolas de energía negra y rojiza comenzaron a moverse lentamente en su dirección, amenazándolos con una muerte inminente.

En ese momento, incluso algunos de los hombres que estaban pulidos por la guerra cerraron los ojos en resignación, esperando su destino. Las lágrimas rodaban por las mejillas de algunos pensando en el hecho que no podrían volver con sus familias y seres queridos.

Y entonces, en medio de la desesperación y el miedo, tres explosiones resonaron en la noche.

BOOOM!"

BOOOM!"

BOOOOM!"

El suelo vibró con la fuerza de las explosiones. Los soldados y mercenarios que esperaban su destino y el dolor con los ojos cerrados comenzaron a abrirlos, mirando a su alrededor.

Todo parecía normal, pero aquellos que mantuvieron sus ojos abiertos miraban hacia la muralla donde estaba ocurriendo el asedio. La muralla estaba destruida en tres de sus lados, permitiendo el libre paso.

El polvo y los escombros volaban en el aire, creando una neblina espesa que oscurecía la visión. El sonido de las rocas cayendo y el crujido de la madera rota eran ensordecedores. Todo se congeló, y el silencio inundó el lugar, solo interrumpido por el sonido ocasional de un trozo de muro que finalmente se rendía a la gravedad y caía al suelo.

Los soldados y mercenarios se miraban entre sí, sus rostros una mezcla de incredulidad y alivio. Algunos temieron que la visión de la destrucción de la muralla fuera solo una ilusión. Pero no lo era. Las brechas en el muro estaban ahí, ofreciendo la oportunidad de acabar con esta batalla más rápido, reavivando su moral.