Cuando me cambié de escuela lo último que me dijo mi antigua profesora era que.
Yo era un genio.
Mi caligrafía era irremediable incluso después de practicar y llenar varios cuadernos.
Al parecer una caligrafía irremediable es una especie de señal de que mi IQ es más alto de lo común.
Por eso siempre me presionaron, al parecer querían que tuviera un propósito, algo en lo que usar esa inteligencia.
Pero yo no quería nada.
Nunca quise ayudar a la humanidad o dejar mi huella en el mundo.
¿De que me sirve eso?.
Ni siquiera estoy seguro de que hay después de la muerte, ¿por qué querría perder mi vida en eso?.
Y no es como si pudiera ayudar de alguna forma o les hiciera falta, allá afuera hay un montón de científicos intentando destacar y de sentir el reconocimiento de otros, gente que de verdad se esfuerza y que es más inteligente que yo.
Las personas inteligentes son frágiles, en el momento que se dan cuenta de que hay alguien más inteligente y mejor es desolador para ellos.
Eso me incluye.
Pero yo nunca presumía ser más inteligente que los demás, lo máximo que hacía era decirles que no usaban su cerebro
Mi mente no tiene prejuicios ni barreras que la detengan de divagar.
Es por eso que siempre me pierdo en mis pensamientos.
También es por eso que puedo entender cualquier cosa con solo leerla una vez.
Al principio no creí eso de que era un genio.
Pero una vez quise aprender inglés y terminé aprendiendo 1000 palabras diferentes en solo 3 días.
Incluso yo me sorprendí por esto, pero es como si fuese una especie de estado en el que puedo aprender casi sin esfuerzo y sin que mi flojera ataque.
¿Es esto tener un propósito?.
¿Así es como se sienten aquellos que en verdad quieren ayudar a la humanidad?, ¿es por eso que siempre se esfuerzan tanto?.
Esa fue la única vez que me pasó algo como eso.
En mi nueva escuela no me presionaban, ni me pedían hacer dibujos perfectos para tener una buena calificación.
No era tan buena como mi anterior escuela de genios, pero era relajante.
Era lo que me hacía falta, un descanso.
En esa escuela tuve varios compañeros que casi consideré amigos.
Uno de ellos en particular siempre era sociable y animado, además de siempre tener una nueva idea loca en su cabeza.
Era una de esas personas que yo siempre admiré, una persona con carisma que podía hacer felices a otros.
También tuve otros compañeros que eran igual de frikis que yo, además de ser muy inteligentes
Siempre discutíamos cosas estúpidas como: ¿si Wolverine puede cortar acero como papel, entonces cómo puede escalar paredes de piedra?.
Al final siempre terminé ganando yo, pero imagino que es por mi mente abierta.
Fueron buenos años, en los que pude dejar mi indiferencia y aburrimiento un poco de lado.
Pero todo tiene su final, la secundaria terminó y yo tuve que ir a la universidad.
Siempre mantuve contacto con ellos, aunque no era tan bueno como antes.
Ni siquiera yo sé cómo terminé en la universidad siendo huérfano, solo sé que un día la mejor universidad de mi país me dijo que tenía una beca ahí.
La universidad es un lugar lleno de jóvenes adultos, los cuales están cargados de ganas de estudiar y ser alguien en esta vida.
Yo no tenía esos ánimos, solo quería el pedazo de papel que llaman título y ganar suficiente dinero para poder ser flojo.
Siempre me consideré un capricho del universo, tengo casi todos los talentos, pero soy demasiado flojo como para usarlos.
Y así empezó mi vida en la universidad, hacer tareas, aprender por mi mismo, nada más.
Lo que no esperaba era una noticia que me dejó en shock.
Un suicidio.
De aquel compañero que siempre hacía reír a los demás en la secundaria.
Recuerdo el día en el que fui a su funeral, fue un día bastante oscuro y silencioso aunque el sol siguiera brillando.
Intenté relajar el ambiente contando pequeños chistes en el camino.
Pero al llegar la hora del funeral todos se derrumbaron y empezaron a llorar.
Yo no pude sentir absolutamente nada.
No tengo derecho a llorar en esta situación, eso es algo que solo su familia debería hacer.
No es que oculte mis sentimientos es solo que no hay nada que mostrar.
Solo pude permanecer en silencio mientras veía a todos llorar.
Esa fue la última vez que vi a mis compañeros y lo que podría considerarse como el último evento importante en mi vida.
El resto solo fue estudiar, trabajar y nada más.
Pero ese evento me ayudó a entender, que no puedo leer a las personas completamente, solo a una parte de ellos.
Por eso no me alejo inmediatamente de las personas que no me agradan, siempre intento darles al menos una oportunidad.
Nunca voy a poder comprender cómo funcionan los pensamientos y la personalidad de una persona normal en su totalidad.
Ni siquiera sé si hay algo que no sé de mi mismo.
O al menos es así como me siento.