Por favor, quédate conmigo

—Por aquí... —dijo Reiner mientras me guiaba por la entrada del personal.

La decisión de Reiner fue sensata como siempre. Lucien no nos vería si usábamos la entrada del personal porque probablemente nunca visita las dependencias del personal en absoluto. No tendría razón para hacerlo. Esperaba que para entonces él ya estuviera de regreso en su habitación después de ver que Reiner y yo habíamos dejado la sala.

Caminamos por el corredor un rato antes de finalmente llegar a la habitación de Reiner. A diferencia de todas las veces anteriores que he estado parada frente a su puerta, esta vez no necesité tocar ni rogarle que me dejara entrar. Reiner abrió la puerta para mí y me atrajo hacia el interior antes de cerrar la puerta firmemente detrás de nosotros.