Había algo grande en el bosque, mas no me atrevía a investigar más allá del sendero.
El silencio del lugar fue abruptamente interrumpido, el sonido de aves salir de los arbustos se escuchó cerca, cuervos se retiraron a las copas de los árboles y después, el sonido de los matorrales moverse a mi alrededor, y una brisa circundante que levanto el polvo de los alrededores, rápidamente desenvaine mi espada, colocando mi pie derecho delante de mi e inclinando levemente mi cintura, mis piernas temblaban levemente y un sudor frio que recorría mis manos empezó a brotar, el filo inexistente de mi espada, a pesar de su apariencia descuidada, reflejaba tenuemente la luz del sol que se escapaba de entre los árboles.
Después de unos segundos, el movimiento de los arbustos se detuvo, haciendo que el absoluto silencio tomara su lugar…
Mi vista danzaba de izquierda a derecha, mientras una sensación punzante me atravesaba como una flecha, lentamente mi respiración pasaba de entre cortarse a estar controlada, dando pequeños pasos enfrente, y cuando di el quinto…
Un sonido proveniente de detrás mía resonó, un gruñido errático y salvaje, acompañado del sonido de pasos acelerados en la tierra, gire mi cuerpo inmediatamente, solo para ser azotado contra el suelo, solo alcanzando a ver pelo desprendiéndose de un cuerpo grisáceo.
Un olor a sangre recorría el aire, y un líquido viscoso lentamente mojaba mis ropajes, una bestia de considerables proporciones yacía encima de mí, con sus fauces atrapadas en mi espada oxidada, veía como su mirada fiera me saboreaba antes de hincarme un diente, el animal forcejeaba con sus dientes de lado a lado, tratando de quitar la espada de en medio, sintiendo como mi mano izquierda se lastimaba por el herrumbre del acero y su mordida.
Con rapidez, puse mis pies debajo de su estómago, inhalando profundamente
—¡¡Quítate de en medio…!!—
Exclame a todo pulmón, empujando contra su estómago con todas mis fuerzas, el monstruo fue lanzado al menos dos "newts" de distancia, cayendo de espalda al suelo y usando el impulso del lanzamiento, rodé hacia atrás, poniéndome de pie rápidamente y recuperando mi guardia sosteniendo mi espada frente a mí, mientras el dolor de mi mano izquierda por la mordida reciente se incrementaba rápidamente.
El ser enfrente de mí se levantaba de su tropiezo, permitiéndome verlo con detenimiento debido a la tenue luz, un canino de gran envergadura, que de no estar en cuatro patas muy fácilmente superaría mi tamaño al doble, con un pelaje grisáceo con manchas negras en forma de estrella que recorrían su cuerpo, con rastros de sangre en su hocico que babeaba mares de saliva y unos ojos penetrantes de color carmesí, un lobo estrella.
Mis manos temblaban levemente y mi respiración se hacía pesada, la bestia enfrente de mi gruñía, dando pequeños pasos hacia mi izquierda y en consiguiente, respondí de la misma forma dando pasos hacia la derecha, sentí como aquel lobo me veía con detenimiento así como yo le devolvía aquella mirada, analizándonos mutuamente, el monstruo sabía lo que hacía, me enfrentaba con cautela a pesar de que mi espada no es la más efectiva.
De pronto, los gruñidos del monstruo se intensificaron, encorvando su cuerpo levemente mientras veía como el aire se congregaba en su hocico entre abierto y un brillo verde azulado que salía desde lo profundo de su garganta, rápidamente me puse en guardia, cambiando el ángulo de mi espada para que pudiera sostener el mango con las dos manos alzadas y la punta mirara al suelo, con el lado plano enfrente para cubrir parcialmente mi cuerpo, y al cabo de unos segundos, el aire comprimido en la boca del lobo se desato como una ráfaga de viento cortante, acompañado de un aullido atronador.
El vendaval fue tan fuerte como un huracán, logrando empujarme levemente mientras mantenía mis pies firmes en la tierra, dejando pequeños rastros en el suelo y a su vez, varios cortes leves se generaban en mis ropajes, junto a un corte en mi mejilla derecha, una vez el viento cesó, devolví mi guardia a su posición previa, mientras que el hocico del animal empezó a brillar, haciendo que sus dientes cambiaran de un color amarillento a un color plata, así como el metal mismo.
— ¡Mierda!—
Exclamé al apretar con fuerza el agarre de mi arma, el monstruo empezó a correr hacia mí, acortando la distancia entre nosotros en menos de un parpadeo, preparando una mordida a tan corta distancia mientras que yo movía mi espada, cambiando su sentido de usar el lado sin filo a usar el lado plano.
—¡Counter plano!—
Mi voz resonó a través del sendero, y justo cuando los dientes de la bestia iban a impactarme, el lado plano de mi espada golpeo sus fauces, provocando un sonido metálico agudo que hizo eco en mis oídos mientras que el lobo estrella me pasaba de largo.
