—Su Alteza...
Al ver que el Águila Viridiscente estaba aplastando al príncipe, y que el príncipe estaba chorreando y con la boca llena de sangre, de modo que su cara ya se había puesto pálida y parecía que iba a morir en cualquier momento, bramó y cargó hacia adelante.
—¡Libera a Su Alteza!
Con ojos enrojecidos, el enviado Ran Mu avanzó hacia el maestro Liu y extendió su mano, preparándose para atacar a este último.
El Águila Viridiscente parecía ser extremadamente obediente a este tipo, por lo que consideró probable que la bestia salvaje estaba operando bajo sus órdenes.
—Enviado, ¿qué estás haciendo?
Viendo a la otra parte haciendo un movimiento contra el maestro Liu, Mo Tianxue gritó desde el trono.
* ¡Sooou! *
Un hombre vestido de gris apareció de repente de la nada y se enfrentó al ataque el enviado con su propia palma.
* ¡Peeeng! *
Las dos palmas chocaron juntas, y el dúo dio un paso atrás cada una.
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