*Slap*
"Nya~"
+1
*Slap*
"¡Nya~!"
+1
*Slap*
"¡Nya!"
+1
*Slap*
"N-Nya~"
+1
*Ding*
[Golpe de Amor ha subido a nivel 4]
A pesar de ver subir la barra de experiencia, Qiye no pudo evitar suspirar con decepción al ver el estado lamentable del pequeño gato frente a él.
Luego de 121 nalgadas, el pobre animal no podía mover sus patas traseras en lo más mínimo.
Como no era más que un simple gato normal, Qiye calculó que sólo podría darle 150 nalgadas, y eso sería forzar el límite. Luego tendría que esperar 12 horas para poder volver a farmear y, no importa cómo lo vea, 150 puntos de XP cada 12 horas es una velocidad de farmeo indigna de su chinofarmer interior.
'Necesito encontrar una forma de ganar XP con mayor velocidad, después de todo, no tengo idea de en que nivel mi arte marcial comenzará a hacer efecto en un Trono como Lanyue. Pero ¿Cómo consigo nalguear personas de forma indiscriminada sin levantar sospechas' reflexionaba Qiye mientras continuaba las nalgadas.
Tras la nalgada número 150, a 31 puntos de alcanzar el nivel 5, Qiye detuvo su asalto y puso al agotado animalito en el suelo.
"De todas formas, es hora de volver a casa" suspiró Qiye tras levantarse.
Tras caminar unos pasos, un suave maullido lo detuvo.
"...n-nya…"
"¿hm?"" atraído por el maullido, Qiye miro hacia atrás y se sorprendió al presenciar cómo el pequeño gato usaba las escasas fuerzas que le quedaban en sus patitas delanteras para caminar hacia él.
Tras dar unos cuantos pasos más, el pequeño gatito se agotó por completo y cayó de hocico al suelo, perdiendo el conocimiento.
Qiye suspiró.
"Bien, supongo que debo hacerme responsable después de lo que te hice"
Qiye levantó al pequeño animal y lo acunó en sus pequeños brazos, llevando al ronroneante animal con él.
*
*
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*
Ya entrada la noche, Isaac caminaba en círculos dentro de su habitación, reventándose los sesos para armar un excelente plan de farmeo que no fuese descubierto por terceros no deseados.
La idea de escabullirse entre las multitudes y azotar unas cuantas nalgas se le había pasado por la cabeza. Pero dicho buen plan tenía dos inconvenientes. Primero, sus nalgadas no eran nalgadas normales, eran nalgadas capaces de convertir a las más grandes fieras en inofensivos animalitos, por lo que sí asaltaba con su 'Golpe de Amor' de forma indiscriminada, acabaría convirtiendo a todas las mujeres de la Ciudad Nube Flotante en fieles masoquistas. Y aunque la idea era tentadora, ahí intervenía el segundo problema, su fuerza era demasiado baja, al punto de ser patética, por lo que incluso si todas esas mujeres lo siguieron obedientemente, muchos hombres lo buscarían para matarlo y su clan poco podría hacer al respecto. Además, no hace falta agregar que semejante escándalo alertará a su padre y por ende a la abuela Lin y a Lanyue. Con esos factores en cuenta, descartó esa idea.
Necesitaba un método eficiente, discreto y que fuese fácil de disimular y justificar; si fuera posible, algo que se relacionara con tareas que los habitantes de la mansión ya acostumbraban a verlo hacer.
Un foco se encendió en la cabeza de Qiye mientras sus ojos brillaban cual faros y una alegre sonrisa inocente florecía en sus labios.
"¡Soy un genio!"
Con un ingenioso método a la mano, Xia Qiye se tiró a la cama y cerró los ojos para descansar.
*
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*
*
Luego de un delicioso y dulce desayuno, Xia Qiye llamó a dos jóvenes sirvientas con el pretexto de practicar sus habilidades médicas.
""Estamos a sus ordenes, joven maestro"" pronunciaron ambas jóvenes sirvientas al unísono, como si lo hubiesen practicado durante meses.
"Desvistanse y luego poneros las batas sobre la mesa sobre la mesa. Voy a practicar mis artes medicas y vuestra ropa actual es demasiado gruesa" ordenó Qiye mientras calentaba sus manos, juntandolas en una gelatina transparente desinfectante. Un pequeño invento que vió la luz luego de sus clases de alquimia.
""Entendido"" respondieron ambas.
Mientras ambas criadas se desvestían sin vergüenza alguna, Xia Qiye mantuvo un rostro tranquilo e inexpresivo, como si fuese un viejo médico dedicado a su trabajo, completamente imperturbado por los cuerpos desnudos de las dos jovenes.
Aunque, por dentro, Isaac analizaba a ambas jovencitas con ojo de águila.
