En el tiempo que el dúo pasó hablando, los otros Demonios del Otro Mundo sometieron a Lu Feng y a los otros y los obligaron a moverse junto con ellos.
Desde el principio, ya estaban agotados de la larga batalla que tuvieron contra tantos Demonios de Otro Mundo simultáneamente, así que no fueron capaces de luchar mucho. De hecho, si no fuera por el hecho de que se necesitaban como tributo para evitar el sello, ya habrían sido asesinados hace mucho tiempo.
Mientras eran atacados por los demonios del otro mundo, Zhang Xuan no se molestó en decir nada ni siquiera en echarles un vistazo.
Como Tong Yue creía que era el rey Hoja de Oro, la otra parte no se atrevería a matar a ninguno de los maestros superiores, y mientras estuvieran vivos, tendría la oportunidad de salvarlos.
Siguiendo adelante, no pasó mucho tiempo antes de que Zhang Xuan viera una vasta área llena de enormes edificios en el horizonte.
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