Después del fugaz intercambio, el silencio inundo el lugar por unos segundos, mientras tanto el lobo como yo permanecíamos de pie en nuestros lugares antes de volver a estar cara a cara, mi espada estaba en alto, sin embargo, había algunas pequeñas manchas rojas en la herrumbre de su acero, acompañado de un goteo proveniente de mi mano izquierda, que tenía una herida más profunda, haciendo que el mango del arma se sintiera ligeramente resbaladizo, sin embargo, el monstruo no salió impune del impacto, ya que de su hocico salía sangre, y sus colmillos de acero tenían una pequeña grieta.
—Solo… ¡Vete…!—
Lancé un tajo al aire, tratando de ahuyentarlo, sin embargo, este seguía gruñendo aun con su boca lastimada, y con una mirada vivaz al rojo vivo, sentí como mi sangre empezaba a hervir, él no iba a parar de pelear hasta que uno de los dos cayera en el suelo, observe como su pelo empezaba a erizarse y las estrellas negras que lo dibujaban se tornaban de un color negro a un azul tenue, el viento oscilaba alrededor del lugar, y pequeñas motas de luz azul empezaban a hacerse aparentes, el mana se acumulaba en su pelaje… Se me acababa el tiempo.
Hice el primer movimiento, empezando a correr en dirección a la bestia mientras gritaba a todo pulmón, tratando de sacar las fuerzas de donde no tenía nada más que mi corta experiencia y habilidad nata, mientras que el monstruo no se quedó parado y después de un aullido, respondió a tal provocación corriendo hacia mí.
Ráfagas de viento empezaban a acumularse en su boca, y en un descuido del lobo para abrir su boca y liberar el mana, golpee debajo de su hocico con la parte plana de mi espada, obligándolo a cortar la carga de mana, para después mientras recuperaba mi postura, pase el control de la espada a mi mano izquierda, mientras que cerraba fuertemente la otra, para que en un impulso, le diera un fuerte golpe a la nariz, cosa que hizo que retrocediera, soltando un quejido agudo.
El animal fue aturdido por el golpe, mientras que yo sacudía levemente mi mano derecha antes de volver a ponerme en guardia con mi espada, el monstruo se veía desorientado, pero tenía el instinto de seguir luchando, sin embargo su pelaje se desprendía de él, el suelo ya tenía algunos rastros de edras de pelo blanco esparcidos por todo el lugar, y la herida de su boca se hacía más grande al igual que la de mi mano izquierda, que empiezo a sentir pesada y lenta a la hora de querer usarla.
Después de unos momentos, el mana del lugar se volvió a acumular en él lobo, y sus dientes se volvieron a reforzar de acero y lanzándose al ataque, su primer movimiento fue una ráfaga de mordidas más agresiva que antes que me obligó a bloquear todo el tiempo, sin embargo algunos de sus ataques se filtraban, provocando cortes leves alrededor de mis brazos y un corte profundo en mi pómulo izquierdo, haciendo que escurriera sangre a mis ropajes ya manchados de rojo, y en una fracción de segundo, el paró un momento, sus dientes empezaban a debilitarse y mi espada empezaba a resquebrajarlos, el monstruo se apartó al instante, pero yo tome la oportunidad y di un fuerte paso en frente con mi pie izquierdo que resonó por el lugar, el animal intentó lanzarme una mordida, mientras que yo lanzaba un tajo tan fuerte como mi cuerpo me permitía, mi mano izquierda brotaba sangre mientras mantenía firme el mango, golpeando en la mandíbula al animal con el lado del filo inexistente de mi espada, destruyendo por completo parte de sus dientes que ya se encontraban en mal estado, esparciendo sangre en el suelo y manchando de carmesí el acero herrumbroso de mi arma.
El lobo fue lanzado unos "newts" de distancia, cayendo de espalda y soltando quejido tras quejido, para cuando se levante, su hocico sangraba mares, con sus patas temblando y tambaleándose levemente.
—¡Solo vete! ¡Antes de que yo empiece a cazarte a ti!—
Exclame con mi voz entrecortada por mi respiración agitada, mi ceño se fruncía mientras apretaba mis dientes, y después de momentos de hesitación, el lobo desapareció en los matorrales, mientras que por fin sentí que la soledad del camino volvía, suspire de alivio, y me derrumbe en el sitio mientras que el calor de la batalla se iba de mi ser, me hinqué en el suelo, apoyándome con mi espada y mi rodilla derecha, tratando de controlar mi respiración.
Dos veces. Dos veces he sentido ya la muerte encima de mí, y su peso no deja de ser tan titánico como la primera vez, mi suerte es demasiada… O tal vez los dioses dragón me han dado su bendición de alguna forma… Siento que no debería estar vivo, y cada que lo pienso una y otra vez, me lleva atrás en el tiempo…
Como si mis memorias se encontraran lucidas como un lago en calma.
¿Qué hago aquí? ¿Por qué estoy aquí?
Tal vez… Mi pasado me proporcione esas respuestas…