La primera de ellas tenía una estatura baja, probablemente 1,53 m. Poseía ojos verdes y una piel bronceada por el sol; la belleza de su rostro podía catalogarse como tierna y adorable, lo cual era resaltado por sus mejillas rellenas y su cabello castaño atado en una coleta alta. A pesar de su cuerpo pequeño, su pecho estaba ligeramente por encima del promedio, más sus muslos y trasero eran un festín para la vista, en especial el delgado matorral marrón sobre su monte venus, el cual era especialmente tentador.
En cuanto a la segunda sirvienta, era más alta, medía 1.65 m, aproximadamente. Contrastando con su suave piel blanca, poseía una larga cabellera negra la cual estaba firmemente recogida en un moño sujetado por una horquilla. Si la belleza de su compañera se podía considerar tierna y adorable, la de esta sirvienta era una mezcla entre tranquilidad y elegancia, lo cual combinaba muy bien con sus tranquilos ojos celestes. Su cuerpo era delgado, su busto ciertamente dejaba que desear y su trasero no era particularmente abundante, pero lo compensaba con un excelente par de piernas y muslos de primer nivel.
Isaac disfrutaría la vista aún más de no ser por la ropa interior medieval, desprovista de cualquier tipo de sensualidad o erotismo.
'Debo invertir en el mercado de la ropa interior, me niego a vestir a mi futura esposa con esa cosa poco erótica' se recordó Isaac a sí mismo.
Tras ponerse las delgadas batas de seda blanca, miraron en dirección a su joven maestro.
"Bien, recuestense boca abajo y déjenme el resto a mí. Es probable que se duerman a mitad del tratamiento y luego experimenten un poco de dolor en sus músculos al despertar. Pero no se preocupen, una vez el dolor desaparezca, se sentirán como nunca antes" detalló el pequeño mientras tronaba hábilmente sus dedos.
Ambas sirvientas asintieron y se tumbaron en la cama, dejando un espacio entre ellas el cual Qiye aprovechó para arrodillarse.
"Empecemos…" susurró el niño con un brillo travieso en su mirada, el cual las jóvenes no pudieron ver.
Cuando las pequeñas manos del niño tocaron las espaldas de ambas doncellas, hicieron magia en ellas. Con solo diez segundos de trabajo, el cuerpo de ambas mujeres se habían convertido en arcilla lista para que Qiye las moldeara.
[Genio Médico: +5 puntos de experiencia]
[Genio Médico: +5 puntos de experiencia]
[Genio Médico: +5 puntos de experiencia]
[Genio Médico: +5 puntos de experiencia]
…
Cuando un minuto se encontraba a escasos segundos de pasar, Qiye ascendió sus manos por la columna vertebral de ambas mujeres y aplicó una ligera presión sobre la nuca, obligando a ambas doncellas a caer dormidas.
[Genio Médico: +30 puntos de experiencia]
Tras alabar sus artes medicas, Qiye procedió a hacer su tarea.
Sus pequeñas patitas de cerdo pervertido agarraron firmemente el final de la bata y, de forma lenta y constante, la elevó hasta revelar un bello cuarteto de colinas carnosas.
Un brillo depredador inundó los ojos de Xia Qiye; se acercó al trasero de la pequeña sirvienta y tras un ligero olisqueo, en el que captó el espeso y denso olor a primavera, besó una de sus nalgas.
Obviamente, la joven de cabellos oscuros tampoco se salvó. Tras fascinarse con el delgado olor de flores, besó la bella colina.
"Es una lástima que sea demasiado joven. Pero no se preocupen, solo tendrán que esperar unos años más" sonrió Qiye de forma pervertida.
Tras sacudir su cabeza y concentrarse, el pequeño levantó ambas manos y azotó ambos traseros con decisión.
**¡Slap!**
*Ding*
[Golpe de Amor: +5 puntos de experiencia]
*Ding*
[Golpe de Amor: +5 puntos de experiencia]
Disfrutando de la hermosa melodía de la nalgada y la notificación de Strongest System superpuestas, Qiye sonrió.
'No solo estas pequeñas dan cinco veces más experiencias que el gato, sino que también puedo multiplicarlo al azotar dos traseros al mismo tiempo. ¡Soy un maldito genio!' Celebró Isaac.
Así, un festival de nalgadas y farmeo intenso se desató en la habitación del joven maestro del clan Xia.
Si de algo seguramente estaba agradecido, es de que Lanyue no estuviera presente en la mansión. Pues si de casualidad a ella se le ocurriese vigilarlo y presenciara con su sentido espiritual lo que estaba ocurriendo en su habitación. Era una verdad irrefutable que otras serían las nalgas que en dicha habitación se azotarían.